Este jueves se cumplía un año de la defunción de Cristina Ortiz, conocida artísticamente como La Veneno. Una estrella de la televisión de los 90 que legó al vocabulario popular expresiones como “¡digo!”, y que dejó grandes momentos catódicos, principalmente enfrentamientos. Y es que en los platós se peló con Nova, con Marisol la cirujana, con algún que otro religioso radical y casi con cualquier persona que le pusieran enfrente.
Un mes antes de su defunción, Cristina presentó sus memorias ‘¡Digo! Ni puta ni santa. Las memorias de La Veneno, escrito por la periodista Valeria Vegas, con quien BLUPER ha hablado sobre lo que supuso su personaje para la televisión.
¿Ha echado de menos la televisión a La Veneno este año?
Sí, totalmente. Estoy segura que a raíz del libro había una resurrección de Veneno que no iba a ser eterna, igual hubiera durado un par de años, pero le hubiese abierto puertas para un reality, o para el World Pride, donde hubiese ido seguro en una carroza tremenda. Le quedaba todavía ese polígrafo que tenía pendiente a la semana siguiente de fallecer, y eso hubiera dado lugar a más momentos televisivos y más enfrentamientos.
¿Qué tiene para que se siga hablando de su muerte?
Cuando hablaba de que tenía la autoestima tan alta pensábamos "qué creída", pero es que tenía una parte de verdad. A mí me decía "cuando yo me muera seré como Lola Flores", y realmente se ha convertido en un icono. Ella pensaba que lo que le abrió puertas fue su belleza, y no fue solo eso lo que hizo que nos fascinara, fue su carisma, que lo tuvo hasta su muerte.
Una muerte que ella predijo.
Una muerte a lo Marilyn Monroe, con tantas hipótesis. La Veneno estaría encantada de que hubiera hipótesis al respecto y que se hablase de ella, aunque si ha habido un crimen ha sido una cosa más mundana, de casa, y de tema sentimental. Yo no puedo desacreditar al forense, sobre ese accidente que ella o su pareja no supieron remediar a tiempo. Pero si nos ponemos con teorías de la conspiración, con gente de poder de por medio, igual estamos ensombreciendo el caso relevante que pueda haber detrás.
Una conspiración para matar a La Veneno sería fascinante, pero no se sostiene
Es más divertido, entre comillas, pensar que a La Veneno la mataron.
Es más leyenda, y coincide con que el libro salió un mes antes, que en sus memorias da iniciales. Pero habla de un futbolista o un actor que todos pagaron ya las letras de su piso y están medio jubilados y no los veo metiéndose en un crimen. Sería fascinante, pero no se sostiene.
¿Seguiremos descubriendo historias de Cristina a lo largo de los años?
No, porque su entorno era tan quinqui, tan callejero, que no tiene un círculo que pueda seguir sacando historias sobre ella. Las únicas que podrían contarlo son esas compañeras de la calle, muchas de las cuales ya fallecieron, y las que viven a su vez están muy lejos de los medios, y nunca sabes si hablan desde la fantasía, o desde el rencor.
Aunque en los platós veíamos una Cristina altanera y segura, en el libro se develaba como una mujer ilusa, fácil de engañar, y casi desconocedora de su propia identidad sexual .
Me alegro de que eso se haya transmitido en el libro. Cuando la conocí y le propuse la idea me di cuenta que lo interesante no era el personaje, que ya lo conocíamos por televisión. Conmigo a veces dejaba ver a la persona, entender el porqué de su forma de ser, en temas como sus carencias afectivas. Había gente que compraba el libro y esperaba un disparate, y aunque hay una selección de frases de Veneno y hay cosas graciosas, pero realmente es un drama, como lo fue su vida.
Se arrepintió de cómo trató a Marisol, con la de memes que generó
En el libro nos descubriste ese lado humano de Cristina, que visitaba a las amigas enfermas de sida y les llevaba caldito al hospital.
Tenía ese punto de dignidad humana muy grande. Me acuerdo que unos tres meses antes de salir el libro me comentó que se arrepintió de cómo trató a Marisol, con la paliza verbal que le dio y la de memes que generó. Marisol ya se había muerto, y sentía como que tendría que haberle dicho algo antes de morirse para haberse quedado en paz.
Ahora le instalarán una placa en el parque del Oeste.
Eso es maravilloso. Aunque la hermana que aparece en los medios siempre dice que su hermana no quería eso, yo no me inventé lo de que quería que esparciesen sus cenizas en el Parque del Oeste, a mí me da igual, pero Veneno lo decía en televisión, en el libro, en persona. Veneno le añadía mucho drama a las historias, pero la conclusión era que allí hizo las primeras amigas con las que hablaba el mismo idioma, llegaba la noche y era feliz, porque se vestía y se iba a la calle cantando como una secretaria que va contenta a la oficina. ¿Por qué no podemos pensar que fue feliz en el Parque del Oeste? Ella no tenía prejuicio con el sexo ni con la prostitución, no le impedía ser feliz en esa profesión.
¿Soñaba con hacerse una show woman convencional? Tuvo acercamientos como su papelito en la serie En Plena forma.
Sí, pero ahí era su propia enemiga. Era un personaje que tenía limitado el horario televisivo. A lo mejor tenía ilusión en trabajar como actriz, pero una mujer transexual generalmente tiene pocos recursos y acaba encasillada en un papel, con personajes que no pueden prosperar de manera continua, pero esto es un análisis paralelo que hago yo. Ella tenía esa fase de exaltarse y decir tacos, que le promovió Pepe Navarro, pero cuando acabó La sonrisa del pelícano ¿dónde metes ahora a La Veneno? No hubo otro formato que apostase por ella, no tuvo fácil encontrar un hueco.
La Veneno no podía ir a 'Supervivientes', no gestionaba bien las emociones
Su nombre sonó varios años para Supervivientes.
Yo estoy segura que era solo una porra que hacían los periodistas. Seamos francos, a La Veneno no la podías llevar a la isla porque le haces un test psicológico y te das cuenta que no gestiona bien las emociones. Era capaz de liarse a cocotazos con otro concursante tras discutir por un pescado. Volvemos a lo mismo, no tenía filtros, y si discutía lo hacía a muerte. Me hubiese encantado verla, pero hubiera sido difícil.
¿Le quedó algo pendiente a La Veneno con la televisión?
A pesar de ser muy chula y muy burra era muy inocente, y a veces me decía "yo no sé por qué no me llama Ana Rosa Quintana, si yo le gusto mucho a los directore y me llaman para felicitarle el cumpleaños a uno". Y claro, no asimilaba que estaba condenada a salir a partir de las doce de la noche, porque a las diez de la mañana, o te filtras y te contienes o no te pueden llevar a Ana Rosa. Y otra vez estábamos viendo Qué tiempo tan feliz en La Coruña, que la acompañé a un bolo, y me dijo que por qué no sabía por qué no la llevaban a ese programa, ella soñaba con un especial a las seis de la tarde, pero no comprendía que no podía salir diciendo tacos y enseñando las tetas en ese horario. Tenía esa autenticidad, en cualquier momento podía dar una palmada y decir me cago en tus muertos. Habla mucho de su autenticidad, no era diferente en un programa de las seis de la tarde que de las doce de la noche, pero eso jugaba en su contra.
Ahora que se habla tanto del acoso, ¿sabes si Cristina lo sufrio?
A Veneno la podemos victimizar en cualquier tema, novios, familia, la calle, pero en ese sentido no. Al revés, era muy abierta, y se arrepentía de no haberse tirado a muchos hombres. Era tan directa era ella la que iba a meter la mano al paquete de quien fuese.