Parece que se puede estar cociendo un cambio de tendencia en las tardes. TardeAR, el nuevo programa de Ana Rosa Quintana en la franja vespertina está a punto de cerrar su mejor semana en audiencia desde su estreno en el mes de septiembre en Telecinco. El formato de Unicorn ha ido encadenando varios récords en los últimos días, lo que le ha permitido acercarse a las cifras de Y ahora, Sonsoles.
De hecho, este jueves, TardeAR superó al magacín de Sonsoles Ónega en Antena 3 al conseguir su mejor dato histórico y liderar su franja de emisión. Según datos de Kantar Media, recogidos por las consultoras de audiencia independientes Dos30' y Barlovento Comunicación, el programa de Ana Rosa obtuvo un 11,2% de cuota y 991.000 espectadores de media.
Por su parte, el espacio que pilota la flamante ganadora del Premio Planeta, lideró también su franja de emisión (18.01-20.10) al registrar el mismo share que su rival más directo (11,2%) y un promedio de 1.020.000 televidentes en Antena 3.
Sin embargo, si tenemos en cuenta el horario de coincidencia (18.01-19.52), TardeAR logró imponerse a Y ahora, Sonsoles. El programa de Ana Rosa fue primera opción con un 11,2% y 1.001.000 espectadores por el 10,7% y 951.000 seguidores que marcó en esa franja el magacín de Sonsoles Ónega.
TardeAR, además, también consiguió la victoria en target comercial (12,5%), pues hay que recordar que Y ahora, Sonsoles se sigue emitiendo en Antena 3 sin ningún tipo de ocupación publicitaria. Eso sí, pese a que el infoshow de Quintana esté remontando en audiencia, el formato que emite el canal principal de Atresmedia siendo el más visto en las tardes.
Lo cierto es que la buena racha de Ana Rosa Quintana se ha producido cuando el espacio ha dejado de hablar de política y se ha centrado en otro tipo de temas. De hecho, su peor dato histórico data del 15 de noviembre, con un mal 7,1% y 635.000 espectadores, coincidiendo con el discurso de investidura de Pedro Sánchez. Habrá que esperar, por lo tanto, si la presentadora madrileña acaba consolidando estas cifras en las tardes que, seguramente, hayan aliviado a más de uno en Fuencarral.