Iván tiene 48 años. Vive en Burgos, donde tiene una escuela dedicada al mundo del cómic, y ha acudido a First Dates este día del padre para encontrar “una chica de serie B”, que pareciese la protagonista de una película de ciencia ficción. Tanto es así que le pidió a la camarera un papel y un bolígrafo para plasmar cómo sería su ideal. Además, espera que tenga un gran corazón y un mayor intelecto, pues tiene muchas inquietudes.
Para cenar con él y, quizá, encontrar el amor, el programa que presenta Carlos Sobera le ha llevado a Maritza, de 43, quien tiene un hijo de cinco años. Ella tiene un programa cultural de radio enfocado a la comunidad latina, y esto ha sido un punto a favor para su cita: Iván también ha hecho radio. Además, el artista plástico consideró que su compañera era “una mujer muy atractiva”.
En la cena se habló mucho de los roles de las personas; Maritza, por ejemplo, se considera que tiene una visión particular para temas como el arte o la combinación de colores. “Yo fui hombre en otra vida”, sentenciaba la soltera al respecto. Iván, sin embargo, asegura que sus amigas le dicen que es “eres mujer y eres lesbiana. Siempre he sido mujer en muchos aspectos”.
En la zona del confesionario, Maritza aclaraba que si se siente hombre es por temas como que le gusta el fútbol, pero que quiere un hombre que le dé tranquilidad. “Si voy a ser la mamá de un compañero así, como que no...”, admitía.
Uno de los aspectos que más sorprendió a Maritza de Iván fue su edad: no creía que tenía 48, pues lo veía más joven. Él admitía no haber tenido una vida muy ajetreada, y explicó que tuvo una relación de 8 años con una chica 20 años más joven. Esto no gustó nada a su cita, pues consideró esto como un gesto de inmadurez.
El programa suele proporcionar a los participantes rascas con preguntas picantes, y en esta ocasión tocaba responder si eran activos o pasivos en la cama. Iván entonces admitía ser más pasivo, porque le gusta que “le den placer”, aunque dependía de la circunstancia. Esto tampoco gustó nada a Maritza, que, apartada, reflexionaba cómo “el hombre tiene que ejercer su papel de hombre”. A la hora de decidir si tendrían una segunda cita, ambos coincidieron en que era mejor no repetir.