Martes 2 de noviembre. Sala 0 del Palacio de la Prensa de Madrid. Carolina Durante canta algunos de sus éxitos durante la fiesta de presentación de Cardo, la nueva serie de ATRESplayer PREMIUM. En medio del público, a escasos metros de la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, que canta sus canciones como una groupie más, una chica no puede contener las lágrimas de la emoción.
Por su cabeza pasan los cientos de negativas de los últimos años, las caídas, los tropiezos, la rabia. Y de ahí a cómo la vida puede cambiarte de la noche a la mañana si se cruzan en tu camino las personas adecuadas que sepan escucharte, no te juzguen y den voz a tus historias. Esa chica que llora es Ana Rujas, la creadora de la ficción junto a Claudia Costafreda.
"Hubo muchísimos 'no'. Perfecto. Me alegro muchísimo", explica en conversación con BLUPER. "Cardo es el trabajo de mucho tiempo en mi carrera. Hay una parte de mi corazón, de mi alma, de mi experiencia vital, de mi vida, que no está sólo en María sino en todo en general. En esa búsqueda de la esperanza, de la fe, de perderla y recuperarla. Es el fruto de mucho trabajo en mi carrera y de haber pasado por momentos en los que pensaba que no iba a continuar en esto, de asumir mi rol de este sistema que tenía que ver con la creación".
Tras darse a conocer gracias a HKM, una de las primeras series de Cuatro, Rujas fue enlazando algunos trabajos como 90-60-90, diario secreto de un adolescente, Punta Escarlata o Arrayán, la serie en mayúsculas de Canal Sur. Pero, tras aquello, los trabajos empezaron a espaciarse en el tiempo.
"Ha sido un proceso en el que pasas de actuar a darte cuenta de que todo tenía sentido cuando empezaba a contar cosas que a mí me interesaban o personajes que me interesaban. No porque tuviera ese éxito de reconocimiento, que no lo he tenido, sino porque personalmente mi corazón y mi mente estaban alineados con algo que tenía sentido", comenta.
En su camino se cruzaron Javier Calvo y Javier Ambrossi, quiénes también habían tenido una historia parecida en la industria al no encontrar su lugar como actores. Ellos fueron los que le presentaron a Costafreda y quiénes le han dado su apoyo como productores. También la libertad para crear su historia.
"Me llegó el dossier, nos presentaron, nos sentamos, hablamos de nuestras vidas y al principio pensé que no sabía donde me llevaría esto", explica Costafreda. "Pero desde la primera semana entendí que era una oportunidad para expresarme. Cardo fue un saco donde las dos hemos contado cosas que nos inquietan y hemos juntado dos universos que encajan muy bien".
"Hemos tenido muchos debates porque cada una tenemos nuestros universos", añade Rujas. "Pero ha sido muy rico, ha sido la mejor experiencia de mi vida. Durante muchos años he buscado una mujer con la que crear y me encanta crear en equipo. Siempre he querido estar al lado de una mujer a la que admirar, con talento y con la que fluir y crear. Apareció Claudia y es la mejor directora y persona con la que trabajar. Tiene una generosidad tan grande".
Siempre he querido estar al lado de una mujer a la que admirar, con talento y con la que fluir y crear.
En este momento de la entrevista, Rujas vuelve a romperse. Se emociona, no tiene miedo a mostrarlo, a abrirse en canal como ha hecho en el guión de Cardo. "Hay un cambio de generación y ya no se puede llevar ese tipo de dirección que se llevaba que va desde una parte negativa". Se nota. Ese espíritu, ese buenrollismo traspasa la pantalla.
"Desde que entré en Suma Latina y escribí Veneno, vi que los Javis son personas que no te tratan desde una altivez. Yo venía de encontrarme con mucha hostilidad hacia las mujeres jóvenes, te tratan con mucho paternalismo y condescendencia y yo entraba con miedo, pero nunca fue así. Siempre hablaron desde la admiración y desde el respeto, con muchísima dedicación para que todo esto salga bien", comenta por su parte Costafreda.
Y añade. "Sigo atónita de cosas que vemos porque hay muchísimo talento y nosotras somos una milésima parte de todos los creadores, actrices y directoras que hay en España sin trabajo. Es muy triste que tengamos que alabar que nos esté pasando esto, porque se podrían hacer cosas de calidad, pero hay como desgana".
"No es una cuestión de presupuesto, sino de que les da miedo apostar por algo que piensan que no va a funcionar", dice Rujas. "Pero si tú ves el mundo y ves las redes sociales te das cuenta de que la gente ya no consume como antes, ¿cómo le puedes seguir dando lo mismo al espectador? Yo siento que Cardo puede ser el precedente de que esto cambie y se le abra la puerta a otra generación".
Vida más allá de la M-30
También traspira realidad la serie cuando nos enseña el barrio de Carabanchel, sus bares, sus gentes, los pisos donde se convive y que a duras pegas se pueden pagar. Madrid es algo más que Malasaña. Hay vida más allá de la M-30. "Queríamos tratar los barrios, la clase alta y la medio baja, que todo se retratase tal cual, el Madrid que hemos vivido y reivindicar el barrio. Del barrio te quieres ir siempre, pero es tu raíz", se sincera Rujas.
No tenía sentido que los personajes se droguen a saco y luego no se vea un pene si están follando
Y el mismo trato se le da a los desnudos. Nada de puritanismo. "Era una condición básica para nosotras igualar los desnudos de hombres y mujeres. Hay que normalizar tanto el cuerpo del hombre como de la mujer. Los desnudos de mujer no se tienen porque utilizar como mujeres florero. También hay que mostrar a los hombres. Y si la serie tiene un determinado tono, no tenía sentido que los personajes se droguen a saco y luego no se vea un pene si están follando".
"¿Tendría sentido una segunda temporada?", preguntamos. "Sentido tiene si se lo damos. No hicimos el final de esta pensando en unn segunda, pero entendemos que siempre y cuando contemos algo interesante de los personajes, puede tener continuidad", contesta Costafreda.