La vuelta del Grand Prix del verano es uno de los culebrones del verano en televisión. Casi todos los años por estas mismas fechas, salen rumores de un hipotético regreso del mítico programa que presentaba Ramón García en TVE y que enfrentaba a dos pueblos en una serie de juegos. Después, el concurso se emitió en varias cadenas de la FORTA con Bertín Osborne como presentador.
El retorno del formato veraniego de principios de los 2.000 estuvo más cerca que nunca después de que el youtuber Ibai Llanos fichara a Ramontxu para dar las Campanadas en Twitch. Durante una conversación que tuvieron en la plataforma, ambos confirmaron que el Grand Prix volvería en 2022. Sin embargo, todo se enfrió y no se volvió a hablar más del asunto.
Pues bien, la vuelta del formato se calienta otra vez más. Al contrario que José Luis Pérez Tornero, que se posicionó en contra del regreso del Grand Prix, el programa sí entra en los planes de la nueva directiva, con Elena Sánchez a la cabeza, quien ha mostrado "bastantes interés" en recuperarlo.
Tanto es así, que la pública se encuentra en negociaciones con Europroducciones, la compañía propietaria de los derechos del programa y que está dirigida por Francisco Boserman, tal y como informa El Confidencial Digital.
Los dirigentes de la Corporación trabajan para que el nuevo Grand Prix sea uno de los contenidos de la programación de este verano. Eso sí, aun hay que tener cautela, pues el proyecto se encuentra en una fase muy inicial, y tiene que ser aprobado por el Consejo de Administración.
Un regreso polémico: la vaquilla
La vuelta de El Grand Prix va en la línea de lo que pretende José Pablo López, director de Contenidos Generales de RTVE, quien pelea por recuperar históricas marcas de entretenimiento de nuestra televisión. Un buen ejemplo es Pekín Express, que como pudo saber BLUPER, su regreso sigue entrando en los planes de los directivos.
Hay que decir que el regreso del Grand Prix siempre ha generado debate porque todas las pruebas giraban en torno a la vaquilla y, hoy día, eso no sería posible en televisión por el maltrato animal. De esta forma, el concurso tendría que renovar por completo su mecánica y dar más protagonismo a los juegos.
El hecho de que el programa pierda a la vaquilla también significa que pierda parte de su esencia, pues la res es el icono del logo y, como es evidente, está presente en la cabecera del programa. De esta forma, el "programa del niño y del abuelo" no tendría los revolcones que sufrían los valientes concursantes de cada pueblo.