Si hace unos días David Valldeperas rompía su silencio, calificando el fin de Sálvame como un "golpe de estado", hoy ha sido el turno de Carlota Corredera. La presentadora ha concedido una entrevista, horas después de que el exdirector de producción de programas de Mediaset España, Baldomero Toscano, asegurara que la gallega salió de Telecinco porque "enarboló una bandera excesiva" con Rocío Carrasco y que la cadena cometió un error.
Carlota dice que 2023 le ha servido para resurgir. "Es el año en el que estoy despertando, porque es verdad que yo creo que el año pasado fue un año en el que estaba con demasiada anestesia, demasiado en shock por tantas cosas que había vivido en los últimos tiempos. Este ha sido el año de levantar la cabeza, de resurgir", dice en declaraciones a El Huffington Post. "Habían pasado muchas cosas, muchas desagradables. Nadie está preparado tampoco para pasar de cien a cero".
La presentadora confirma que "ya no estoy vinculada a la Fábrica de la Tele" explicando que se sumó al ERE con el resto de compañeros. "También estoy renaciendo en ese sentido. Ahora el volar solar... Tiene la adrenalina de la emoción de lo desconocido y también tiene la adrenalina de las inseguridades, de los miedos".
No obstante, Carlota dice no estar preparada todavía para hablar de su salida del grupo con sede en Fuencarral. "Además de que fue muy doloroso, todavía tengo que acabar de encajar muchas cosas que sucedieron y todavía me falta perspectiva", dice. "Mi salida y el final de mi carrera en Mediaset es una historia que tiene que ser reposada antes de ser contada".
También se muestra cauta tras las declaraciones de Toscano. "Tengo la sensación de que la verdad se va abriendo paso", responde defendiendo su trabajo en la docuserie sobre Rocío Carrasco. "Hubo una reacción en redes sociales absolutamente espontánea", asegura recordando los mensajes de Irene Montero, Adriana Lastra o el comentario de Pepa Bueno en Hora 25 sobre violencia de género.
"Siempre se ha tenido la sensación de que 'Sálvame' era como la oveja negra"
"Irene Montero entró en el día posterior a la entrevista de Rocío como ministra de Igualdad. No entró ni como mujer de Pablo Iglesias, ni como señora de Podemos, ni como madre de tres hijos", declara aclarando que no fue ella quien la llamó, sino que fue el equipo de Sálvame. "Si esa llamada realmente provocó una crisis en los despachos de Mediaset, te puedo decir que yo desde luego no fui consciente. Yo no fui consciente de que eso había sido tan grave", reconociendo que nadie sabía lo que iba a provocar. "A lo mejor no supimos gestionarlo".
Aunque Carlota no quiere echar leña al fuego por el fin de Sálvame, porque "Mediaset está pasando un momento muy malo, muy grave y terrible en cuanto audiencias", sí que reprocha que la "ingratitud" de la empresa con el programa. "Siempre se ha tenido la sensación de que éramos como la oveja negra". Eso sí, no se corta a la hora de decir que "el código ético a mí me parece que es directamente censura".
"La Operación Deluxe como una campaña brutal contra La Fábrica de la tele"
Por otro lado, Corredera califica la Operación Deluxe como una "campaña brutal contra La Fábrica de la tele". "En una práctica periodística como es la obtención de fuentes y protección de esas fuentes, que lo hace todo el periodismo escrito y oral… Casualmente la exigencia de calidad y de profesionalidad solo se le exige al equipo de Sálvame", asevera lamentando haber tenido que leer en la prensa que estaba "con un pie en prisión". "A mí no me ha llamado jamás nadie a declarar nada sobre la Operación Deluxe", insiste.
Preguntada sobre su futuro, Carlota contestar en que está centrada en su pódcast Superlativas y que tiene el deseo de hacer documentales al estilo Slow TV, y de volver a presentar. ¿Te ves presentando en Antena 3? le preguntan, a lo que ella responde: "Pues si me llaman allí me tendrán. Si yo encajo en el proyecto y el proyecto encaja en mí", dice. "Yo siempre lo digo, yo soy un soldado a la reserva y en cuanto me llamen, me iré a la trinchera". Por último, la gallega de 49 años dice que rechazó dirigir la apuesta de Netflix con Sálvame porque "profesionalmente yo estoy en otra pantalla". Y avanza que será una "fantasía absoluta".