Por el Palacio de Monsalves se estaría paseando ahora mismo Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía. Pero en el año 92, tras la rehabilitación del Palacio de San Telmo, la Presidencia de la Junta cambió de sede. Ahora, por aquellos pasillos sólo se escuchan gritos de '¡grabando!'. Y es que aquel palacio es ahora el plató de televisión donde se rueda Allí abajo.
No se ha perdido todo el espíritu de aquellos tiempos en los que pudo haber sido sede de la Junta. Allí todavía queda una fotografía de Susana Díaz. Un retrato en le despacho de Trini, la directora de la Clínica Híspalis, que recuerda lo que pudo haber sido y no fue. No es para menos después de ver lo bien que le gusta quedar a Trini ante los ojos de la Junta.
En BLUPER nos hemos desplazado hasta Sevilla para ver cómo se rueda la exitosa serie de Antena 3 producida por Plano a Plano. Un plató poco tradicional en las series de televisión española que es ejemplo de la evolución del género y que aprovecha al máximo los escenarios naturales que ofrece la geografía española (inclyendo lo creado por el hombre).
Allí abajo, donde ahora podría haber posado Díez ante las cámaras para hacerse sus fotos institucionales, ahora se habla de relaciones entre médicos y enfermeras. La Clínica Híspalis es tal y como te la pintan en televisión. Aquí hay poco recovecos, pocas puertas traseras que al atravesarlas te lleven a un plató completamente diferente. El Palacio de Monsalves es la clínica que nos imaginamos en televisión.
La primera planta tiene como escenario principal ese patio andaluz en el que los enfermos pasean ante la atenta mirada de los celadores. Desde allí accedemos a la cafetería en la que Iñaki (Jon Plazaola) ha trabajado en estas dos primeras temporadas, al jardín que sirve como terraza y al gran hall que sirve como sala de espera. Sólo hay que subir a la primera planta para ver cómo han reconstruído un hospital totalmente creíble, con sus puestos de información y sus habitaciones. La sala en la que estuvo hospitalizada Maritxu en la primera temporada está situada exactamente donde nos lo mostraron en la serie.
Es en la tercera planta de este rincón único donde nos encontramos con la magia de la televisión. Allí descubrimos que el norte y el sur de España se encierra bajo una misma habitación. La taberna vasca está a pocos metros de la casa de Carmen (María León), cuyo patio interior no es más que un patio más de la clínica ficticia. Pero sólo hay que subir una planta más para volver a meternos en la piel de los personajes. La azotea, con ese frontón verde ya mítico y Sevilla de fondo consigue que entendamos cómo ha podido funcionar tan bien esa fusión norte-sur en la ficción española.
Allí abajo ha comenzado a rodar hace unas semanas la que ya es su tercera temporada. La cadena confía plenamente en la ficción y este año han decidido que sean 16 los episodios que compongan la nueva temporada. Se trata, a pesar de esta gran apuesta, de un año crucial para la serie. Ahora que las series ya no están tan acostumbradas a hacer historias de largo recorrido, Allí abajo puede ser un oasis en este desierto de nuevas producciones.
En la nueva temporada, Carmen e Iñaki se han desplazado hasta el norte ya que al chef le ha salido una posible plaza en uno de los restaurantes más prestigiosos del País Vasco. Ahora será el sur de España el que viaje hasta el norte. Aunque tengan que convivir entre mantas, en el fondo están rodando en un sitio donde hace más falta un abanico.
Allí abajo acumuló en su segunda temporada una media de 3,1 millones de espectadores y se despidió el pasado mes de mayo ante 3,5 millones. Lo hacía con boda. Un 'sí, quiero' que a los espectadores siempre les ha gustado ver. La ficción huye de las tensiones sexuales no resuletas que tango gustan en televisión para plasmar desde el principio una relación resulta que evoluciona.
Y es que el secreto de la serie radica en que, a pesar de ser una serie protaognizada por una pareja, tiene un entusiasmo muy coral. Y será esta tercera temporada la que explote mucho más al resto de personajes de la serie, con la inclusión de nuevos actores que revalorizarán el valor de muchas pequeñas historias.