Arantxa Vilas, estilista de 'Juego de tronos'

Arantxa Vilas, estilista de 'Juego de tronos'

Televisión

La española que viste 'Juego de tronos'

4 mayo, 2015 20:56

Arantza Vilas es la diseñadora textil que ha creado Pinaki Studios en Londres. Desde hace 10 años colabora con vestuarios, decoradores y proyectos para empresas. La serie Los Mosqueteros de la BBC o las películas El Fantasma de la ópera y Skellig, pero sobre todo en su currículum destaca su participación en la cuarta y quinta temporada de Juego de Tronos.

Bluper se topó con ella en una conferencia en la segunda edición de Soy Moda (Sevilla) y no pudo evitar preguntarle sobre su paso por la serie de la HBO y recoger las historias que compartió. Estudió grabado en Sevilla y se especializó en diseño textil en la prestigiosa Central Saint Martins de Londres. “No quería ser diseñadora de moda, quería estampar en textil. Es como tener una cocina y hacer reacciones químicas”. Además, tiene la filosofía de que el diseñador de vestuario debe pasar inadvertido porque viste personajes e historias.

Llegué a 'Juego de tronos' por mi participación en 'Los mosqueteros'

¿Cómo llegaste a colaborar en una producción de la magnitud de Juego de Tronos?

Este mundo se mueve por contactos, un proyecto lleva a otro... Llegué a Juego de Tronos por mi participación en Los Mosqueteros, la asistente de Michele Clapton (jefa de vestuario) vio mi trabajo y me llamaron. Acudí con mi portfolio para que vieran lo que podía hacer. Es un equipo de 100 personas muy especializadas. Yo entré como especialista para hacer las oxidaciones de metales, la manipulación de tejidos... Maltratar la tela al máximo para que la audiencia se crea la historia y el actor su papel. Lo fundamental es que ayudas al actor a crear un personaje que tiene una historia, no puede ser una prenda nueva y menos en Juego de Tronos.

En Juego de Tronos no nos dan el guión. Cuando entramos los colaboradores ya hay mucho trabajo hecho previo. El diseñador te cuenta la historia y tú cuentas lo que puedes aportar. El vestuario empieza a producirse antes del rodaje, pero también mucho durante con jornadas de 12 horas que hace el equipo fijo. A veces están con prendas que son para el día siguiente. Yo voy produciendo por encargo desde mi estudio en Londres o en Belfast.

Recuerdo una anécdota de la 4º temporada con un vestido que querían que tratase, pero solo había uno y tenía que llevármelo a Londres para hacerlo. ¡Lo tuve que llevar en mi maleta de equipaje de mano, menuda responsabilidad! Para poder tratarlo de la forma que queríamos, la propia jefa de vestuario tuvo que coserlo para evitar que se me deshiciera, tuvo que coger la máquina de coser ella misma porque todos los demás estaban liadísimos.

Los braavosi llevan prendas con tejidos realizados por mí de forma artesanal

¿A qué personajes has vestido?

Todos los braavosi llevan prendas con tejidos realizados por mí de forma artesanal. Los adornos de sus ropas indican su estatus social, llevan complejas gorgueras plisadas de seda que fueron inspiradas por materiales que creé hace tiempo.  También puede decir ya que parte de lo que Stark lleva en Braavos.

El gran reto de 'Juego de tronos' es la escala con la que se trabaja

¿Qué tipo de técnicas has utilizado?

Muchas oxidaciones con distintos tipos de metales y fibras naturales, otras cosas tridimensionales se desarrollaron para Kahlesi pero quedaron en prototipos. Técnicamente eran cosas con las que estaba cómoda, pero el gran reto de Juego de Tronos es la escala con la que se trabaja, una producción de tantos metros de tela, unos 100 redondeando.

¿Cómo preparas los encargos?

Yo investigo de forma personal pero también parto de la que ya nos da el diseñador de vestuario. Es una investigación histórica, técnica y artística. Me gustan mucho las historias, tuve suerte de entrar en este mundo por casualidad. Me vi todas las pelis y me leí dos veces el libro de El fantasma de la ópera cuando tuve que hacer el proyecto, eso ayuda a encajar tu encargo.

¿Cómo ha evolucionado el vestuario de la serie a lo largo de estas cinco temporadas?

En la primera el presupuesto de vestuario era muy limitado, hicieron lo que pudieron, la piel era de plástico y con esfuerzo consiguieron reconocimiento y la confianza del productor. Ahora hay colecciones inspiradas en la serie. En España nos lo creemos poco y se invierte poco. La pelea es a sangre. Pero no solo aquí, en la BBC también estaban muy limitados.

Todo depende del arte y la habilidad del diseñador de vestuario para tener una estrategia a la hora de utilizar el dinero que tiene. El 90% del vestuario de la serie se hace en Belfast, donde se guarda y reutiliza eso permite que los presupuestos de nuevas temporadas se gasten en nuevos personajes. Como sabéis mucho vestuario de extras es de la empresa española Cornejo, pero no hay más españoles en el departamento.

¿Cómo te lo encontraste a tu llegada?

Yo llegué en un momento muy dulce para Juego de Tronos, de hecho me contratan porque el presupuesto lo permite. En realidad, me enteré de aquellos ajustes cuando Michele ya podía hacer lo que quisiera. Hombre, tiene sus limitaciones, pero sí que me ha comentado que trabajar durante cinco años para tele con un presupuesto de cine con el mismo equipo. Un grupo de profesionales que trabajan, aprenden y evolucionan juntos para una misma historia. No hay paralelismo con el cine, llevan más años que El Señor de Los Anillos.

¿Qué otros colaboradores hay como tú?

Hay una bordadora a la que admiro muchísimo que es Michele Carragher. Hace todos los bordados de todos los reinos, su trabajo es increíble, una artista.

Cuando me llamaron, no veía 'Juego de tronos'. Me lo vi todo y me enganché

¿Eres una friki de la serie?

Cuando me llamaron no la veía. Como me interesó el proyecto, cuando entré me lo vi todo y, claro, me enganché.

¿Contarán contigo para la sexta temporada?

No se sabe aún, en esto todo es a última hora.

¿Crees que se empieza a valorar más el trabajo de vestuario en general en cine y televisión?

Creo que cuando un diseñador de vestuario se lleva un premio, Michele Clapton ya no sé cuántos lleva, eso da mucha visibilidad al vestuario. Y una audiencia general, no especializada, empieza a fijarse en eso.