Tras el fracaso de El Precio Justo, Mediaset España optó por recuperar otro concurso clásico, Alta Tensión, para intentar hacer frente a Pasapalabra. Sin embargo, en lugar de emitirlo frente al concurso presentado por Roberto Leal, optó por darle más visibilidad programándolo en el access prime time aprovechando las vacaciones de El Hormiguero y El Intermedio.
La estrategia resultó bastante acertada en sus primeras semanas y, sin apenas competencia, el programa presentado por Christian Gálvez consiguió mejorar en su segunda semana los datos de la primera al promediar un 13,2% y 1.504.000 espectadores (+1,3 puntos).
Esta evolución positiva, acompañada de las buenas críticas por parte de la audiencia, llevó entonces a pensar que el programa se estaba afianzando de cara su más que previsible salto a las tardes de Telecinco.
Sin embargo, en su tercera semana, la del 16 al 19 de agosto, sufrió un importante varapalo al caer a un 11,6% y 1.353.000 espectadores. No obstante, no hay que olvidar que es una de las semanas de menor consumo del año.
Ya esta semana, su dato en share ha remontado ligeramente hasta un 11,5% y en espectadores ha mejorado hasta 1.394.000 espectadores. El martes anotaba su mejor dato en espectadores desde el 12 de agosto al congregar a 1.409.000 espectadores.
De momento, Mediaset no ha especificado qué ocurrirá con el programa cuando comience la temporada, ya que la llegada de Secret Story dejará a Telecinco sólo con uno o dos acess prime time libres. No obstante, lo más razonable es que pase a sustituir Sálvame Tomate como ya hizo El Precio Justo.
Ahora la pregunta es más que obvia: ¿podrá Alta tensión hacer frente a Pasapalabra con estos antecedentes? Aparentemente, teniendo en cuenta que el concurso de Roberto Leal supera cada día el 20% de cuota de pantalla, parece difícil. Aunque, no obstante, habrá que ver cómo funciona este otro concurso en un nuevo horario.
Cuando se estrenó el programa de Gálvez, el concurso de Antena 3 acababa de sufrir la marcha de Pablo Díaz tras la conseguir el bote. Y normalmente, cuando uno de estos concursantes históricos se marcha del programa y el contador del bote se resetea, las audiencias se resienten y el público tarda en volver a engancharse a los nuevos concursantes.
Sin embargo, el enfrentamiento entre Sofía y Marco Antonio está comenzando a dar sus frutos, con Pasapalabra marcando nuevamente grandes audiencias superiores al 20% de cuota.
El gran error de Mediaset
Lo más paradójico de este asunto es que Mediaset podría haber evitado el tener que llevar ya dos años intentando buscar un sustituto para Pasapalabra, con todo lo que ello conlleva en términos económicos, de no haberse negado a pagar lo que procedía a la propietaria de los derechos del concurso.
Hay que recordar que durante años el grupo mantuvo una batalla con ITV Studios por los derechos de emisión del popular concurso. El grupo se negaba a reconocer que la titularidad del programa pertenecía a la distribuidora británica porque, según denunció, algunas partes del programa, como el rosco y el nombre, no eran de su propiedad
Ya en 2017, la Audiencia de Madrid ratificó una condena contra Telecinco por emitir el concurso sin contar con sus derechos. Sin embargo, Mediaset decidió seguir peleando en los tribunales contra ITV, aunque aprovisionó en sus cuentas hasta 15 millones de euros por si el Supremo sentenciaba finalmente en su contra.
Y así fue. En octubre de 2019 el Supremo ordenóel cese inmediato de la emisión y producción dePasapalabra e impuso una multa de 14,8 millones por derechos de emisión del popular concurso, además de intereses desde la sentencia de septiembre de 2016 hasta que dejase de emitir el programa.
Tras esta sentencia, Mediaset intentó negociar con ITV para amarrar el concurso. La idea era llegar a un acuerdo para poder seguir emitiendo su éxitoso formato y, a su vez, encargarle nuevos formatos dado su extenso catálogo, que incluye espacios como Ven a cenar conmigo, Esta cocina es un infierno, o Love Island.
Se trataba de compensar el montante de la multa cifrada en torno a unos 20 millones, incrementando el coste de producción de Pasapalabra y comprando nuevos formatos de la productora británica.
Sin embargo, las negociaciones no llegaron a buen puerto ya que el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, se negaba a abonar las cantidades que ITV Studios exigía para que Telecinco siguiese emitiendo Pasapalabra.