Telecinco y Zeppelin TV se encargaron de cuidar con mimo el estudiado casting de la quinta edición de Gran Hermano VIP. Un despampanante elenco formado en su mayoría por nombres de primer nivel, llegó a la cadena el pasado domingo, 8 de enero, para tratar de desquitarse de todos aquellos titulares que pusieron al formato en jaque durante la decimoséptima edición de su versión estándar.
Unas audiencias mejorables; terribles críticas surgidas en torno a la organización del formato; y su nuevo presentador; convirtieron a la más reciente edición del reality show en una mancha indeleble en el curriculum de Zeppelin TV que con GH VIP 5 tuvieron la oportunidad de vengar.
Gran Hermano VIP 5 intentó conquistar al espectador con una fórmula infalible y que se estila desde hace años más allá de nuestras fronteras: un casting compuesto por estrellas venidas a menos, que brillaron alguna vez con luz propia; personajes de rabiosa actualidad; así como perfiles que cuentan con una misión clara a desempañar durante el transcurso del programa.
Pese a ello, la audiencia ha dado la espalda al formato conducido por Jordi González que sufre el azote de los audímetros y de los medios, que no han dudado en gritar a los cuatro vientos que el formato se encuentra en crisis y cosechando semana tras semana nuevos mínimos históricos de audiencia.
Estos datos no son de extrañar. Y es que, pese al potencial de su casting, GH VIP 5 ha acabado siendo toda una decepción. A pesar de la multitud de estímulos y refuerzos enviados desde más allá de los muros de la casa de Guadalix de la Sierra, los concursantes siguen adormilados, sin producir actividad, como si fueran una panda de volcanes inactivos.
Es por ello que, de manera incoherente, durante su cuarta gala, Zeppelin TV y Telecinco han decidido liarse la manta en la cabeza y reabrir la selección de concursantes para "manchar" con un polémico nombre su plantel de VIPs, dando de lado al arquetipo de famoso con el que el reality quería convocar a la audiencia en un principio.
El fichaje de Aída Nizar, un nuevo abrazo a la "trash TV"
El pasado lunes, 23 de enero, el sitio web de Telecinco jugó con la posibilidad de que la cadena levantara el veto que Mediaset España mantenía a Aída Nízar desde el año 2013 vía una encuesta web.
"¿Ha llegado el momento de que Aída Nizar vuelva a la televisión?", preguntaba inocentemente la página web oficial de la cadena principal del grupo con sede en Fuencarral. La respuesta de los espectadores de Telecinco debió ser un rotundo "sí" porque la exconcursante de Gran Hermano 5 volvió a la televisión durante la cuarta gala de GH VIP 5.
Una vez más, Aída Nizar pasó de ser un personaje desterrado y repudiado por grupo Mediaset España a un necesario revulsivo rescatado con el único objetivo de "fabricar" broncas en un apagado reality show que marca en su vigente temporada los peores datos de audiencia de su historia. Todo por el show. Y es que, al fin y al cabo, la televisión es entretenimiento.
Como ya hiciera en GH 17 con los frustrados fichajes de Amor Romeira, María José Galera y Maite Galdeano para crear polémica, Telecinco ha vuelto a hacer gala, una vez más, de un nuevo acercamiento a la trash TV. Abrazando y reconciliándose con una de sus vástagas más polémicas, la de Mediaset España muestra de manera desesperada su único objetivo: salvar y remontar las audiencias de uno de sus buques insignia.
No son pocas las veces que las cadenas de televisión, evidenciando su poca capacidad de autocrítica y escupiendo hacia arriba, han renegado de varios de sus Frankestein para volver a recurrir a ellos cuando las cosas se han puesto feas. El de Aída no es más que una renovada versión del mito del moderno Prometeo que, aunque aún no ha dado sus frutos, promete dar más de un momento de gloria y sacar de sus casillas a un grupo con poco sentido del espectáculo que vive estancado en una actitud hipócrita.
Pese a que el primer coqueteo de Nizar con el reality de Telecinco se saldó con el peor dato de audiencia histórico del formato, un triste 16,2% de cuota y menos de dos millones de espectadores, es cuestión de tiempo que sus continuas broncas llamen a un espectador ávido de consumir la televisión que Telecinco siempre ha estado dispuesta a darle. Show must go on.