Este año, Telecinco ha rescatado GH VIP. Y lo está haciendo con menos fortuna de la que cabría esperar. El reality con famosos encerrado en la casa de Guadalix de la Sierra está dejando unas audiencias moderadas, si bien es de justicia destacar que la gala del pasado jueves supuso un poco de oxígeno para la cadena, al promediar un 12,2% de cuota de pantalla, pero eso sí, con 845.000 espectadores de media.
En la actualidad, Marta Flich es la presentadora de las galas semanales, donde los habitantes de la casa nominan y son expulsados. Una labor que antaño ocuparon Jorge Javier Vázquez y Jordi González, dos comunicadores que no pasan, precisamente, por su mejor momento en televisión. Y es que, en cuestión de dos semanas, ambos han visto cómo sus grandes apuestas para el nuevo curso audiovisual han sido fulminadas de la parrilla por sus bajas audiencias.
Jorge y Jordi, más allá de ser tocayos, tienen una trayectoria bastante similar en la última década en Telecinco. Ambos fueron presentadores todo terreno, que servían para un roto y un descosido. Un reality, un programa nocturno, lo que les pusieran por delante lo defendían con uñas y dientes, pues la capacidad que tienen para conectar con el espectador es innegable.
Jordi, en concreto, comenzó a presentar GH VIP en el año 2015 y no lo tenía nada fácil. El programa regresaba tras sus dos primeras ediciones en la década pasada, pero él supo defender el formato y ser un buen sucesor de Jesús Vázquez, el conductor inicial. Fue el año en el que vimos a Belén Esteban vivir con Ylenia y tantos otros, a los que fue derribando hasta resultar la ganadora absoluta del formato. Aquel año, el reality se despidió con un 23,6 de cuota de pantalla de media, y una final que siguieron más de 3,6 millones de espectadores. Su buen hacer le permitió repetir en 2016 y 2017.
En 2018, GH VIP pasó a manos de Jorge Javier Vázquez, y el concurso siguió despuntando. Y todavía más en 2019, el año en el que ganó Adara Molinero. Su final, a la que llegó la difunta Mila Ximénez, marcó 4,2 millones y un brutal 38,5 % de cuota de pantalla, una cifra que es impensable en la actualidad. Y eso que en aquel momento las plataformas ya habían llegado a nuestra vida para quedarse.
Sin embargo, poco a poco, ambos fueron perdiendo garra en Mediaset. Jordi, de hecho, acabó saliendo del grupo, tal como conocimos en mayo de este 2023, una vez finalizó su contrato. El último programa que presentó fue Secret Story: La casa de los secretos, en 2021, un programa primo de GH VIP.
Algo después dio la sorpresa y regresó a TVE, grupo en el que empezó a trabajar allá por los años 80. Sustituyó a Boris Izaguirre en los debates de Lazos de sangre, aunque con un tino moderado. El programa que repasa la vida de artistas y sagas familiares de nuestro país no está en su momento más álgido. A pesar de todo, TVE también confió en él para sus tardes, y le dieron La Plaza, un magacín en el que charlaría con mujeres de lo divino y lo humano. Se estrenó el último miércoles de septiembre, y el pasado viernes dijo adiós, con unas audiencias realmente flojas, tras haber emitido solo ocho entregas. No consiguió hacer buenos datos en las tardes, en las que competía contra Ana Rosa Quintana y Sonsoles Ónega. Y no solo eso: también estaba dejando un mal arrastre a El cazador.
Ocho entregas tuvo La Plaza, solo dos menos de las que ha conducido Jorge Javier Vázquez en Cuentos chinos, el magacín nocturno con el que Telecinco pretendía hacer sombra al éxito de El Hormiguero en Antena 3. Producido por La Fábrica de la Tele, la misma productora de Sálvame, el espacio no llegó a tener muy definidos sus contenidos, y pinchó en audiencia en su estreno. Sus datos fueron bajando, dejó de emitirse los jueves, hasta que fue cancelado. Para Jorge, esto ha sido un palo bastante sonoro. “Me duele mucho defraudar a los demás. Me hace sentir muy vulnerable”, escribió en su blog de Lecturas, añadiendo que “hacía quince años que no me quedaba sin programa que presentar”.
Jordi no se ha quedado sin programa que presentar, de momento, pero casi. De Lazos de sangre solo queda pendiente de emitirse una entrega dedicada a los Guillén-Cuervo. Y después, no sabemos qué le deparará el futuro. Tal como ha expresado en alguna entrevista, él quiere trabajar por ilusión, y no por dinero. Ahora falta por ver si ese proyecto que le llene de ilusión aparece. Algo que, a buena cuenta, seguro que también desea Jorge Javier.