Las tardes de las nueva Telecinco han arrancado de forma oficial este 18 de septiembre. Y es que Así es la vida ha reducido su duración a solo una hora, de 16 a 17 horas, para ceder el resto de su franja a TardeAR, el nuevo magacín de Ana Rosa Quintana. TardeAR ha llegado con poca novedad a la parrilla televisiva, pero en el mejor de los sentidos, y es que ni Mediaset, ni la productora Unicorn Content, ni la propia Ana Rosa, han intentado inventar la rueda. Simplemente, han dejado a Quintana a hacer lo que mejor sabe, conducir un espacio televisivo con su propio sello, con su forma de ver el mundo, con su ritmo, con comodidad.
En las últimas semanas, Así es la vida se había ‘salvamizado’ para mejorar su audiencia. Esto es, tirar de los que fueron colaboradores de Sálvame y del estilo informativo del ya acabado programa de La Fábrica de la Tele. Sin embargo, con TardeAR nos encontramos algo muy diferente a lo que fue Sálvame, y a Así es la vida. Es un magacín en el que Ana Rosa Quintana brilla como dueña del cortijo, más cómoda, más relajada, menos intensa, en un programa que en principio puede parecer una continuación de El programa de Ana Rosa, pero que intenta distanciarse y con holgura de lo que ya se hizo.
Para empezar, resultó novedoso que el primer tramo estuviese centrado en una tertulia con Alaska y Mario, Madame de Rosa o Vicky Martín Berrocal. El que aquí escribe daba por sentado que Ana Rosa empezaría con temas serios y contudentes, y que poco a poco se iría haciendo todo más divertido, frívolo incluso, más humorístico. La primera, en la frente: el programa empezó con un tono distendido, con los colaboradores hablando de temas que iban de lo serio, como Rubiales, a lo peculiar, como el hombre que se ha gastado una pasta el intentar ser como un perro. Algún comentario de los que se han dicho sería para mirarlo con lupa, sobre todo, con el tema del consentimiento, de la naturaleza de las personas para meter mano al prójimo y de si va a afectar esto a los bares de ambiente.
Del mismo modo, no se puede obviar ese emotivo arranque, con realidad aumentada, en la que Ana Rosa Quintana ha puesto en valor a algunas mujeres pioneras de la televisión, de Laura Valenzuela a Lolo Rico, pasando por Pilar Miró y por la recientemente fallecida María Teresa Campos, a la que ha dedicado el programa. Así, Ana Rosa dejaba claro que nacen con un prisma de igualdad, de recordar el pasado para poder seguir avanzando en el presente.
TardeAR ha tenido en general muy buen ritmo, y daba la sensación de que ya había tenido rodaje previo, incluso. No faltó lugar para temas del momento, como Daniel Sancho o Arantxa Sánchez Vicario, y una entrevista a la futbolista Ivana Andrés que ha resultado francamente interesante, y en el que se ha hablado de deporte, de igualdad, de machismo, de consentimiento, de maternidad.
Y hablando de consentimiento, en un presunto chiste al respecto es donde sí que ha patinado el formato. Han recibido en su plató a El Ovejas de la serie El Pueblo, al que interpreta Javier Losán, y nada más, ha soltado que no le daba dos besos a la presentadora, no sea que le denuncien, algo que se han tomado todos a risas.
TardeAR se ha estrenado discreto ante un 11,3% de cuota de pantalla. Supera por la mínima a Y ahora Sonsoles (11,1%) y a lo que estaba haciendo en esa franja Así es la vida. Sin embargo, queda muy lejos del 15% con el que se despidió Sálvame.
En la cadena saben que el camino no será fácil, pero un magacín de estas características evoluciona. Y mucho. Ahí está el propio Sálvame o Cuatro al día, también de Unicorn. El reto ahora será ver qué funciona y que no en el programa y, en función de ello, apostar por una escaleta u otra. De momento parece que los sucesos y el corazón ganan a una mesa de actualidad VIP bastante descafeinada y desactualizada.