El 27 de abril del 2009 se estrenaba el que ha sido uno de los formatos más revolucionarios de la televisión en España,: Sálvame' Un programa que bebía del espíritu de otros espacios precursores como los míticos Tómbola o Aquí hay tomate y que ha logrado cambiar la forma de hacer entretenimiento en nuestro país. Doce son los años que el espacio de Mediaset lleva aglutinando éxitos y momentos que, para bien de muchos y mal de otros, ya forman parte de la historia audiovisual patria. Una 'fórmula magistral' que tiene como ingredientes el escándalo, el descaro y la diversión, y que parece ir notando síntomas de agotamiento en los últimos tiempos.
Para nadie es un secreto que el 2021 no está siendo el mejor año para el programa de Telecinco. Y es que, tras acaparar la atención del público durante más de una década y conseguir, a regañadientes, el reconocimiento de la crítica, parece que la audiencia no está respondiendo igual que antes. Los datos de avalan una caída en su consumo que va a acompañada de una crítica constante e incisiva que, aunque ha sido continua desde sus inicios, en esta ocasión parece que les está haciendo mella.
La polémica generada por la serie documental protagonizada por Rocío Carrasco a principios del 2021 ha supuesto un punto de inflexión en el que hasta ahora había sido la joya de Mediaset. Si bien es cierto que en un principio todo apuntaba que el espacio presentador por Jorge Javier Vázquez iba a entrar a jugar con la controversia generada por las declaraciones de la hija de Rocío Jurado, ofreciendo simultáneamente la contrarreplica de su exmarido, Antonio David Flores; la connotación social que adquirió el asunto provocó el despido fulminante del colaborador. Un hecho que se convirtió en el origen de una reformulación del espacio televisivo en algo que poco se parecía a lo que había sido años atrás. La banalidad y el humor dio paso al tratamiento de asuntos jurídicos de la mano de expertos y la ponencia de conocedores de materias como el feminismo y el derecho, temas más tediosos con los que no han logrado enganchar a sus consumidores habituales.
Secciones como 'Diario Che', 'Quiero dinero' o 'Desafío Borrego', impregnadas de la ironía que siempre ha caracterizado a Sálvame, dieron paso a otras como 'Con M de mujer', que trata de formar a la audiencia en materia de feminismo, o la realizada por el médico Jesús Martos, que fue muy bien acogida durante los meses más duros de la pandemia y que trata cuestiones relacionadas con la salud. Una serie de contenidos a los que se le han sumado debates sobre temas de actualidad y que han acabado desdibujando el espíritu original del programa.
La cúpula de Sálvame parece haber detectado cuales son algunos de los factores que han influido en el desinterés de parte de su audiencia, que se ha ido decantando hacia otras opciones televisivas como las codiciadas series turcas. Confiados en que el buque insignia de La fábrica de la tele pueda resurgir con fuerzas, sus directivos han decidido tomar cartas en el asunto para cambiar su rumbo. Los fieles de las tardes de Telecinco han podido apreciar cómo, de un día para otro, los contenidos del programa han ido variando de manera radical y dejando a un lado aquellos espacios más didácticos y formales. Una decisión con la que se pretende volver a dar rienda suelta al espíritu más primitivo del formato.
La faceta más costumbrista de la vida de los colaboradores, sus enfrentamientos, nuevas incorporaciones como las de Carmen Alcayde, Alba Carrillo o Carmen Borrego y el enfoque más irónico de las noticias del corazón, han restado espacio al ganado por el alegato de corte político-social. Así mismo, la recuperación de temas clásicos como los relacionados con el clan Pantoja, las posibles infidelidades de los toreros o el entuerto entre Belén Esteban y Jesulín de Ubrique, uno de sus 'caballos ganadores' a lo largo de sus años de emisión, vuelven a estar presentes. Una especie de regreso al pasado con el que Sálvame opta a volver a ser lo que siempre han sido; corazón y mero entretenimiento.
Resulta curioso comprobar como parte de los fieles consumidores de Sálvame se han dejado sucumbir por la ficción turca cuando el que durante años ha sido su programa de las tardes tornó a ofrecer otro tipo de contenidos. Si analizamos los elementos con los que juegan estas series, podemos realizar una conexión directa con las emociones que se tratan en el formato de corazón. Amor y desamor, fracaso y triunfo, deslealtades y sentimientos... son los componentes con los que juegan las producciones del país otomano y que coinciden a la perfección con la receta que tan bien ha funcionado a Sálvame a lo largo de su historia, aunque que de forma excepcional los hayan apartado durante unos meses.
Decisión que en un principio resultó beneficiosa, pero cuyos frutos se esfumaron con rapidez para dar paso a un desinterés por parte de sus televidentes que observaban desde casa como su programa de cabecera cambiaba sin previo aviso. ¿Conseguirá el formato recomponerse de esta difícil situación o estamos ante un cambio de era en lo referente a los contenidos de entretenimiento? Tendremos que seguir esperando para comprobar cómo evoluciona el consumo de los espectadores al respecto.