Esta misma semaba saltaba la bomba: ERC presentará una enmienda a la totalidad a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) si no se protege el catalán en la futura Ley Audiovisual, que afecta, entre otras, a plataformas de streaming como Netflix, Amazon Prime Video o HBO.
Pues bien, en este contexto, la compañía de Ted Sarandos estudia en estos momentos producir su primer proyecto íntegramente en catalán de la mano de la productora catalana Minoría Absoluta (Todo es mentira).
Se trata de su nueva apuesta de ficción Smiley, que fue anunciada este jueves durante la presentación de los nuevos contenidos de la plataforma para 2021/2022 y que está basada en la obra teatral del mismo nombre del dramaturgo Guillem Clua.
Según publica el medio Tvienes, la productora ha solicitado a la compañía que esta serie sea la primera ficción original de la plataforma íntegramente en catalán. La negociación sobre la cuestión lingüistica se inició hace unas semanas y esta semana se han vuelto a reunir miembros de la productora y la plataforma para abordar esta cuestión.
De ser así, Netflix seguiría los pasos de Movistar, que ya produjo dos temporadas de la serie Merlí: Sapere Aude, y de Playz, que apostó por Drama, ambas en colaboración con la televisión autonómica catalana TV3.
Como decimos, la secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, pidió el pasado lunes que las plataformas de streaming estén obligadas a producir un mínimo del 7,5% de sus contenidos en catalán, gallego o euskera.
Según el Consejo Audiovisual de Cataluña, el sector audivisual facturó en Cataluña en 2020 hasta 6.702 millones de euros, siendo formado por 1.102 empresas y empleando a 26.651 trabajadores.
De qué va 'Smiley'
Álex y Bruno, los dos protagonistas de esta comedia romántica, no pueden ser más distintos. Conforman una extraña pareja en la que sólo tienen en común que son dos hombres y que se han enamorado. Sus diferencias parecen insalvables, y sus personalidades antagónicas, pero lo quieran o no, están unidos por ese hilo rojo, por más que a menudo quieran romperlo.
Cuando empieza la obra, Álex acaba de tener un desengaño amoroso. Se ha hecho ilusiones con alguien que, al cabo de pocas semanas, ha desaparecido del mapa. Y eso no le sienta nada bien. Coge el teléfono y se dispone a pedir explicaciones en un monólogo que tendrá consecuencias de lo más inesperadas. Bruno, por su parte, no se fijaría nunca en alguien como Álex, pero un equívoco propicia que se acaben conociendo. Y lo que empieza como una cita normal y corriente, se acaba convirtiendo en un evento que cambiará la vida de ambos para siempre.
Smiley es, y quiere ser, una historia de amor con todas las letras. Hace reír y emociona. Muestra con humor los miedos a los que nos enfrentamos cuando nos enamoramos de alguien. Explora cómo han cambiado nuestra vida las nuevas tecnologías como el whatsapp o los iPhones, a la vez que disecciona con precisión las contradicciones de las relaciones afectivas dentro de la comunidad gay. Es una pequeña wikipedia del ambiente barcelonés y también un homenaje a las comedias románticas de siempre, de Nora Ephron a Howard Hawks. Smiley es todo eso y más, pero sobretodo, Smiley es un canto al amor.