En First Dates hay citas que salen bien y otras que salen mal. En este caso, no es que no hubiera flechazo, sino que el encuentro entre los solteros sacó a relucir los miedos internos de uno de ellos. Fue el caso de Marta, una camarera granadina de 21 años que acudió al programa de Cuatro dispuesta a encontrar a un “chico sincero”. La joven no guardaba buen recuerdo de su anterior relación, dado que le había puesto los cuernos con alguien de su mismo sexo.
“Mi última relación fue con mi amigo, que es bisexual. Él quiso intentarlo conmigo, pero no funcionó. Se fue con otro muchacho porque le gustaba lo que le gustaba”, confesaba antes de conocer a la que sería su cita. El formato le propuso tener una cena con Alejandro, un chico madrileño de 26 años que se dedica a la organización de eventos. El veinteañero confesaba que, a pesar de su apariencia, era buena persona. “Tengo unas pintas que parece que te voy a joder la vida, pero soy súper bueno”, compartía ante la cámara.
Ya desde el inicio, la granadina demostró no tener mucha química con el madrileño. La estatura del organizador de eventos no le convencía. “Es un chico atractivo, pero me gusta que sean más altos que yo. Me pongo tacones y parezco su madre”, compartía a la cámara a solas. Tras presentarse y pasar a la mesa para cenar y conversar, ambos coincidieron en que no habían tenido mucha suerte en el amor.
Fue en ese momento cuando Marta confesaba que estuvo saliendo un chico que le fue “infiel con un hombre”. Alejandro no dudó en sonreír y admitía que podría ser “lo peor” que le puede pasar a alguien. “Que después de salir contigo se dé cuenta de que le gustan los hombres”, reconocía, aunque la camarera se apresuró a recalcar que ella ya sabía de antemano que su ex era bisexual, aunque sí que admitía que nunca se hubiera imaginado que sufriese una infidelidad y que fuera con alguien del mismo sexo que su expareja.
“Yo quiero que no haya mentiras, porque yo soy muy inocente”, la reconocía Marta a Alejandro, quien señaló que esa cualidad sí la tenía. A pesar de ella, hubo varios puntos en contra que no le gustaron a la granadina. Uno de ellos fue el gusto del madrileño por salir de fiesta. “Si estás todo el día de fiesta, ¿para qué quieres una novia?”, preguntó la camarera. Aunque lo que le terminó de causar rechazo fue que veía rasgos de su ex en Alejandro. “A lo mejor es cosa mía, pero le veía un poco de pluma”, confesaba ante las cámaras a solas.
Por supuesto, el organizador de eventos se daba cuenta de que no había chispa entre ambos. “Le he visto que no estaba muy a gusto. Yo soy una persona que si tengo confianza, no me callo. Creo que no tenía interés”, admitía ante el equipo del programa. Ante una cita en la que era evidente que no había química, era evidente cuál iba a ser la respuesta de los dos sobre si tendrían una segunda cita.
En el momento de la decisión final, Alejandro rechazó tener otra cita con Marta. Él intentó ser diplomático y argumentó que el motivo era la distancia, dado que él vivía en Madrid y ella en Granada. Sin embargo, ella sí que reconoció que no tendría otra cita con él porque no tenían “muchas cosas en común” y porque le veía “muy blando” y le recordaba a su ex. Ante esa confesión, Alejandro no dudó en lanzarle un brutal zasca. “Bueno, al menos yo no te pondría los cuernos con un tío”, le soltó, dejando a la granadina sin capacidad de reacción.