'Sálvame limón' y 'Sálvame naranja': mismo perro con diferente collar
Se trataba de un nuevo programa que no necesitaba publicidad. Telecinco estrenó este lunes en su tarde Sálvame limón y Sálvame naranja, dos programas que pretendían dividir los contenidos del ya extinto Sálvame diario en aquellos que pasan el corte del horario de protección infantil reforzada y los que no. Una vez superada la primera emisión, se ha podido comprobar que esta novedosa iniciativa no ha sido otra cosa una forma de superar la crisis planteada por Competencia la pasada semana, sin ningún cambio en sus contenidos. Sálvame sigue siendo Sálvame.
El pasado miércoles, la CNMC daba un ultimátum al programa de Telecinco: o cambiaba su calificación de edad para ajustarse al horario reforzado que no permite emitir un programa para menores de 13 años de 17:00 a 20:00 horas, o se enfrentaba a una cuantiosa multa económica. La solución de Telecinco ha sido dividir el programa en dos. Sálvame limón: más ácido, sin fronteras, que se emite de 16:00 a 17:00 horas y no recomendado para menores de 12 años. Y Sálvame naranja: de 17:00 a 20:10 horas, más controlado, no recomendado para menores de 7 años.
Un estreno para mantener la esencia
El programa comenzó como lo hace cada día, con su cabecera habitual. La única diferencia que se apreciaba en el programa era un fondo amarillo que trazaba la imagen del nuevo Sálvame limón. En la parte inferior de la pantalla, además, se señalaba que el programa no estaba recomendado para menores de 12 años. El contenido, sin embargo, no se diferenciaba mucho del resto de días.
Durante esta primera hora de programa, Sálvame ha emitido su particular sumario, por el que han pasado vídeos de Sálvame Deluxe en los que no se han cortado algunos de los insultos que se produjeron el viernes pasado. Paz Padilla, sin embargo, no hacía ninguna referencia a los cambios que había sufrido el programa.
La prueba de fuego de ‘Sálvame naranja’
Por la pantalla pasaron un copyright que señaló el final de un programa y marcó el inicio de otro
A las 16:59 horas cambiaba el color del programa y se tornaba del amarillo a naranja. Ninguna referencia al cambio, ningún cambio en el contenido que se estaba tratando, ninguna cortinilla que separase ambos programas. Sálvame limón cambió a Sálvame naranja sin que el espectador notase la diferencia. Por la pantalla pasaba un copyright que señalaba el final de uno y el comienzo de otro.
Las pantallas señalaron que el programa ya era otro. La calificación de edad que describía el programa ya era otro. Sálvame naranja ya era un programa no recomendado para menores de 7 años. Sin embargo, el espacio de Telecinco seguía siendo el mismo.
Las diferencias, tímidamente percibidas por el espectador, sí eran advertidas por los propios colaboradores. “¿Se puede hablar de esto ahora?”, preguntó en una ocasión Mila Ximénez. Aunque no cambiaron de tema, sí que tomaron medidas. Mientras en la primera parte se emitieron los insultos que aparecieron en Sálvame Deluxe, la versión naranja no emitía estas descalificaciones para hablar con cierto control. Las peticiones para bajar el tono de las discusiones que terminaban a gritos eran continuas. Las conversaciones fueron calentando el tono y una de las colaboradoras, Raquel Bollo, terminó saliendo de plató llorando. Un color naranja que no se aleja demasiado de lo que siempre fue Sálvame.
Su única tabla de salvación
Sálvame pretende así evadir cualquier demanda que le puede llegar de parte de Competencia. El programa vuelve a jugar en la línea de lo legal y lo ilegal adecuando sus contenidos a su calificación de edad. Era su única forma de sobrevivir. Si el programa cambiaba su calificación, como sí le pedía Competencia, no podría haberse emitido en este horario y, por lo tanto, debía desaparecer de la parrilla de Telecinco.
Desde que se conociese la intención de la CNMC, la cadena al completo se ha volcado en su defensa sobre Sálvame. El hashtag #YoveoSálvame ha permanecido en pantalla desde este fin de semana, la cadena ha emitido spots de personas de la calle apoyando al programa y varios presentadores de la cadena han apoyado al espacio.
De forma tímida, Telecinco ha movido ficha y Competencia tendrá que decidir ahora si estos cambios sirven para salvarse de la quema o el programa continuará en el punto de mira como hasta ahora. La decisión ya ha cambiado de tejado.