Una noche más, varios solteros buscaron encontrar a su media naranja en First Dates. El programa de Carlos Sobera recibió a David, un camionero de 43 años que se ha tomado un año sabático para disfrutar de su hijo y de su familia. El hombre se define como alguien que aparenta ser muy tranquilo, pero que “el nerviosismo” lo lleva por dentro. Además de ser un amante del deporte, está aprendiendo a echar las cartas del tarot.
David busca a una mujer con la que “compartir la vida y las aficiones”. El programa le propuso tener una cena con Noemí, de 44 años, quien trabaja para el ayuntamiento de Roquetas del Mar (Almería). De hecho, la mujer tiene un rincón favorito en la playa de su ciudad y siempre que va a salud a un árbol. “Me pongo en su sombra, conecto con él, meto los pies en la orilla”, revelaba.
De hecho, Noemí se ha traído su propia taza al dating show y le pidió a Matías que le sirviera en él. “Échame aquí un vinito”, dijo con tono risueño. Para ella, esa taza tiene un valor sentimental, dado que tiene un dibujo que ella hizo cuando vivía en Costa Rica y aparece el lema del país: “pura vida”.
La cita comenzó algo irregular, dado que a David no le llamaba físicamente Noemí, pero quiso conocerla y ver si le atraía por su personalidad. A la soltera le gustó que David conociese su ciudad, dado que él se ha recorrido buena parte de la geografía española por su profesión. A Noemí le atrajo la idea de que haya decidido tomarse un año sabático para estar de relax.
Es más, le ha contado a su cita que también había trabajado como guía en la naturaleza porque era algo que le relajaba mucho. “En mi mochila siempre llevo unos prismáticos para ver pajaritos y rotuladores para dibujar lo que veo”, confesaba. Por supuesto, David quiso saber si encajaba en el perfil de hombre que buscaba Noemí. La almeriense le comentaba que buscaba un hombre que fuese tan activo como ella, dado que tiene mucha energía.
Parecía que la cita iba encauzada, dado que él le compartía que también le gustaban las aventuras y que podían formar buena pareja. David le compartía que era casi como Dora, la exploradora. El camionero le comentaba que había tenido unas seis o siete relaciones. Lo que hizo que el tema se truncase fue que él le compartió que tenía un hijo de 11 años, algo que para ella era un inconveniente. “Yo no estoy en esa onda y no quiero criar a nadie”, reconocía.
Fue a la hora de hablar de sexo cuando David le confesó a Noemí que había tenido relaciones en un supermercado. Aunque le recalcó que nunca había realizado el coito en su camión. La almeriense le preguntó intrigada dónde: “¿En el pasillo de la leche? ¿Dónde los vinos…?” El caminero le aseguraba que en los baños del súper “están muy poco concurridos” y que justo por eso aprovechó el momento.
La andaluza le compartió que nunca había tenido sexo en el ayuntamiento, pero sí que le atraían los bomberos. A pesar de haber tenido una conversación amena, ninguno de los dos sintió el feeling necesario para tener una segunda cita.