Cardo es la serie española del año. Y así lo tendrán que certificar los distintos premios que llegarán en las próximas semanas. De no hacerlo, quedará constancia de cómo funciona en realidad la industria audiovisual en nuestro país. Y es que la ficción creada por Ana Rujas y Claudia Costafreda es un brillante retrato generacional que huye de convencionalismos para mostrar con crudeza la realidad que viven los jóvenes hoy en día.
"Con Suma Content lo que tenemos es un compromiso con intentar mover la industria hacia el lugar donde queremos. Llegaron las plataformas y el boom de la ficción pero, de repente, sentimos que las series en España eran las mismas de siempre. Había una sensación de cambio que no estaba reflejada de verdad en los productos que se hacían. No había esa diversidad. Quiero que dentro de cinco años se nos quede un panorama bonito, que nos queden unas series y películas de las que sentirnos orgullosos. Y para eso estamos", confiesa a BLUPER Javier Calvo, productor de la serie de ATRESplayer junto a Javier Ambrossi a través de su productora Suma Content.
"El público quiere historias como Veneno, como Cardo, voces personales, productos diferentes. Hay una necesidad. Pero hay un miedo casi institucional que es muy difícil de romper. Hay una comodidad y que lo hagan los de siempre. En un momento en el que no hacía falta que las series fueran tan masivas y, que se iban a hacer series para todo tipo de público, hubo un miedo. Nos decían que no íbamos a encontrar actrices trans tan buenas, que no corriéramos ese riesgo. Yo quería hacer esa serie (Veneno) y que estuviera protagonizada por mujeres trans. Que lo vea la gente o no da igual, quiero contar mi historia. Esa es la clave del éxito", añade el joven murciano.
Y recuerda lo que significó su primera serie, Paquita Salas, que consiguió pasar de Flooxer, la plataforma joven de Atresmedia, a Netflix. "Teníamos una serie protagonizada por un chico gay sin un cuerpo normativo (Brays Efe). Es necesario nutrir a la industria de estas historias y estos talentos. Y cómo muchas plataformas no van a tomar esos riesgos entre comillas, que en Suma se prueben que valen, que pasen ese filtro para que después la puedan contratar".
De ahí que decidieran dar voz a Rujas y Costafreda, que se pudiera ver cómo realmente eran y que pudieran contar su historia. "El universo de Ana me toca mucho. Y Cardo es un poco como fue La llamada para nosotros, y como fue Enrique Lavigne (Lo imposible, 28 días después) para nosotros. Le hemos podido decir que es mucho más de lo que es", se sincera Ambrossi, que también quiere reivindicar lo que han conseguido detrás de las cámaras.
"Es casi más importante que la historia que cuentas. Pueden cambiar las historias, pero básicamente lo que se ha hecho es que ahora haya otro tipo de directivos. A nivel industrial quiero tener la cabeza bien alta, quiero hacer un cambio real, que la gente que ha empezado ahora tenga carrera. Poco a poco son los que se convierten en creadores, directivos...", afirma.
¿Rumbo a Estados Unidos?
No obstante, son conscientes de que, para poder sacar adelante este tipo de proyectos, son necesarios compañeros de viaje que hablen su mismo lenguaje. Y en este caso no se olvidan de la Directora de ficción de Atresmedia, Montse García, y el director de Contenidos de Atresmedia, José Antonio Antón. "En los ojos de las personas veo si hay verdad. Cuando me junto con Antón o Montse, siento el amor", comenta Calvo.
"Veneno hubiera estado no sé dónde, pero no... A la persona que se le iluminaron los ojos y que la cuidó estaba en ATRESplayer. La gente se preguntaba por qué cambiamos Netflix por ATRESplayer, pero luego entendías por qué. No hay que tener vergüenza a exigir lo que se merece y lo que se vale, aunque luego eso te exija el compromiso de hacerlo bien", dice Ambrossi.
Eso sí, por encima de todo siempre defenderán la autoría de sus producciones. "Nosotros siempre hemos sido muy inconscientes. Decíamos que nuestras series éramos nuestras. Éramos dos micos y nos decían que había que entender el tema de los derechos. Hemos sido muy obcecados con poseer nuestra cosas", afirma Calvo. "Hay cosas en las que tienes que marcar tus límites. Y no lanzarte a cosas sin hablarlas antes y que te cuenten bien. Hay que ser consciente de lo que uno quiere hacer, sentarse, negociar...", comenta Ambrossi.
¿Y Estados Unidos? "Tengo que estar muy seguro de las cosas que hago. Veneno estuvo bien porque tuvimos los medios para que estuviera bien. También es necesario sacar del underground y los bajos presupuestos a los jóvenes y las series diversas. No hay que hacer las cosas por hacer. Pero, eso sí, hay que tener control. No voy a ir a Estados Unidos si a mí lo que me ha llevado hasta aquí es poder decidir el casting, los guionistas, hasta el foquista. Lo que funciona de nosotros es que decidimos todos", se sincera Calvo después de recordarles que ambos se asemejan a Michaela Coel, la creadora de la serie de culto Podría destruirte que rechazó un millón de dólares de Netflix por no aceptar sus condiciones para tener el control total de la obra.
"Desde fuera tenemos una imagen más impulsiva, y una de las cosas que nos caracteriza de puertas para adentro es la mesura. Hay momentos que te vienes arriba, pero luego pensamos. Hicimos una obra en un teatro pequeño, luego más grande... Hemos ido creciendo poco a poco. Ahora tocaba afianzar nuestra productora y luego ya veremos", añade Ambrossi.