Esta noche, First Dates ha unido a dos solteros que, en principio, tenían mucho en común. Ambos poseían un pensamiento espiritual desarrollado, vivían en la provincia de Málaga, y ambos tenían hijos de relaciones anteriores. La primera en entrar al restaurante del amor fue Tamara, de 32 años. Trabaja en la ayuda a domicilio, y con 27 años tuvo una niña.
Asegura que su vida cambió en 2015, cuando descubrió el crecimiento personal y el quererse uno mismo, “y a partir de ahí, todo fue rodando”. “Suelo fluir, lo que me vaya apeteciendo” es la forma en la que resume su estilo de vida, y también le gusta improvisar. Ha tenido dos relaciones importantes, una de 10 años con el padre de su hija, y otra de 2. Luego ha tenido otras de menos tiempo, con personas con las que no llegó a convivir. Anhela un hombre que quiera a su hija por encima de todo, “Que sea atento y detallista. El que venga con el universo, yo me dejo fluir”, aseguraba.
El universo, o en este caso, el equipo de First Dates, le eligieron para cenar a Fabio, un malagueño de 38 años que trabaja como camarero, y al que le interesa “el rollo del más allá y la energía”, pues cree que “hay algo más allá de la vida”. Al verlo, Tamara se ha llevado un chasco: no es su tipo porque le gustan más altos, y con otra forma de vestir. “Soy más exquisita”, afirmaba, lamentando que ella se arregle, pero su acompañante no.
Ya en la cena, ambos comenzaron la charla hablando de sus hijos. “Que sea madre es un punto a favor incluso”, pensaba Fabio en el confesionario. Sobre trabajo, ambos tenían en común el haber ejercido todo tipo de profesiones. Ella ha sido camarera, camarera de pisos, socorrista o maquilladora, y él lleva 14 de camareros, pero ha repartido bebida energéticas y ha hecho otras profesiones. Para Tamara esto era positivo, que fuese un busca vidas, porque “hay que valer, hay muchos que no, que quieren que le mantengan”.
Más tarde entablaron una conversación alrededor del sexo. “Para mí la base de una relación es la confianza y el respeto, el sexo ayuda, evidentemente, porque si no hay sexo la relación tampoco va bien, pero una relación sin confianza...”, exponía Tamara. “El sexo cuando tienes confianza está guay”, respondía Fabio, quien en el confesionario ponía la confianza y el sexo en el mismo nivel.
“Yo si lo considero importante el sexo, es muy importante”, aseguraba el camarero a su cita, que admitía que sí era un porcentaje destacable. “Puedes tener buena relación con una persona, y en el sexo no te llevas muy allá y al final es tu amigo o tu amiga”, terminaba de decir Fabio, que se valora “abierto en el sexo”.
A la hora de decidir si tendrían una segunda cita, Fabio tenía claro que sí repetiría porque es “una muchacha muy interesante”. Tamara, sin embargo, prefirió no volver a verle. “No tendré una segunda cita como tal. Como amistad, de escándalo, me has caído muy bien y hemos tenido cosas en común. Pero, por ejemplo, para mí es muy importante la confianza. Tú has dado una prioridad, hemos hablado del tema del sexo y tal no tú has buscado mucha prioridad en eso”, recriminaba Tamara. De forma confusa, vino a decir que ambos sitúan el sexo y la confianza en diferente lugar, pero no descarta que algún día se vean y pueda pasar algo.