Katerina Safarova fue una de las protagonistas de la primera edición de La isla de las tentaciones. Sin embargo, en la otra isla de Telecinco, la de Supervivientes, no está dando el mismo juego que cuando intentaba enamorar a Gonzalo Montoya. De hecho, ya en la primera semana, justo cuando Patricia Donoso anunció su abandono, ella dio un paso al frente en la misma dirección.
“He decidido irme a casa”, dijo durante la gala, en pleno directo. “No me encuentro bien físicamente, me han picado mucho los mosquitos, cada día tengo más picaduras, tengo las piernas llenas. Ayer me empecé a encontrar muy mal. Hasta aquí, mentalmente tampoco me encuentro muy bien, ni muy cómoda. No estoy bien en general, ni con mi mente, ni conmigo misma, ni físicamente”, relataba. Sin embargo, el programa consiguió que aguantase, sobre todo, porque su padre, Vasili, le dio ánimos para luchar.
Ahora la situación es diferente. El pasado jueves Katerina salió nominada junto a Yaiza, Asraf y Adara, y en la gala del martes, la de Tierra de nadie, aprovechó para pedir al público que escriban, de una vez, el punto final a su concurso. “Quiero dar las gracias a este concurso que he disfrutado muchísimo, he vivido experiencias inolvidables aquí”, decía hablando en pasado, a pesar de ser todavía concursante de pleno derecho. “Pero me gustaría que este jueves se acabara para mí y me encantaría volverme a casa”, remataba.
Ese speach hizo saltar como un resorte a Laura Madrueño, y le advirtió: “Sabes que no puedes pedir eso”. Ahora queda por ver si su petición tiene consecuencias, para ella o por extensión para su equipo, ya que se estaría saltando las reglas del programa.
No ha sido la primera vez que en Supervivientes se toman medidas ante este tipo de discursos. Por ejemplo, en la edición de 2010, Consuelo Berlanga pidió a sus compañeros que la nominasen, porque se le hizo cuesta arriba la aventura nada más llegar, y por ello, la organización le quitó una caja de comida a todos los robinsones con los que convivía.
De todas formas, Katerina no sabe, o no debería saber, que de salir expulsada su aventura en el reality de Telecinco no finalizaría. Y es que será trasladada a la Playa de los Olvidados, donde en la actualidad viven Jaime Nava, primer expulsado, y Artùr Dainese, quienes todavía están viviendo allí. Allí debería pedir, como pueda, de nuevo que la expulsasen, antes de poder regresar a España.
Está, por otro lado, la posibilidad de que Katerina abandonase la competición, pero siempre se recuerda a los concursantes que el tirar la toalla tiene consecuencias, que podría ser, por ejemplo, no aparecer más en el concurso. En otras temporadas se hablaba de multas, pero como ya analizó este portal, los concursantes tienen un contrato laboral con la productora. Es decir, son trabajadores. Y, como tal, pueden exigir los derechos de cualquier trabajador. Por lo tanto, nadie puede obligar a nadie a quedarse en un puesto de trabajo. Cualquier trabajador puede abandonar su puesto cuando desee.