El programa Las tres puertas arrancó su emisión este miércoles con Inés Hernand como primera invitada. La influencer, de 30 años, se ha convertido en un referente para los espectadores más jóvenes de TVE, pues está al frente del programa Gen Z de RTVE Play, y también la hemos visto como presentadora de las dos ediciones del Benidorm Fest. “Eres la voz de una generación”, dijo Casado a su invitada, pero Inés prefirió no asumir ese papel, pues eso “es un término muy subjetivo”.

Así, se puso en valor Gen Z, un programa donde se da un espacio “a los cinco millones de jóvenes de entre 15 y 25 años que hay en España. No son ciudadanos de segunda, necesitan un espacio”, valoraba Hernand.

Entre otros temas, María Casado, la conductora de Las tres puertas, charló con Hernand del papel de la mujer en la sociedad, y hasta tantearon si al país le iría mejor con una presidenta, y en ese sentido, la invitada apostilló que hay más violencia hacia la mujer en la política que hacia el hombre. “Ahí entra la violencia estructural misógina que tenemos las tías a la hora de hacer cualquier cosa que sea de poder, como es comunicar”, reflexionaba Hernand. Y añadía que cuando una mujer se posiciona políticamente y es “molesta” surgen ciertos “hándicaps”.

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Casado le dijo entonces a Hernad que ella debe molestar a mucha gente, en referencia a que Inés tiene poco filtro a la hora de hablar a la cámara, y valoró que es muy sano que alguien como ella dijese lo que piensa. Algo que no resulta sencillo. “Desde la casa me han llamado la atención. Entre líneas, por su puesto. Pero aquí seguimos, porque hay que defender lo que uno cree y ese es nuestro valor”, reconocía la invitada.

María Casado quiso entonces destacar cómo Inés es “una tía que piensa las cosas, otra cosa es tu manera de expresarte”. “A veces no”, bromeaba su invitada. La presentadora no quiso entonces desaprovechar la ocasión para destacar la figura de Hernand por ser una mujer que dice lo que piensa “le pese a quien le pese”, y preguntó si eso provoca disgustos. La invitada reconoció que sí, “pero miro en mi entorno, personas que también han alzado la voz, y me parece que así se construyen las cosas”, concluía.