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Este miércoles se estrenó en Antena 3 la nueva edición de Mask Singer, la cuarta. Y en esta puesta de largo, el concurso que consiste en adivinar la identidad del famoso que está tras la llamativa máscara de turno, presentó a Alaska y Ana Milán como nuevas miembros del jurado. Ambas acompañarían a Javier Calvo y Javier Ambrossi en la peculiar misión de hilar pistas y voces hasta dar con el conocido rostro popular que está entonando canciones con llamativos disfraces.

Como ya avanzaron Los Javis en la visita a El Hormiguero, esa noche se descubrirían no una, sino dos máscaras. La primera de ellas fue bastante complicada, y ningún investigador la acertó. Se trataba de (spoiler) Carl Lewis, el conocido atleta estadounidense. La segunda fue fácil, especialmente para Calvo y Ambrossi, que reconocieron quién estaba cantando bajo la máscara de Palomita. Una mujer a la que han dirigido interpretándose a sí misma, y que en la temporada pasada incluso fue una de las investigadoras. Se trató de la mismísima Ana Obregón.

La actuación de Ana no fue muy movida. Tenía un problema de ciática que le impidió bailar como correspondería, y, por eso, tuvo que hacer su actuación sentada en un taburete. El tema que eligió para competir, en su debut y despedida, fue Flowers, de Miley Cyrus. 

Con esta actuación, Ana Obregón ha vuelto al mundo de la canción. Y es que cuando hablamos de ella solemos mencionar oficios como actriz, presentadora o bióloga, Ana también tiene un pasado musical bastante interesante. Porque ha cantado en cine, en televisión, grabó un disco y hasta fue la banda sonora de la Vuelta Ciclista a España en el cada vez más lejano año 1996.

Podemos bucear hasta 1982 para ver a la Obregón dando el do de pecho. Ya había grabado sobre una decena de películas cuando Álvaro Sáez de Heredia cuenta con ella para Freddy el Croupier, un largometraje ambientado en el mundo del juego y la mafia. Allí interpretó el tema I Am A Winner, y no solo eso: se llegó a lanzar un disco de vinilo con el corte, obra de Manuel Santisteban, Douglas Meakin y Mike Fraser. 

El tiempo pasaría y Ana Obregón se convirtió en una estrella de la televisión, destacando en su faceta de presentadora. TVE fue la casa en la que empezó a conducir programas, y en 1991 conduce Caliente junto a Rody Aragón. Y eso le permite entrar en nuestros hogares en Nochebuena, gracias a Telepasión, metiéndose en la piel de Olivia Newton-John en Grease, con Rodycomo alter ego de John Travolta.

Más tarde le llega su gran oportunidad: ¿Qué apostamos?, junto a Ramón García. Ambos hacían una mágica pareja televisiva. Ella charlaba con los invitados y dirigía las apuestas, y el vasco era el encargado de presentar las pruebas y entrevistar a los participantes. Juntos, además, cantaban la sintonía del programa, aquella que decía eso de “qué apostamos, qué apostamos, arriesga lo imposible y no des marcha atrás”.

 

Ana Obregón

La popularidad de ¿Qué apostamos? hizo que Ana y Ramontxu formasen también pareja musical. Corría el año 1996, y grabaron un disco que llevó por nombre Pienso en ti, que como no podía ser de otra manera, incluía el tema del programa. Fue un álbum muy vendido, y una de sus canciones, Morena, fue sintonía de la Vuelta Ciclista. “No lo puedo entender, Ramón y yo cantábamos muy mal”, ha dicho Ana en alguna ocasión, recordando este proyecto con cariño y humor.

En los siguientes proyectos de televisión, Ana siguió haciendo algún que otro pinito musical. Lo mismo cantaba Amante Bandido delante de su exnovio Miguel Bosé (en riguroso playback, eso sí, pero con su voz de verdad) en Gracias por todo o se marcaba un pícaro Fumando espero en Telepasión.

Ana Obregón y Ramón García

Con el paso del tiempo, Ana continuó trabajando de actriz y presentadora, pero dejó la música a un lado. Que no el baile, porque no hay más que recordar cómo se movía sobre la barra americana en Ana y los siete. Y no nos olvidemos su paso por Mira quién baila, que abandonó por una lesión. Ahora ha retomado este gusanillo artístico con Mask Singer, y quién sabe si dará algún paso más. Lo mismo se anima, y hasta pasa por el clonador de Tu cara me suena. Aunque sea como invitada. Que arriesgue lo imposible y no dé marcha atrás.