Una noche más, en First Dates le dio una oportunidad en el amor a cinco parejas de comensales. Por supuesto, como en cada entrega, hay citas que tienen buena suerte y buscan un segundo encuentro (ya sin cámaras), mientras que otras no han sentido la chispa para verse de nuevo. Eso es lo que le ha ocurrido a una soltera procedente de Málaga, que ha rechazado de pleno a su cita después de que ésta le hiciese unas preguntas que consideró fuera de lugar.
Entraba al restaurante del programa Carmen, una mujer de 21 años, quien procedía de Málaga y trabajaba como dependienta. La joven se consideraba una “chica muy natural a la que se le ve venir de lejos” y que buscaba un chico “que sea educado” y que supiese “darle su espacio”. Entraba en escena Daniel, un hombre de 25 años, procedente de Granada y que trabajaba como protésico dental.
Aunque, inicialmente, a Carmen le dio una buena impresión, ya que le dio la mano a Laura Boado en lugar de darle dos besos, todo se derrumbó poco después. El granadino comentaba a cámara que le encanta sentir los nervios del riesgo en la barriga. “Como si estuvieras a punto de tirarte a una piscina helada”, confesaba. Al ver a Carmen, Daniel se quedó prendado tanto de su belleza como de su estilo. “El negro le queda muy bien con su tono de piel. Tiene unos ojos azules muy bonitos”, expresaba.
Ella le preguntó a si él era de Cádiz, por su acento. Sin embargo, él le corrigió, comentándole que era de Granada. Él le preguntó de dónde era ella, respondiéndole ésta que procedía de Málaga. “No me preguntes por qué, la mayoría de malagueñas que conozco son rubias”, le dijo Daniel a Carmen, quien puso cara de sorpresa. Sin embargo, todo se torció por la pregunta que le hizo después. “Pero, ¿tú de bote o qué?”, quiso saber, provocando una sonrisa nerviosa a la joven dependienta.
“¡Hombre! ¿No se nota?”, dijo a modo de respuesta evasiva. “Allí está la moda de eso”, le dijo Daniel. Ante la cámara, Carmen expresó su sorpresa para mal con su cita. “¡Perdona! Podría haberle dicho más cosas, pero me he callado. Esas cosas no se preguntan, que lo sepa él”, confesó.
La cita comenzaba así con mal pie. Aunque los dos vieron puntos en común a lo largo de la cena. Ambos eran amantes de los gatos (ella ya comentaba que tenía en su casa y él le confesaba a ella que le encantan y que le gustaría hacer un documental de gatos), consideraban que el amor “es algo efímero” y en el terreno sexual, ambos se veían bastante convencionales.
Aunque, en la cena, la cosa parecía haber fluido, era evidente que esa primera pregunta tiró por tierra la oportunidad de una segunda cita, ya que Carmen, aunque cuatro años menor que él, lo veía “muy niño” en ciertos aspectos. Ante el momento de la decisión final, Daniel dijo que sí, que le gustaría ver de nuevo a Carmen. Sin embargo, la malagueña respondió con una negativa.
“No tendría una segunda cita contigo. No he sentido ese choque. Me has parecido muy mono y simpático. Me ha encantado hablar contigo, eres muy enrollado. Pero no he sentido esa chispa. No me he aburrido”, le dijo en su negativa. Ahora bien, el programa mostró que Carmen también dio más detalles de su no, relacionados con esas preguntas fuera de lugar. “Ha sido cagada, tras cagada. Como pretendas ligar así, lo llevas un poco chungo”, expresó la malagueña.
“Bueno es que soy así, muy natural. Anoche estuve con una pelirroja de bote. Se lo dije y no se ofendió. No sé, depende como te lo tomes”, respondió Daniel, aunque no pareció tomarse a mal la crítica que le hizo Carmen. Lejos de tener mal rollo entre ambos, se despidieron con dos besos y se desearon suerte en el amor.