Televisión Española estrenaba el pasado jueves la nueva temporada de HIT, la serie protagonizada por Daniel Grao que narra las andanzas de un pedagogo especializado en tratar con jóvenes problemáticos. En esta segunda etapa el personaje de HIT ya no trabaja en el colegio Anne Frank de la primera temporada: se ha trasladado hasta un instituto público, el IES León Felipe, en Puertollano, Ciudad Real, en el que se imparte Formación Profesional.
Un reinicio interesante que permite mostrar a través de la televisión esa España rural que poco o nada tiene que ver con El Pueblo; es más, está en un diámetro totalmente opuesto de la comedia de Mediaset, pues aquí nos encontramos un grupo de gente abocada al fracaso, tanto jóvenes como adultos. Y es que se ha cerrado la fábrica de la que vivían la mayoría de familias de la localidad, por lo que no hay futuro, no queda razón para luchar, ni para estudiar.
En el nuevo grupo de alumnos de Hugo Ibarra Toledo encontramos perfiles muy diferentes a los del Anne Frank. Hay una madre soltera que quiere lo mejor para su bebé, aunque para ello tenga que trabajar en un supermercado con el carrito del niño a su lado; a ella no le importa llevar al crío al instituto tampoco, porque sueña con ser peluquera y trabajar en la televisión.
También hemos visto jóvenes radicalizados tanto en la derecha como en la izquierda, y un par de adolescentes que están llamados a ser un referente entre las personas LGTBIQ+: Dan (Leonor Pernas) y Jota (Manuel Soler).
Dan se nos ha presentado como una persona no normativa; aunque durante años le han identificado como una chica, ahora mismo está luchando contra los roles de género, y no quiere que le etiqueten como una mujer. Todavía desconocemos si se trata de alguien transexual, si se identifica como persona no binaria ni cuál es el camino interior que está recorriendo en su interior.
Sin embargo, resulta muy interesante que se ponga su perfil sobre la mesa. Porque existen muchos adolescentes que no encajan en lo heteronormativo, y que no tienen la suerte de poder desarrollar su personalidad en una gran ciudad, en la que poder entrar en contacto con todo tipo de personas y colectivos.
Este personaje es un perro verde dentro de su realidad. No encaja entre sus compañeros simplemente por ser como es; tan poco caso le hacen que más allá de un malote con pulserita de España nadie le hace especial caso. Amante de la mecánica y los coches, Dan sabe esquivar los pensamientos de los demás para vivir la vida tal y como la siente. Tal como ya se informó, más adelante descubriremos que le gustan tanto los chicos como las chicas, y que tendrá una unión muy especial con Lucía, su mejor amiga.
Por otro lado tenemos a Jota, que ya en su presentación se nos dibujó como una víctima, que siempre está siendo juzgado y acosado por sus compañeros. Le atan, le insultan, le graban con el móvil mientras le vejan.
Su único delito es no tener un físico que encaje con el de los demás, pues sufre sobrepeso, y que es homosexual. O maricón, como él mismo pronuncia sin ningún tipo de connotación peyorativa. Siguiendo un poco el espíritu de Maricón Perdido, la serie de Bob Pop, Jota nos enseña un joven gay diferente a lo que habíamos visto hasta ahora en Élite, Física o química o incluso la primera temporada de HIT. Alguien gordito, inseguro, que no sale por ahí a ligar, ni usa aplicaciones de contactos. Su mayor preocupación es no ir a clase, porque sabe que allí su vida será un infierno.
Jota está muy cerca también del Joselito de Veneno, ese niño incomprendido en casa cuyo padre se niega a aceptar su homosexualidad, por más que él lo grite a los cuatro vientos. Y al igual que Joselito solo sueña con huir del pueblo y empezar una nueva vida, en este caso, en Madrid.
Todavía queda mucho por recorrer de la mano de Dan y Jota para ver cómo viven la identidad de género y la orientación sexual en ese pueblo que parece tan hostil y revuelto. Sin embargo, ya es de agradecer que Televisión Española haya incluido a estos dos personajes, llamados desde ya a ser un referente para aquellos jóvenes que se salen de lo heteronormativo, lo que confirma HIT como una gran serie de servicio público.