Cómo los famosos desplazaron (o convivieron) con anónimos como concursantes
Casi no quedan programas que no tengan al menos a un famoso concursando
5 agosto, 2018 09:26Bibiana Fernández y Mario Vaquerizo acompañarán este viernes a dos equipos para intentar ganar el premio final de 30.000 euros en el concurso Crush de Televisión Española. Jordi, Siscu, José y Luis vienen desde Barcelona, regentan puestos de mercadillos y participarán en el concurso con la ayuda del líder de las Nancys Rubias. Por su parte, Bibiana se integrará con Ana, Mª Ignacia, Aure y Santi, dos parejas asturianas que se dedican al mundo de las joyas.
Tanto Mario como Bibiana tienen ya cayo en esto de ser concursantes televisivos. En el currículo de ambos figuran programas de cultura general como Pasapalabra, y también talents culinarios como Masterchef, pues en la próxima edición Celebrities veremos a Vaquerizo dándole al cuchillo y a la sartén.
Y es que poco a poco, la televisión nos ha acostumbrado a que casi en cualquier concurso veamos a un famoso concursar, ya sea como apoyo a concursantes anónimos como en los citados Pasapalabra o Crush, o bien como estrellas absolutas, como Masterchef Celebrity, Gran Hermano VIP, Tu cara me suena, Supervivientes o Bailando con las estrellas. Aunque se podrían añadir nombres como Top dance, El show de los récords, Esta cocina es un infierno o Mi madre cocina mejor que la tuya. En ocasiones son programas que siempre tienen al famoso como epicentro, aunque en otras vemos cómo anónimos y famosos se alternan las ediciones.
Cuando concursar tenía fines benéficos
Bibiana Fernández fue una pionera en eso de ser una famosa concursante. Ya en los años 80 participó en una entrega especial del Un, dos, tres acompañada por Jimmy Giménez-Arnau, y su participación tenía fines benéficos. Compitieron contra Analía Gadé y Forges, y Rocío Dúrcal y Fernando Esteso. Estos últimos ganaron 650.000 pesetas al final de la entrega que fueron destinados al Montepío de Actores y a la Casa de Nazareth para huérfanos de periodistas.
Porque en aquellos primeros programas en los que concursaban famosos tenían exclusivamente fines benéficos, algo que se mantuvo en otros formatos como los especiales de La Ruleta de la Fortuna a inicio de los 90 en Antena 3, o aquel especial de Nochevieja llamado La batalla de las estrellas en la noche de tu vida, de Telecinco en 1992, cuyos beneficios fueron a parar al fondo que la UNICEF había destinado para Somalia.
El éxito de La batalla de las estrellas (y eso que competían contra un especial de Martes y Trece) sirvió a Telecinco para llevar el concurso a una edición semanal, presentada originalmente por Jordi LP y Carmen Russo por un lado, y Bertín Osborne y Arantxa del Sol por otro. Cada pareja tenía dos invitados, y juntos tenían que hacer pruebas diversas como tirarse por toboganes, saltar en camas elásticas para caer en una pared de fieltro, hacer carreras sobre pelotas hinchables y mil gamberradas más. Sin duda, un programa visionario en lo de hacer a famosos concursar de manera regular. Por allí pasaron José Luis Garci, Jesús Vázquez, Fernando Romay, Ángel Cristo... y Bibiana Fernández, por supuesto. No sería hasta Gente con chispa, en las autonómicas, cuando volvimos a ver a famosos competir de manera regular.
Tampoco se puede olvidar algunos grandes momentos como El Gran Juego de a Oca en el que Concha Velasco, Mr. T, Perico Delgado y Maribel Verdú, y cómo en las promociones engañaron al espectador pensando que Concha Velasco había caído en la casilla de ‘El Fleki’ y que iba a perder su cabello por no acertar preguntas imposibles.
Lo delicado de donar un premio
En la actualidad, Tu cara me suena es de los pocos concursos que pone a sus famosos a competir con fines benéficos, ya que quien gana una gala puede donar 3.000 euros a la ONG que prefiera. Incluso en Ven a cenar conmigo en su edición de famosos los participantes se quedan el dinero y para ello intentan pisar a los rivales como hizo Rafael Amargo. Aunque esto no es siempre así.
Prueba de ello fue aquella primera entrega de Gourmet Edition en la que Ana Obregón empató con Rappel, y la actriz y bióloga dijo que donaría el premio. Sin embargo, el vidente informó que él no tenía ninguna intención de hacerlo y no ofreció más información al respecto. Seguro que lo emplearía en “tapar agujeros”, que es para lo que cualquier concursante televisivo quiere ganar premios en la pequeña pantalla.