El 19 de diciembre de 2019 se despidió por todo lo alto la séptima edición de Gran Hermano VIP. Con un 38,5% de cuota y 4.231.000 espectadores, Adara Molinero se erigía como la 'reina de los realities' frente a Alba Carrillo, quien dejaba a Mila Ximénez como tercera finalista de una temporada que sigue ostentando la que mejor share ha logrado a lo largo de toda su emisión. 1.365 días después, Telecinco busca repetir la hazaña.
1.365 días después o, lo que es lo mismo: este 14 de septiembre, vuelve el rey de los realities, aquel formato que hizo historia y fue la base de lo que ahora se conoce como un género a parte. Promocionado como la gran vuelta del programa que hizo historia, toca decir que no ha habido un regreso más calculado que el de GH VIP. Y es que ese lapso de tiempo, de casi cuatro años, ha venido por un asunto muy concreto: el caso Carlota.
En noviembre de 2017, esta joven sufría una presunta agresión a manos de José María López, quien era su pareja en la casa. A pesar de que se intentase de que no trascendiese a los medios de comunicación, la revelación de lo sucedido por parte de la prensa obligó a Mediaset España a lanzar un comunicado reconociendo lo que había pasado y anunciado que la productora había puesto en el asunto en manos de las autoridades.
Aunque la marca Gran Hermano había quedado manchada por el caso, esto no afectó a los 'spin-offs' del reality. Y así, la cadena siguió emitiendo tanto GH VIP como GH DÚO. Sin embargo, durante la séptima edición del reality con famosos, se publicó un fragmento de un vídeo en el que se mostraba a Prado en el confesionario y en cómo se le enseñaban las imágenes del delito.
La noticia saltó a medios de comunicación de cadenas rivales, la cadena pública, incluso a medios internacionales y se desató un boicot publicitario. A pesar de los grandes datos de audiencia de la edición VIP, la marca Gran Hermano quedó profundamente marcada por el caso y fue desterrada por Mediaset España de su programación.
Desde entonces, Telecinco no ha emitido ninguna versión del formato de telerrealidad. Es ahora y, tras 1.365 días de ausencia, cuando vuelve a la cadena de Mediaset. Su regreso ha podido realizarse gracias a la sentencia lanzada en abril de este 2023, cuando la juez de lo Penal número 18 de Madrid condenó a José María López, exconcursante del reality show, a 15 meses de prisión por un delito de abusos sexuales contra Carlota Prado mientras ambos estaban en la famosa casa de Guadalix el 4 de noviembre de 2017.
La sentencia también condenó a la productora del programa emitido en Telecinco, Zeppelin TV, como responsable civil subsidiario. López debía pagar 6.000 euros a la víctima y la productora otros 1.000 por enseñarle el vídeo a la joven donde se veían los abusos.
Nuevos protocolos y códigos éticos
Con la sentencia ya en mano, Mediaset (la cual cabe recordar que no sido condenada por este asunto) ha esperado un tiempo prudente para resucitar el formato. Además, lo hace con la marca VIP, la cual está menos afectada. Por otro lado, en este lapso de tiempo, tanto a la cadena como a la productora les ha servido para reforzar sus protocolos y crear también nuevos códigos.
Ya en plena polémica tras filtrarse el vídeo de Carlota en el que se le mostraba el abuso sexual, Zeppelin lanzó un comunicado en el que se comprometía a revisar sus protocolos y reforzar "sus equipos en Gran Hermano para afrontar posibles situaciones de vulneración de derechos".
Asimismo, Mediaset España ha actualizado su Código Ético para incluir un protocolo de actuación que está siendo ya aplicado a sus programas de telerrealidad. De esta forma, la compañía busca velar por la seguridad, el bienestar y la convivencia de los participantes.
"Mediaset España ha actualizado su Código Ético para incluir un Protocolo de Actuación aplicable a programas de telerrealidad, que conllevan aislamiento y convivencia grupal durante prolongados periodos de tiempo y que, en algunos casos, se desarrollan en entornos complejos. Este documento contiene principios de obligado cumplimiento encaminados a regular la convivencia de los participantes y preservar y garantizar su salud y bienestar", explicó la cadena mediante un comunicado.
Se trata de diez normas básicas que están divididas en tres secciones, la selección de los participantes, el establecimiento de entornos seguros y la prevención de comportamientos prohibidos y reprobables. El nuevo protocolo señala que la lista final de los participantes o concursantes "deberá ser aprobada expresamente por Mediaset, que tendrá capacidad de veto, sometiendo a los perfiles a un "análisis de riesgo" que incluye "un examen médico (físico y psicológico)". "Serán descartados todos aquellos aspirantes con antecedentes acreditados de violencia de cualquier índole en los cinco años anteriores al proceso de selección", señala el nuevo código ético.
El protocolo asegura también que la productora encargada "se compromete a adoptar todas las medidas que sean necesarias y suficientes para garantizar la seguridad y bienestar" de los participantes. Eso incluye ofrecer "una asistencia adecuada a las necesidades individuales de cada uno de ellos, además de asistencia médica y psicológica cuando así lo requieran o cuando, a juicio de la productora, ésta resulte necesaria o conveniente".
No obstante, el protocolo impone que la productora "evitará permanentemente que los concursantes se vean expuestos a cualquier tipo de riesgo excesivo o no debidamente controlado". Entre los comportamientos prohibidos y que deben ser impedidos están "el acoso o abuso sexual, el bullying, la discriminación por razón de género, raza nacionalidad, creencia o religión, el consumo de drogas, la violencia física o verbal, el consumo inmoderado de alcohol y la utilización de imágenes de los participantes bajo la influencia de éste".
Además, el protocolo impone que las productoras cuenten con un "equipo humano suficiente en número y preparación", que esté dividido en dos turnos y que cuenta con una "infraestructura tecnológica" suficiente. Además, se anuncia que Mediaset contará con "un canal de denuncias, totalmente anónimo".
¿Volverá a conquistar al público la vida en directo?
Aunque se vio como toda una declaración de principios y como una manera abonar el regreso de Gran Hermano; este tipo de protocolos y códigos éticos y el hecho de que se hayan revelado públicamente ofrecen todo un acto de compromiso para que la marca regrese y lo haga alejada de polémicas.
De ahí, que su vuelta esté causando tanta expectación. Lo hace desde diferentes ámbitos, tanto de aquellos que echaban de menos el formato (por algo es considerado la piedra angular de los realities); como también para ver cómo el sello GH se recupera de la polémica. También está la curiosidad por ver cómo se desarrolla este formato clásico en la realidad actual, pues cuatro años sin emitirse dejan la incógnita de si las mecánicas propias de GH son acogidas por el público. Asimismo, la cadena ha jugado al continuo despiste respecto a quiénes serán los concursantes de esta edición, aumentando así también el hype.
No puede olvidarse que cuatro años de ausencia en la realidad televisiva es un tiempo considerable. Así como hay formatos cuyo nostálgico regreso ha sido más que bien recibido, el caso del Grand Prix este verano es el más representativo; también están los revivals de formatos de éxito que no han conseguido encontrar la misma complicidad con el público, como le ha sucedido a Password o la etapa de Me resbala en Telecinco.
De ahí, que este regreso sea tan esperado. Es ya 14 de septiembre, la casa de Guadalix de la Sierra reabre sus puertas, se revelarán quiénes son los aspirantes a suceder a Adara Molinero y se verá cómo será Marta Flich como heredera de un puesto que han tenido Mercedes Milá, Jesús Vázquez, Jordi González y Jorge Javier Vázquez. Por supuesto, una vez más, será el público, el que decida si la vida en directo tiene encaje en la televisión actual.