Entrar en la casa de Gran hermano es el sueño de muchos. Una vez dentro, el sueño de unos pocos es salir pronto y descubrir el verdadero negocio que se esconde detrás del programa de Telecinco: el bolo. Todos los concursantes del reality cuentan con un contrato de representación una vez están fuera de la casa y que les hacen ganar miles de euros en muy poco tiempo. Todo ello depende, cómo no, del puesto que logren en el programa y la polémica que hayan generado.
Endemol, productora de televisión que está detrás de este formato internacional, tiene una empresa paralela que se llama Telegenia que se encarga de representar y mover a los concursantes que van saliendo de la casa. Ganan los expulsados y gana la empresa. Todos ganan.
De la noche a la mañana, la empresa se encuentra con una lista de casi 20 nombres de concursantes que son capaces de llenar discotecas. Nombres por los que cualquier local estaría dispuesto a pagar mucho dinero. Bluper ha tenido acceso a los precios que esta empresa pide a las discotecas por bolos. Un trabajo fácil y sencillo en el que el concursante sólo tendrá que pasearse por el local, hacerse fotos y firmar autógrafos. A veces hacen incluso doblete en más de una discoteca por noche. Un trabajo que apenas dura una hora, aunque siguen cobrando lo mismo si están más tiempo.
No todo el dinero es para el concursante. Si bien la agencia de representación se queda con el 30% de cada salida. De esta forma, Paula, ganadora de GH 15 y una de las concursantes que más comentarios ha generado, se ingresa más de 900 euros por bolo (aunque la discoteca tiene que desembolsar 1.300 euros). Y no son pocos los que quieren contratar a Paula y pueden sacar este dinero de sus bolsillos: la ganadora de Gran hermano 15 tiene todos los fines de semana cerrados hasta mayo.
Se puede observar que los chicos, por muy pronto que hayan salido de la casa, atraen mucho más que las mujeres. Algún concursante, como Lucía, sube su caché simplemente por las vivencias que ha tenido dentro de la casa. La agencia de representación pide 900 euros por llevar a la joven a un local.
La comisión continúa en ‘GH VIP’
La empresa de Endemol no sólo disfruta de representados anónimos en Gran hermano. Telegenia tiene ahora mismo dos nombres dentro de la casa de GH VIP: el torero Ismael y el tronista de Mujeres y hombres y viceversa Fede. Ellos ya tienen un contrato cerrado cuando salgan de la casa para recorrerse todas las discotecas de España.
Es curioso que la misma productora que realiza el casting y elige a los concursantes que entran dentro de la casa cuente con dos representados a través de una empresa paralela. Su caché a la salida dependerá de lo que generen dentro.
El negocio del representante
Aunque los elegidos para entrar en la casa en embolsan miles de euros después de su aventura, son los representantes los que salen ganando. Ellos no se manchan las manos, siempre están detrás de las cámaras, pero se llenan los bolsillos con el porcentaje correspondiente por cerrar el contrato.
Toño Sanchis, por ejemplo, tiene cinco representados dentro de la casa de GH VIP: Belén Estaban, Ylenia, Kiko Rivera, Coman y Olvido Hormigos. Él tiene a los nombres que más dinero perciben por semana en el reality. La enemistad entre algunos también generará ingresos a su salida, cuando tenga que cerrar entrevistas en exclusiva con algunos de los programas de Telecinco.
El ‘bolo’ como modo de vida
Los concursantes de realities no son los únicos que han sabido ver en los bolos un gran extra a final de mes. Los presentadores y los colaboradores de los programas de televisión también tienen su propia agencia, que se encargan de moverles por toda España para firmar autógrafos a billetazo limpio.
La agencia de Toño Sanchís se encarga de llevar a Jorge Javier Vázquez o a Terelu Campos. Ellos son de los que más cobran por encargo dentro de esta empresa. El presentador de Sálvame tiene un caché de 7.000 euros por bolo. La colaboradora pide entre 4.000 y 5.000 euros por sarao. Otro que trabaja para Sanchís es Kiko Matamoros, que cobra 2.000 euros por salida. Un 2x1, ya que siempre va acompañado de su pareja Makoke.
Lejos de parecer un precio desorbitado para muchos locales, las discotecas se llenan hasta la última esquina cuando se anuncia un famoso en su lista de visita. De nuevo, todos ganan.
Y este es el verdadero negocio que se esconde detrás de muchos programas de televisión. La pequeña pantalla es un mero trámite para ser conocido y que las discotecas se peleen por el famoso. Una rúbrica y una foto a precio anticrisis.