La derrota de España, también para Mediaset: varapalo para sus cuentas
Los peores presagios para Mediaset España se cumplían este lunes. España caía derrotada ante Italia en octavos de final de la Eurocopa 2016, con todo lo que ello conlleva en términos de audiencia y, sobre todo, económicos.
Todavía es pronto para valorar la cuantía de las pérdidas ya que aún queda mucha competición por delante. Sin embargo, según analistas, la eliminación de la Roja hará decrecer las audiencias del resto de partidos ya que se produce un desencanto del aficionado.
Además, según PR Noticias, las inversiones publicitarias crecieron apenas un 1% en junio desde el espectacular crecimiento del 25% en abril y el 5% de alza en mayo. De esta manera, junio se convierte en el mes que hasta el momento (descontando enero) es el peor en términos de inversión publicitaria.
Esperábamos que la final fuera España-Francia y fuera a penalties
“Para que una competición de este tipo sea rentable hay que ver hasta donde llega España. No es igual si España llega a la final o no. Cuando cerramos el acuerdo, esperábamos que la final fuera España-Francia y que ganara España en los penalties”, explicaba hace unas semanas el consejero delegado del grupo, Paolo Vasile.
Según informó El Mundo, Mediaset España habría asumido unas pérdidas de 15 millones de euros debido al fracaso de la Roja en el Mundial 2010. Los ingresos publicitarios no superaron los 20 millones de euros, por los 35 millones de euros que habría invertido el grupo en el campeonato.
Una negociación atípica
Por todo ello no es de extrañar que los derechos de la competición europea no se vendieran hasta el último mes. Para Mediaset, el precio no se ajustaba a sus criterios de rentabilidad. Para la propietaria de los derechos, el incremento de partidos justificaba esa cantidad. Finalmente se logró un acuerdo beneficioso para Mediaset. Sin embargo, el grupo dirigido por Paolo Vasile decidió tomar algunas precauciones. llevando a cabo varios cambios en su programación durante las últimas semanas.
“Ha sido la negociación más atípica porque nunca se ha comprado un evento tan grande tan cerca del mismo. Las pretensiones de la UEFA eran muy elevados y el mercado no estaba dispuesto a pagar lo que ellos querían. Pensábamos que no lo iban a vender”, comentaba el italiano.
“Pero tenemos unos deberes. Y quisimos hacer de todo para no quitarle al público español la posibilidad de ver el torneo. Y también pensamos en los anunciantes, que no podíamos hacer todo lo posible para que no se les quitara una plataforma como la Eurocopa”, añadía.