Hace tres años Sálvame se enfrentaba a su crisis más grande. De hecho, muchos temieron que fuese el final del programa de Telecinco en uno de sus mejores momentos de audiencia. La CNMC daba un ultimátum al programa de Telecinco: o cambiaba su calificación de edad para ajustarse al horario reforzado que no permite emitir un programa para menores de 13 años de 17:00 a 20:00 horas, o se enfrentaba a una cuantiosa multa económica.
Telecinco no estaba dispuesta a deshacerse de uno de sus progamas más importantes y por eso se sacaron de la manga una estrategia inesperada: dividir el programa en dos. Fue entonces cuando nació la versión limón, que se emite de 16:00 a 17:00 horas, en uno horario de protección menos reforzado, y una versión naranja, protegiendo mucho más sus contenidas.
Esa era la base teórica de esta nueva etapa de Sálvame. Sin embargo, los espectadores no debían notar ningún cambio para que no salieran huyendo. Sálvame seguiría siendo Sálvame, pero con un vocabulario mucho más cuidado, evitando decir ciertas palabras y así conseguir que la CNMC se olvidase de ellos.
Termina un programa no recomendado para menores de 13 años y arranca un programa no recomendado para menores de 7 años
Aunque al principio sólo aparecía una pequeña cortinilla con el copyright de Mediaset España para diferenciar ambos espacios, Sálvame se ha querido asegurar la distinción desde hace algún tiempo introduciendo una pausa publicitaria entre medias. Nunca después de las 17:00 horas, el presentador da paso a un único anuncio que sirve como corte y como arranque de Sálvame Naranja. A partir de ese momento cesa un programa no recomendado para menores de 13 años y arranca un programa no recomendado para menores de 7 años, a pesar de que para el espectador es lo mismo.
Sálvame pretende así evadir cualquier demanda que le puede llegar de parte de Competencia. El programa vuelve a jugar en la línea de lo legal y lo ilegal adecuando sus contenidos a su calificación de edad. Era su única forma de sobrevivir. Si el programa cambiaba su calificación, como sí le pedía Competencia, no podría haberse emitido en este horario y, por lo tanto, debía desaparecer de la parrilla de Telecinco.
El nacimiento del 'Yo veo Sálvame'
No le tocaba presentar el programa. Le sustituía Paz Padilla. Pero apareció. En Sálvame lo anunciaron como cebo. "Jorge Javier va a acudir al programa para anunciar algo importante para nosotros y los espectadores", reiteró Padilla. Pasadas las 19.15 horas del 17 de diciembre de 2014, Jorge Javier hacía acto de presencia.
En ese momento arrancaba un movimiento llamadado Yo veo Sálvame en redes sociales que pretendía recabar apoyos para que se viera que la cancelación de un programa como Sálvame sería una injusticia.
"Hoy han amenazado la continuidad de Sálvame. Quieren destruir nuestra gran familia. Aquí nunca hemos escondido nada y por eso vengo a contároslo. Numerosas asociaciones –que son organizaciones ultraconservadoras que esconden intereses muy distintos a los que dicen defender– miran con lupa a la gran familia de Sálvame, acusándonos de cosas sórdidas y feas que no son ciertas. No sabemos a quién representan estas asociaciones de espectadores, pero estamos seguros de que a vosotros no", asegura Jorge Javier el mismo día que se conocía la decisión de la CNMC.
"La prueba es que aquí seguimos todos unidos para que cada tarde os olvidéis de vuestros problemas y disfrutéis viéndonos. Ojalá todos los problemas de la vida se solucionaran como se solucionan los problemas de esta familia, vuestra otra familia. Ojalá todos los conflictos se resolviesen así, como en Sálvame", decía rodeado de todos los colaboradores.