El abandono de Tamara en la duodécima edición de MasterChef ha provocado un auténtico terremoto. Otro lío más para RTVE. Un enfrentamiento constante entre la concursante y el jurado, cuyo volumen ha provocado quejas hasta de la ministra de Sanidad, Mónica García, y que Sumar llegase a preguntar sobre el programa en el Congreso. Pero, ¿qué ha sucedido para que el formato, uno de los más exitosos de La 1, haya terminado en el foco de la polémica?
La relación entre Tamara y el talent ha ido de más a menos, algo que ya pudo verse en el primer programa. La consultora de finanzas de origen ruso logró convertirse en una de los 16 aspirantes que entraba en el programa, y lo hacía tras una dura selección entre los 50 mejores candidatos. Eso sí, ya desde la presentación, dejaba una cosa muy clara: no buscaba ser chef. Tamara buscaba convertirse en crítica gastronómica.
“Vengo de Barcelona, pero soy de origen ruso. Me dedico a las finanzas, pero me gusta mucho comer. Por eso estoy aquí, para aprender a cocinar un poquito mejor y, si todo va bien, pues poder dedicarme a criticar otros platos para ayudar a otros a mejorar los suyos”, dijo. Ya en esta presentación, provocó que Jordi Cruz revelase que no es muy amigo de los críticos gastronómicos. “No me caen demasiado bien”, confesaba el chef catalán.
Ya en este primer programa, se vio que Tamara tendía a responder con cierta soberbia. “Si no me coges, lo primero que haré será hacerme crítica gastronómica e ir a tu restaurante”, dijo la consultora. A pesar de ello de que no se veía en la final, Tamara sí mostraba inicialmente decidida a ganar. “Me defino como una persona muy competitiva. Así que, vengo a ganar y me voy a llevar por delante a quien haga falta”, decía.
Cuatro galas en la cuerda floja
Tras esta presentación, Tamara no tuvo suerte en la primera gala y se convirtió en uno de los miembros del equipo que obtuvo el delantal negro en la prueba en la Sagrada Familia de Barcelona. Precisamente, muy recordado fue su momento en el que estuvo al borde de la expulsión, por entregar unos “mariscos que no sabían a lo que eran” y que había desaprovechado el buen material. Tamara rompió a llorar antes de saber que la primera expulsada era Tessa.
Lo cierto es que Tamara ha llevado el delantal negro en casi todas las galas. En la segunda volvió a estar en la cuerda floja. En esta prueba, debía emular uno de los platos de Jordi Cruz, que cocinó con los aspirantes. Su plato fue descrito como “cortado con amargura”. Tampoco se libró del delantal negro en la tercera gala. Eso sí, lejos de mostrarse sin ganas de pelear por ganar, decidió salvarse cuando el jurado le dio la oportunidad de evitar enfrentarse a la prueba de eliminación.
Fue en la cuarta gala donde se vio el punto de retorno entre la relación del jurado con la consultora de finanzas. Su equipo fue a la prueba de expulsión y Pepe Rodríguez quiso saber qué había sucedido. Lejos de realizar alguna consideración crítica, Tamara señaló que preferiría estar en un equipo que va a eliminación porque subir al balcón era “aburrido”. “¿Lo mismo haces con las finanzas?”, le preguntó en tono de broma el chef. Fue aquí donde la consultora se ofendió, a pesar de que el cocinero no lo hizo con mala intención.
“No necesito que metas las finanzas en este caso”, respondió visiblemente molesta. Lo cierto es que la consultora venía ya muy enfadada de la prueba de grupos, donde tuvo encontronazos con el capitán del equipo, Maicol. De hecho, Pepe Rodríguez le recordó que ella fue la que le eligió estar en su equipo y que podía haberle ayudado durante las pruebas, dada su falta de liderazgo.
Enfrentamiento con el jurado: "Ni loca montaría un restaurante"
Fuera de cámaras, Tamara mostró más ira contra el chef. La consultora consideraba que Rodríguez se estaba "metiendo en terreno pantanoso" y que no iba a permitir que le hablase así delante de millones de personas. Parece que ese ímpetu por llegar a la final que mostró en la primera gala fue absorbido por la soberbia, dado que cuando Pepe Rodríguez le preguntó si se venía en la final, la consultora dijo rotundamente que no. De ahí, que surgiese una pregunta: ¿qué hacía ahí?
Cuando le preguntaron si tenía ambiciones culinarias, Tamara también rechazó desear montar un restaurante. Su respuesta fue lanzada de muy malas formas. “Ni loca montaría un restaurante, tengo un marido, un hijo, una vida y vale más que dejarme la vida en un restaurante. Ahora, otro negocio relacionado con la hostelería sí...”, decía antes de ser interrumpida por Jordi Cruz.
“En estos 12 años que llevamos haciendo el programa, es la declaración de intenciones más negativa que he escuchado”, expresó tajantemente, recordando que es el jurado que menos aguante tiene para los actos de soberbia o chulería. “Porque estás hablando con Pepe, si estuvieras hablando conmigo estarías saliendo por la puerta porque me ofende lo que has dicho. Mucha gente ha querido entrar, lucha por estar aquí y aquí formamos chefs. Creo que has respondido a lo loco, desde el enfado y sin pensar demasiado”, señalaba.
En declaraciones a las cámaras, la consultora mostró más enfado con el jurado, al cual llegó a faltar el respeto. “Estoy mejor fuera que dentro. Me considero una persona súper afortunada, tengo una casa maravillosa, un marido súper comprensivo que me consiente, no me gusta rodearme de cerdos y no sé qué hago aquí aguantando tonterías”, expresó.
A pesar de que era la gala ideal para su expulsión. Su plato tuvo el hándicap de contar con cinco minutos de cocinado (por expreso deseo de José, uno de sus compañeros, quien estaba visiblemente ofendido por la actitud de la consultora). Lo cierto, es que se volvió a librar, gracias a que había un peor cocinado, siendo Choco la cuarta expulsada del talent.
Su abandono y el trato de Jordi Cruz
Tuvo que llegar la quinta gala para que Tamara tomara la decisión de irse. La rusa había logrado evitar el delantal negro y su equipo no se iba a enfrentar a la prueba de eliminación. Con lo cual, la consultora iba a estar presente en la sexta gala. Quizás por eso, ésta decidió irse. Sus encontronazos con el jurado habían llegado a un punto insostenible.
“Hay momentos en los que he disfrutado mucho, pero hay momentos en los que me he sentido más y menos cómoda. Con la situación, la experiencia en general... Aquí entre mis compañeros muchos se lo merecen más. Y no me veo en la final así que me voy. Me despido voluntariamente”, explicaba. Por supuesto, Pepe Rodríguez quiso saber los motivos.
“No me siento a gusto. No estoy dando todo lo que me gustaría, constantemente estoy nerviosa, con presión, en tensión. Entiendo que es un programa y al final todos tomamos una decisión. Quiero tomar esta”, expresó, con un tono lejano al de una persona que aparentemente se había rendido. Jordi Cruz volvió a explotar contra la concursante. “Te están haciendo preguntas y yo no te haría ninguna, te diría 'muy bien, ciao'. Le has quitado la oportunidad a gente, claro que sí”, señaló.
“Me siento muy frustrada y no me apetece seguir en la misma dinámica en la que no estoy bien. Es más importante estar bien yo, que decepcionaros a vosotros, con todo el cariño del mundo, lo siento muchísimo”, dijo de nuevo, otra vez en un tono que no parecía el de una persona cansada de seguir en el programa. Aquí, el chef catalán realizó un acto que ha sido el que ha provocado las quejas posteriores.
Cruz se acercó para quitarle el delantal y decirle que se marchase. “Muy bien, ciao. Su delantal, su puerta”. La consultora se limitó a decir un “gracias”, sin despedirse siquiera de sus compañeros, con los que no había mostrado empatía alguna a lo largo del concurso. No obstante, las formas que tuvo el jurado a la hora de que la consultora se fuese han provocado una polémica difícil de digerir.
La ministra de Sanidad se pronuncia
Sus palabras y, especialmente, la actitud de los jueces provocaron un encendido debate en redes. De hecho, la ministra de Sanidad llegó a pronunciarse. Mónica García apoyó a Tamara públicamente y cargó contra la organización del programa y contra las palabras de los jueces.
“No, priorizar el bienestar emocional sobre los ritmos de vida frenéticos no es egoísmo, sino una decisión valiente. Nuestro compromiso con la salud mental implica abordar las causas que hacen que la vida duela. No queremos una sociedad dopada con cafeína y ansiolíticos”, escribió en su cuenta de X (anteriormente Twitter), compartiendo el corte del vídeo del abandono de la consultora.
Sumar lleva la polémica al Congreso
Tal ha sido la polémica que el partido de Yolanda Díaz, Sumar, ha llevado al Congreso preguntas para la actual presidenta interina de RTVE, Concepción Cascajosa, señalando que considera que MasterChef transmite “unos valores que incluyen el individualismo, la rivalidad, la mala relación entre los participantes incentivada por los presentadores, el bullying, el desprecio a los problemas de salud”. Palabras muy duras contra el talent culinario, la joya de la televisión pública y que, justamente, en esta edición reflejaron un compromiso con la salud mental.
Julia Boada, diputada de la formación, señalaba que el talent culinario “es un programa con un notable éxito de audiencia pero con unos valores que quizás tengan difícil encaje en una televisión” de servicio público. De hecho, la política llegaba a plantear que el formato muestra “abusos de poder” por parte del jurado. “Abusan de su posición de superioridad respecto a los y las concursantes, se burlan de ellos y especialmente de ellas, les hacen de menos y les tratan de una manera burlona cuando no vejatoria”, llegaba a calificar.
De hecho, Boada llegaba a decir que se mostraba “una situación claramente denunciable ante las autoridades judiciales” si esto fuese un “trato que se diera en un entorno laboral”, obviando que se trata de un concurso grabado en el que no se muestra todo el proceso del programa. De hecho, Boada relacionaba en su escrito lo sucedido con Verónica Forqué con “la actitud” del jurado.
El partido político lanzaba cuatro preguntas a la presidenta de RTVE, entre las que estaba si valía “la pena pagar 400.000 euros por cada” gala del talent “a cambio de un share por encima de la media de la cadena”. También llegaba a plantear si la Corporación tenía intención de renovar contrato con Shine Iberia, productora de MasterChef.
RTVE retira la quinta gala de su contenido
Tal ha sido la polémica, que RTVE ha optado por eliminar la quinta gala del concurso. En un comunicado, la propia Corporación señalaba los motivos. “La Corporación ha eliminado de RTVE Play y de sus redes el último programa de MasterChef. Lamentamos la emisión de un contenido que no debió suceder. La dirección ha reforzado los controles internos para evitar episodios similares. RTVE reitera su compromiso con la salud mental”, explicaba.
La guinda la ha puesto Tamara, quien en sus redes sociales ha reaccionado a toda la polémica. “No sabes cómo es realmente el juego hasta que lo juegas, y lo de acatar órdenes no es un problema. Pero el constante enfrentamiento entre compañeros, buscar salseo, juzgar mi trabajo, que se debata con a quien quiero más, no aprender cocina… son algunos de los motivos por los que decidí irme del programa”, expresaba en un vídeo compartido en X.
La reacción de Tamara en redes
“Hay quien dice que fui buscando la fama. No es por dármelas de diva, ni mucho menos, pero en la calle se me reconoce por mis vídeos de finanzas, no por mi paso por MasterChef. En todo caso les he generado yo más 'engagement' que cualquier otro concursante hasta el momento”, llegaba a presumir, obviando que son ya 12 temporadas las que tiene el talent.
“Lo más triste de ser sincero, y no caerle bien a todo el mundo, es que no gusta. Lamento decir, amigos, que no le vas a gustar a todo el mundo. Y lo mejor es mostrar tu forma de ser para dejar ir lo que no te hace bien, o lo que no te aporta. Me despido con mi frase preferida: mi personalidad es quien soy y mi actitud depende de quién eres”, finalizaba. En otro mensaje en la misma red social, señalaba que nunca había visto el programa, a pesar de llevar tantos años en emisión.
La postura de Shine Iberia
Tal ha sido el revuelo, que la propia productora no ha dudado en pronunciarse. Shine Iberia ha aclarado que, ante todo, busca "el respeto y el bienestar emocional de todas las personas que participan en MasterChef" como su "absolutoa prioridad". "Garantizamos la grabación en un entorno seguro, y por ello un equipo psicológico está a disposición de todos los concursantes antes, durante y después de la emisión del programa, entre otras medidas", según ha hecho saber Shine Iberia a BLUPER.
De hecho, el programa señala que tanto Tamara como el resto de concursantes han estado "monitorizados 24 horas al día por este equipo de psicólogos". Sobre dicha concursante, la productora señala que "Tamara expresó en varias ocasiones, en programas anteriores, que no quería dedicarse a la gastronomía. Este fue el motivo de su abandono", expresa.
"Para sus compañeros y jurado fue un momento duro, dada su pasión personal hacia el mundo de la gastronomía y su absoluta dedicación, y les costó entender esta decisión, como verbalizaron", señala Shine Iberia, que, sin duda, ha escuchado las quejas de caras a futuras ediciones. "Toda situación es un aprendizaje del que tomamos nota. Además, agradecemos el debate surgido, ya que nos enriquece como sociedad y nos permite seguir avanzando", concluyen.
Tamara y Jordi Cruz zanjan la polémica
Tal ha sido el revuelo causado, que tanto el chef como la aspirante han protagonizado un vídeo en redes sociales con el que buscan poner punto y final a la polémica. Antes de mostrar que ambos iban a preparar una "carrot cake 2.0" han querido aclarar los malentendidos. "Creo que el tema de la salud mental es algo muy delicado. Y yo estoy fantástica", comenzó comentando Tamara. "Me pongo muy intenso y en tensión, es verdad. Pero también suelo decirle cosas con carácter a personas que también lo tiene. Y creo que tú, Tamara, eres de mente fuerte", explicaba Cruz.
Con la consultora financiera dándole la razón al chef catalán, Tamara señalaba que se ha ido del talent show sólo porque sentía que no encajaba, desmintiendo que fuese por temas de salud mental. "Es como cuando comienzas una carrera y ves cosas que no te gustan y la dejas", aclaraba. Cruz añadía después que MasterChef es tanto un programa sobre cocina como un formato de espectáculo y entretenimiento.
"En MasterChef, hablamos de superación, de velocidad, de evolución, de actitudes, de querer mejorar, de querer superarte. No estamos ahí para herir ni para atacar a nadie. También, estamos haciendo televisión. No sé si alguien se ha dado cuenta", explicaba el cocinero. "Queremos que descubráis el mundo de la cocina, pero también es un programa de televisión. Cuando no grabamos, creo que todos nos llevamos bastante bien. Nos hemos reído mucho. Pero cuando enchufamos las cámaras, pues toca ponerse más serio", añadía Cruz.