Sálvame estaba esta tarde anunciando una recogida de firmas para convertirse en Bien de Interés Cultural cuando Belén Esteban, que se encontraba fuera, entró cortando a las presentadoras, Terelu Campos y Adela González. “Hay que hacer una serie de documentación y de argumentos...” estaba diciendo Adela, y el abogado que había acudido al programa, Jorge Bertini, le aclaraba: “básicamente tenemos que acreditar, tenemos que demostrar...”.
En ese momento, Belén soltaba: “Eso digo yo, hay que acreditar que hay personas que vienen a a llevárselo. Yo solo voy a dar un consejo a toda Mediaset. Cuidado con los bolsos, que hay gente infiltrada en esta cadena que se lleva lo que no es suyo”. Las presentadoras ponían cara de circunstancia, y la Esteban añadía: Ya me he quedado nueva, gracias”.
Por un momento, parecía que entre bambalinas había un ladrón, alguien había metido la mano en las pertenencias de los colaboradores. Sin embargo, le pedían a Belén Esteban que aclarase qué había sucedido, para que no hubiese dudas en el horizonte. “La gente no lo va a entender”, matizaba Terelu. Pero Belén le respondía que ella sí, que sus compañeros también y que con eso se quedaba a gusto. “Estás autorizada a decirlo”, expresaba entonces Terelu Campos, y ya Belén se explayó.
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“Ha estado aquí el señor Toño Sanchís, y me parece vergonzoso que, en esta cadena, en Mediaset, le hayan dejado entrar, pese a lo que se ha llevado de mí y las demandas”, reivindicaba la que fuese ganadora de Más que baile. Toño, en el pasado, fue su representante y hombre de confianza, y acabaron en los tribunales. “La suerte que has tenido es que he venido tarde y no te he visto, pero ojalá haberte visto”, seguía diciendo la antaño conocida como princesa del pueblo.
Para que Belén no se encontrase con Toño, Alberto, el director de Sálvame, “me ha dicho que me quedara en casa” y ella entonces respondió que ya estaba de camino por la M50. “Mentira, estaba montando en el coche”, reconocía.
Antes de dar el tema por zanjado, Belén Esteban volvía a insistir: “Cuidado con la gente de los pasillos: cojan bien sus bolsos, sus carteras, que hay alguien que se lleva todo”. Y ha detallado que con Toño todavía tiene cuentas pendientes, como “el juicio penal, de 372.000 euros. Yo pensaba que iba a traerme el talón y dejármelo en recepción, cariño”, terminaba entre risas.