Hace escasos diez días, el Festival de Málaga acogía la presentación de Maricón perdido, la serie que retrata la vida de Bob Pop y que se estrena este 18 de junio en en el canal TNT. El propio Bob, de nombre real Roberto Enríquez, ha acudido al plató de Preguntes Freqüents de TV3 para hablar de esta autoficción, y se ha abierto en canal.
Así, ha explicado algunas de las situaciones más traumáticas de su vida con total naturalidad. Como por ejemplo, la violación que sufrió en el parque del Retiro de Madrid, y que aparece reflejada en la serie.
“Lo primero que pensé es que me iban a matar, y mi primera sensación fue de euforia al estar en pelotas, violado y humillado, pero no me habían matado” explicó el comunicador. “Luego iba un mes vomitando en el metro cada vez que olía a alguien que tenía un olor ligeramente parecido al tipo que me violó a mí en el Retiro. En ese momento fui al Retiro, al mismo sitio donde iba de 'cruising' e iba buscando sexo, pero no iba buscando sexo, y aunque lo fuera buscando yo no iba buscando ese sexo”, añadió el habitual colaborador de Andreu Buenafuente.
“¿Me hace eso menos inocente y menos víctima? No, el sexo tiene que ser deseado. Me sentí culpable, pero con los años me fui quitando esa culpa” le explicó a Cristina Puig, la presentadora, matizando que “el dolor no nos hace mejores”, sobre todo cuando “tienes una vida extra”.
Hay que recordar que Bob Pop ya habló en 2017 de esa misma violación en Late Motiv, de Movistar+. “Me pasó como hace unos 25 años, una noche que alguien me violó y me desvalijó en el parque del Retiro y me dejó ahí tirado” le dijo a Andreu Buenafuente.
Sus palabras provocaron un gran silencio en el estudio, y así, explicó cómo le ayudó una pareja y le llevó hasta la comisaría de Policía. “Y vomité y me dio mucho asco y lloré. Pero al día siguiente y a los siguientes días me reía y salía con amigos y hacía cosas porque había un subidón, además del dolor, porque cuando crees que te van a matar y sigues vivo está de puta madre”, explica. En aquel momento, Bob Pop quiso contar su historia “a la gente que se permite juzgar cómo se puede sentir una víctima de una manada de hijos de puta o de un sólo hijo de puta”.