Ya inmersos en el octavo mes del año, las previsiones no son nada halagüeñas para Cuatro. Los peores pronósticos se han cumplido en julio y la cadena de Mediaset ha registrado un 4,8% de cuota media, igualando así sus mínimos históricos de agosto de 2021 y febrero de 2019. Pero lo peor es que en lo que llevamos de año, Cuatro atesora una audiencia media del 5,2%, ¿y esto qué significa? Que si acabara hoy el año, Cuatro marcaría el peor año de toda su historia desde que iniciara sus emisiones en 2005. Consiguiendo incluso menos que el 5,3% de share del año pasado y de 2019. Y en el fondo de la cuestión, un tema que no por recurrente es menos cierto: la falta de una personalidad propia que le fue despojada con su incorporación a Mediaset. Y que hoy aún no ha conseguido recuperar.
[La necesidad de Cuatro de volver a apostar por los aclamados programas “tróspidos”]
En semanas anteriores, ya hablamos sobre la necesidad de Cuatro de volver a apostar por los aclamados programas tróspidos como ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Un príncipe para…, ¿Quién quiere casarse con mi madre? o Granjero busca esposa, entre otros formatos. Aquellos que consiguieron incluso regalarle días de gloria y noches de liderazgo en audiencia. Y que hoy, con las redes sociales ardiendo en interacciones -y haters- auparían a estos programas a una mayor visibilidad. La prueba la pudimos ver con Mi gran boda gipsy, que obtuvo un 7% de audiencia media y más de 700.000 espectadores. Una de las pocas alegrías de la cadena esta pasada temporada en el horario de prime time.
La importancia de un buen casting
Si hay otro formato icónico que revolucionó a la audiencia y conquistó sobremanera a la gente joven este fue Supermodelo, uno de los primeros éxitos de Cuatro, presentado de manera impecable por una desaprovechada Judith Mascó y que llegó a tener hasta tres temporadas. Este próximo mes de agosto, se cumplen 16 años desde que se estrenara un formato que hoy acapararía los TT en Twitter y los titulares en prensa. Un formato con un casting increíble, sobre todo en las dos primeras ediciones, y que incluso vio nacer a estrellas televisivas y de la crónica social como la colaboradora de Ya es mediodía Alba Carrillo, la actriz Paloma Bloyd o cotizadas modelos como Malena Costa y Noelia López.
Tanto la primera como la segunda edición obtuvieron el apoyo de la audiencia, promediando en sus galas más de un millón de espectadores de media y cuotas del 8%, todo un éxito para una cadena que acababa de nacer de la nada. Sin embargo, la tercera edición, emitida en 2008, supuso un fiasco total con poco más de 600.000 espectadores y el 5,5% de share. Una audiencia que hoy en día sería suficiente para Cuatro -programas como Horizonte o Cuarto Milenio obtienen una audiencia similar o menor que esa cifra-, pero insuficiente para la televisión de hace más de una década donde las exigencias en share eran mucho mayores.
¿El error? Supermodelo era un programa de mujeres y como tal, ellas eran las protagonistas. Jóvenes y atractivas de entre 18 y 23 años que se mostraban de forma natural ante las cámaras, sin filtros. Querían triunfar sobre las pasarelas y por el camino, se peleaban, lloraban, gritaban, se reían y también triunfaban según las pruebas y los retos de casa semana. Sin embargo, incluir chicos en la tercera edición desvirtuó la esencia del programa y no fue bien recibido por parte de los espectadores.
El carisma del profesorado fue también parte de su éxito. La estilista Cristina Rodríguez vio revalorizada su fama y su carrera, Valerio Pino se convirtió en uno de los hombres de moda de la época y pudimos conocer el talento en fotografía de Emmanuel Rouzic.
Han pasado catorce años desde que la escuela de modelos más famosa de la televisión cerrara sus puertas. Un formato procedente de EE. UU. y que había arrasado con múltiples ediciones pero que, sin embargo, Mediaset no ha recuperado jamás en todo este tiempo. Aún sabiendo que se trata de un programa original, un talent que conectaría con la gente más joven y un formato que podría ser muy atractivo para las marcas. Cuatro necesita recuperar visibilidad desde hace ya demasiado tiempo y rescatar del olvido el histrionismo de Supermodelo podría ser el revulsivo contra el que todo a punta será el peor año de su historia en audiencias.