Sálvame recibía este viernes la noticia de que José Fernando estaba en el madrileño barrio de Lavapiés, solo, en una situación complicada. Kike Calleja, reportero del programa, se trasladaba hasta allí y conseguía encontrarle.
Mientras tanto, la familia del joven se había puesto en contacto con el reportero y, minutos después, sus tíos Paco y Aniceto acudían al lugar para llevarse a José Fernando a casa.
Todo este proceso fue retransmitido en directo por el programa. "El tono en el que está José Fernando no es nada amigable. Le he ofrecido mi ayuda", decía Calleja rodeado de multitud de curiosos. "Para a Paco si puedes", le decía desde plató Carlota Corredera.
"Es un momento muy desagradable. En toda mi carrera profesional he vivido en directo que una familia localice a una persona que no está en condiciones, que se le localiza gracias a un programa y que se ofrece en directo", continuaba la presentadora.
Más tarde en Deluxe, el programa también emitió un vídeo en el que el hijo de Rocío Jurado intentaba escapar del coche donde iba con sus familiares.
Esta retransmisión no pasó desapercibida por las redes, que criticaron con dureza la actitud del programa. "Lo de hoy en Sálvame con José Fernando no puede tolerarse en televisión. Ojalá algún ente público tome medidas ejemplarizantes inmediatas".
Por su parte, la periodista Isabel Rábago ha reflexionado sobre el asunto en su página web. "¿Somos periodistas? Sí. ¿Cumplimos órdenes? Sí. ¿Hacemos nuestro trabajo? También. Pero cuando todo acaba, las cámaras se apagan y los directos finalizan, somos vulnerables, como los que más. Al menos yo y los míos".
En mi cabeza el espectáculo de un joven desorientado, enfermo, inconsciente, empujado por sus familiares apabullado por los focos, los flashes, las cámaras de mis compañeros y la insensibilidad de un publico anónimo que sonreía divertido ante el esperpento.
"No voy a entrar en debates absurdos sobre la idoneidad o no de hacer públicas en un medio de comunicación, unas escenas de un joven desorientado, apabullado por las circunstancias. Yo sé lo que haría y lo que no, si tuviese ese poder de decisión. Ese no es el debate".
"Quiero reflexionar sobre todos esos viandantes, personas anónimas, que ante la escena dantesca, optaron por levantar sus teléfonos y divertidos grababan lo que yo como persona anónima, no como profesional, sería incapaz de grabar".