Santi Acosta está como un niño con zapatos nuevos. Con De Viernes, el presentador vuelve al mismo plató en el que se hizo Salsa Rosa hace más de una década con la intención de hacer un "corazón bonito" con "rigor" y "respeto" a las personas que tienen una historia que contar. "Queremos que venga toda esa gente que ha dejado de venir".
El reto que tiene por delante es mayúsculo, pero el periodista dice estar "agradecido" con la cadena por contar con él en un momento en el que todo está cambiando en Telecinco. El objetivo es claro: ocupar el hueco que dejó el Deluxe, que no pudo llenar La última noche de Sandra Barneda. "Jorge Javier no tiene sucesor", asegura cuando le preguntan por si se ve así.
"Claro que te tiemblan las piernas pensando que pueden ser sólo tres programas", dice consciente de que todos los ojos estarán puestos en las audiencias el sábado. Santi Acosta hará tándem con Bea Archidona, la copresentadora de TardeAR. Todo apunta a que, al menos este viernes, el programa producido por Mandarina dará qué hablar por la potente entrevista al hijo de Bárbara Rey y Ángel Cristo.
- ¿Cómo ha cambiado la televisión desde Salsa Rosa?
- Ahora es mucho más rápida. La influencia de las redes sociales ha sido brutal y, al final, te marcan el ritmo de lo que la gente ve. A mis hijos les pones un programa como Salsa Rosa y les parecería un poco anticuado.
- Con los programas de corazón pasa igual. Yo creo que el corazón se dejó de hacer porque ha habido mucho reality. Sálvame, que era un magnífico programa, era reality principalmente porque tenía sus personajes, todos maravillosos. Corazón es escuchar a la gente. Lecturas, Hola, Pronto. Y en televisión, pues lo que vamos a hacer me gusta mucho porque mi profesión ha sido siempre escuchar. Escuchamos historias de gente maravillosa. Da igual que sea un albañil, el rey de España o el presidente de EE. UU.. Hay un montón de gente que tiene historias bonitas.
- ¿Entonces no metes a Sálvame en el saco del corazón?
- Yo, que no soy ningún catedrático, creo que se asemeja más a un reality porque tenía sus propios personajes, y de vez en cuando venía gente de fuera. Me parece un magnífico programa, con un magnífico presentador, top, no hay nadie como Jorge Javier.
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"Hace tiempo que se dejó de hacer corazón; Sálvame era un reality"
- ¿Te sientes el sucesor de Jorge Javier Vázquez en el corazón de Telecinco?
- Jorge Javier no tiene sucesor posible porque es un crack. Lo que más me hace sentir responsable es que hay un equipo de un montón de gente que confía en que tú eres la cara de todo su proyecto. Eso sí que es una responsabilidad. Y luego que a la gente en casa le guste. A mí madre sé que le va a gustar, pero no es objetiva.
- ¿Pedís paciencia y tiempo a la cadena para que el programa se asiente en la complicada noche de los viernes?
- Esto es televisión comercial. Te dan el tiempo que te dan, y es normal. Depende de cómo esté la cadena y la franja, porque no es lo mismo la mañana que el prime time, que es donde el canal se juega más dinero. Yo entiendo que si un programa no funciona, te retiran en poco tiempo. Nos ha pasado a todos, es parte del juego. Yo creo en este proyecto porque creo en el entretenimiento y porque ves el informativo y acabas deprimido.
- ¿No crees que el público está acostumbrado a un formato mucho más agresivo? ¿Les costará entrar en vuestro tono?
- Seguramente. Habrá quien le gusta más ese formato, que es absolutamente respetable. A la gente le gusta cualquier programa, me da igual que sea Sálvame que Ana Rosa. Es otra oferta, y creemos que tiene hueco porque lo estamos viendo con las tiradas de las revistas.
- ¿Se acabarán cortando momentos tensos como los que había en Sálvame?
- Habrá marcha, sí. Intentaremos tener un punto gamberro en el buen sentido, pero también cuidaremos a la gente. Tenemos que ir viéndolo. Esto es la declaración de intenciones, luego llega el programa y vas por ahí, pero los invitados te acaban sorprendiendo.
- Ahora mismo hay un vacío de personajes en el mundo del corazón porque antes todos salían del universo Sálvame. Con el código ético de Mediaset, ¿se está haciendo difícil la búsqueda de famosos que quieran venir al programa?
- Queremos traer a todas la gente que ves en las revistas y que no ha venido últimamente en Mediaset, o que ha venido pero no a contar su vida. Queremos que venga toda esa gente que ha dejado de venir y que tengan un hueco para contar su vida y su historia. Sobre lo del código ético, no me han dicho nada sobre ningún personaje.
- ¿Qué te parece el fichaje que ha hecho Telecinco con Carlos Franganillo?
- Me parece un fichaje magnífico. Franganillo es un pedazo de periodista, un profesional como la copa de un pino y ha hecho uno de los mejores informativos que se han hecho en España. Creo que es un fichajazo y estoy deseando en pantalla.
- La llegada de De viernes y la de Franganillo encaminan a una nueva Telecinco. ¿Hasta qué punto te preocupa la situación actual de la cadena?
- Me hace mucha ilusión que me llamen cuando Telecinco está cambiando de modelo y, por lo tanto, cambio de espectadores. Es un honor y un privilegio, y me encanta estar en este momento, apostando por un nuevo modelo que creo que tiene futuro en una cadena que acaba de fichar a Franganillo.
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"Claro que te tiemblan las piernas pensando que pueden ser sólo tres programas"
- ¿Te obsesionas mucho con las audiencias? ¿Eres de los que miras con detalle el día siguiente minuto a minuto?
- ¿Cuál es la respuesta adecuada? Ahora lo llevo un poco mejor, pero recuerdo sufrir mucho por las audiencias cada mañana esperando a las ocho en punto, y ver el dato y morir o vivir. La época de Salsa Rosa nos fuimos con un 24%, con aquello de Julián Muñoz y Jesús Gil fue un 38%. Hicimos un programa que a la mañana siguiente abrían los periódicos. Era la bronca que habían tenido, el juez interviniendo y llevándolos a declarar el fin de semana siguiente, la policía volviendo con la Operación Malaya gracias a todo lo que se habían dicho, que era todo verdad y se lo habían dicho ahí, porque estos se encendían... Ponías una cerillita y montaban una buena.
- Era maravillo ver esas audiencias, pero había otros días que te levantabas, veías un dígito y querer saltar del puente. Un horror. Ahora estoy intentando alcanzar la madurez que no consigo porque sigues sufriendo cada mañana porque sabes que si tienes tres programas que no das audiencia, el culo te huele a pólvora.
- ¿Sentís esa presión en cuanto a las cifras de audiencia?
- Sí, la sentimos. Pero mi gurú me ha dicho que me concentre en lo mío y que no me preocupe por las audiencias porque hay datos que avalan que este es un proyecto de futuro como tener un pedazo de equipo, tener buenos contenidos, una cadena que te avala. Con eso, teóricamente, es un programa llamado al éxito. Pero claro que te tiemblan las piernas pensando que pueden ser tres programas y que si no funciona, yo sigo con los documentales, pero hay gente que pierde el trabajo. Eso sí es una responsabilidad enorme.
- ¿Con qué colaborador de Salsa Rosa te gustaría volver a trabajar en De viernes?
- A todos porque éramos todos amigos. Lo bueno que conseguimos en aquellos años es que hicimos un grupo de amigos. Primero cenábamos preparando el programa y luego nos íbamos de juerga. ¿Sabes esas ocasiones en las que sabes que tienes un equipo de trabajo con el que te llevas súper bien, que acaba viendo conexión? Eso fue Salsa Rosa. Y yo creo que aquí con Bea también lo vamos a conseguir porque me parece una tía encantadora. De colaboradores me quedaría a cualquiera de ellos. Yo no hago diferencia entre periodistas del corazón, de economía o política. Todo el mundo tiene que funcionar con los mismos baremos, claves, historias y verdad.