Esty Quesada, conocida como 'Soy una pringada', ha estado en boca de todos estos días por una polémica frase que ha pronunciado en La Fábrica, el canal de Youtube de Gabriel Rufián. La youtuber defendía en la entrevista que hay que "comprar armas, cócteles molotov y 'pum', porque es lo que están haciendo con nosotros. Además, aseveró que lo que hay que hacer con Vox es "matar. ¿Está mal matar? A veces sí, a veces no".
La polémica ha sido tal que el partido de ultraderecha ha amenazado con denunciar a Quesada, por lo que ella ha tenido que hacer algo a lo que no está acostumbrada pese a su controvertida trayectoria: pedir disculpas.
"Todo estaba contextualizado y contestando a la situación de crecientes ataques y discursos de odio en contra de diferentes colectivos, entre ellos al colectivo LGBT (al que pertenezco). No he querido compartir la entrevista y he estado callada para no hacer más leña y entrar en debates de interpretación. Por eso pido disculpas a quien se haya podido sentir ofendido", ha escrito en su perfil de Instagram.
Lo cierto es que el caso de Esty Quesada es paradójico y extraño, pues el mismo discurso irreverente y provocador que la ha llevado a la fama masiva en medios mainstream es el mismo que le ha causado más de un quebradero de cabeza.
'Soy una pringada' vivió un paulatino ascenso a la fama por su peculiar manera de comunicar en YouTube. El hate es su seña de identidad y miles de personas disfrutan simplemente viéndola despotricar durante media hora sentada en el templo de la cultura trash que tiene por habitación.
Si hay que situar la explosión de su fama en un punto concreto, sin duda ese es el 31 de mayo de 2017, cuando la youtuber publicó el vídeo que tenía por título 'Carlota Corredera, gorda traicionera'. La pieza dura 12 minutos y medio y en ella Esty le dedica sarcásticos dardos a la presentadora gallega como "nadie te tiene que hacerte sentir mal por tu peso, Carlota Corredera. Igual es que tú eres una gorda acomplejada que tú misma piensas que por ser gorda no mereces vivir".
El vídeo acumula casi dos millones y medio de visualizaciones y es con diferencia el más visto de su canal. Sin embargo, el discurso de 'Soy una pringada' parece estar limitado a ser dirigido a un espacio minoritario y específico como es Internet. Su particular humor se diluye y pierde eficacia cuando es llevado a soportes tradicionales que no están habituados a esa forma de comunicarse.
Basta con recordar los tímidos aplausos y las caras de estupefacción -incluso de espanto- que se vieron durante el discurso de Esty en la gala de los Premios Feroz, donde hizo bromas sobre ETA y llegó a hablar con nostalgia de la época en la que se sufrían sus atentados prácticamente a diario. "Yo puedo hacer chistes sobre ETA, vosotros no", le espetó al público.
La misma tensión se vivió hace unos días durante la presentación en Vitoria de Celebrity Bake Off, el talent de Amazon Prime Video del que Esty es concursante. La youtuber aseguró que Esperanza Aguirre se reía de sus bromas sobre ETA y gritó por sorpresa "Gora Euskadi Askatuta" (Viva Euskadi libre) en un auditorio tan entregado como temeroso de su espontaneidad.
La principal virtud de Esty Quesada se convierte a menudo en su mayor defecto. Y es que 'Soy una pringada' no tiene filtros a la hora de disparar comentarios brillantes y ácidos, algo muy efectivo en soportes 'prefabricados', pero que supone un arma de doble filo en formatos en directo.
Se puede entender el humor de Esty o no, pero es evidente que en su paso por Celebrity Bake Off brillará tanto como ya lo ha hecho en su canal, en las series y en los programas donde ha participado. No obstante, cuando se la saca de los formatos grabados y editados, parte de su magia desaparece por el miedo a salirse de lo políticamente correcto, un temor más impuesto por quienes la contratan que por su propia conciencia.
Ese ha sido el gran error de la youtuber en esta última polémica que ha protagonizado: llevar su humor extremo a un contexto no humorístico y en un formato no idóneo para que la propia naturaleza del programa justifique sus bromas. Por más que la entrevista de Gabriel Rufían se emitiera en YouTube, el tono y la liturgia tenían mucho que ver con la televisión tradicional, un medio masivo que sigue marcando los límites sociales del humor.
'Soy una pringada' hablando sobre tirar cócteles molotov no habría sido tan escandaloso si se diera en su propio canal o en un podcast gamberro, por ejemplo. Sin embargo, la Esty que presenta Road Trip junto a Nuria Roca en TNT o participa en Celebrity Bake Off en Amazon Prime Video no puede permitirse ciertas licencias. De lo contrario, la misma televisión que la está encumbrando la puede engullir.