La 68ª edición del Festival de Eurovisión está marcada por la polémica. La presencia de Israel en el certamen que tendrá lugar entre el 7 y el 11 de mayo en Malmö (Suecia) no está siendo bien recibida por parte de ciertos representantes de países de la UER. Parte de la opinión pública de diferentes países del Viejo Continente ha buscado la no participación del estado mediterráneo, el cual estará representado por Eden Golan y el tema Hurricane. Por ello, representantes de diez países han lanzado un comunicado pidiendo el “alto el fuego” en la franja de Gaza, exigiendo la vuelta de los rehenes capturados por Hamás y pidiendo la paz.
El comunicado ha sido compartido en redes sociales y reza: “Queremos comenzar reconociendo el privilegio que tenemos de formar parte de Eurovisión. A la luz de la actual situación de los territorios ocupados palestino, particularmente en Gaza, así como en Israel, no nos sentimos cómodos estando callados. Es importante para nosotros posicionarnos solidariamente con los oprimidos y comunicar nuestro sincero deseo de paz”, manifiesta.
“[Pedimos] un inmediato y definitivo alto el fuego, así como también un regreso seguro de todos los rehenes. Nos mantenemos unidos contra todo tipo de odio, incluyendo el antisemitismo y la islamofobia. Creemos firmemente en el poder unificador de la música, que permite a las gentes superar sus diferencias y alentar a tener significativas conversaciones y vínculos”, prosigue.
“Sentimos que es nuestro deber crear y defender este espacio, con la esperanza de que inspirará a que haya mayor compasión y empatía”, concluye. El comunicado viene firmado inicialmente por el representante de Reino Unido, Olly Alexander; la de Irlanda,
Bambie Thug; los de Noruega, Gåte; la de Portugal, Iolanda; la de Dinamarca, Saba; el de Suiza, Nemo; el de Lituania, Silvester Belt, los de San Marino, los españoles Megara, y finalmente el de Bélgica, Mustii, quien fue el último en sumarse.
Un comunicado con el que se busca pedir la paz de forma neutral, al reivindicar también la vuelta de los rehenes que tiene el grupo terrorista Hamás en Gaza y principal motivo por el que Israel ha entrado en este territorio, así como también para acabar con esta organización yihadista, islamista y paramilitar.
La presencia de Israel en Eurovisión ha estado en la cuerda floja hasta el último momento. La UER rechazó las dos primeras propuestas que envió el país mediterráneo por su supuesto “contenido político”. La primera propuesta fue October Rain, que parecía que hacía una referencia directa a los atentados del 7 de octubre, con el que Hamás asesinó a más de 1.200 personas, entre los que se incluye las 364 personas que fueron asesinadas en la masacre del festival de música Supernova.
Posteriormente, el país presentó Dance Forever, la cual habría sido descartada por el mismo motivo. Aunque, inicialmente, la KAN, la cadena pública israelí, se mostró reticente a cambiar las canciones, ha optado por proponer un tema mucho más neutral, Hurricane, el cual habla sobre la crisis personal que vive una mujer y su afán por superarlo.
La UER ha defendido la presencia de Israel en Eurovisión, dado que la situación del país no tiene nada que ver con la de Rusia. Entre las primeras causas, es que la cadena KAN es crítica con el gobierno de Netanyahu y está lejos de ser un canal de propaganda, como sucedía en el caso del país gobernado por Putin. “Eurovisión es un evento apolítico y un concurso entre organismos públicos de radiodifusión miembros de la UER, no un concurso entre gobierno”, reconocía el Grupo de Referencia y el Comité Ejecutivo el pasado diciembre en un comunicado.