Este viernes 18 de junio Netflix ha estrenado la cuarta temporada de Élite. Así, se vuelven a abrir las puertas de Las Encinas, un centro de estudios para adolescentes bastante peculiar. Y es que allí puede pasar cualquier cosa, como ya hemos comprobado en las etapas anteriores de la serie.
Un alumno puede matar a otro con un premio al mejor estudiante. Un profesor puede vivir bajo el miedo del chantaje de un alumno, y los compañeros pueden desconfiar los unos de los otros según el dinero que tengan en el banco.
Para esta nueva temporada, la sinopsis dice así. “Empieza un nuevo curso y con él, llega un nuevo director, Benjamín (Diego Martín), uno de los empresarios más poderosos de Europa, dispuesto a reconducir el instituto aplicando mano dura. Benjamín trae con él a sus tres hijos: Ari (Carla Díaz), Mencía (Martina Cariddi) y Patrick (Manu Ríos). Tres adolescentes demasiado acostumbrados a salirse siempre con la suya, caiga quien caiga. A ellos se une otra incorporación, la del príncipe Philippe (Pol Granch), heredero al trono de un principado centroeuropeo”.
Las Encinas se ha convertido así en uno de los grandes colegios e institutos de nuestra televisión, pero antes ya hubo otros iguales de encantadores y complejos. Como por ejemplo, el Colegio Azcona, de la serie Compañeros.
El Azcona, que tenía hasta su propio himno (“colegio Azcona, colegio Azcona, que gran colegio, que privilegio”) fue en marzo de 1998. Ya en su primer episodio nos dejaron claro que allí los profesores (y hasta la conserje) tendrían el mismo peso que los alumnos.
En el Azcona sucedía de todo. Desde que se cometiese un secuestro hasta que se tuviese que luchar contra piratas informáticos. Sus alumnos lo mismo entraban en una secta que se convertían en estrellas de cine. Los profesores podían hacer un funeral por el caracol muerto de uno de sus alumnos si se daba la ocasión, y hasta hubo críos que coquetearon con la magia negra. Sin olvidarnos de que por allí pasó, incluso, la propia Lara Croft.
La serie Compañeros echó a andar poco después que Al salir de clase, en Telecinco, pues se estrenó en septiembre de 1997. Como el nombre indicaba, en un principio ‘Alsa’ contaba las hazañas de un grupo de jóvenes cuando no estaban estudiando en su instituto, el Siete Robles.
Durante los primeros meses de la serie, la presencia del instituto era muy puntual: algún diálogo mientras se llega a clase, o en los recreos. Antes que las aulas vimos, por ejemplo, la sala de profesores, donde Carlota (Pilar López de Ayala) se enamoró de su profesor de Filosofía.
Poco a poco, el centro fue cogiendo más peso en las tramas, y ya vivimos el Siete Robles en su máximo apogeo. Y se convirtió en ese instituto en el que la Mano Negra lanzaba anónimos, donde Alumnos en Acción reconducía a los que se habían perdido, y donde tenían algo tan americano como un club de debate.
Ni Compañeros ni Al salir de clase fueron pioneras en narrar las vivencias de un colegio en nuestra televisión. Tal honor quizá lo tenga Telecinco con Querido maestro, la serie que protagonizaron Imanol Arias y Emma Suárez.
Una ficción estrenada en abril de 1997 que contaba todo lo que sucedía alrededor del colegio Góngora, ubicado en un pequeño colegio de Zamora. En la serie todo tenía un exceso de azúcar y de moralina, y quizá por ello el espectador no recordará demasiado lo que pasaba en el Góngora. Colegio que, a pesar de todo, hasta tenía su propia mascota: don Gongorino.
De la plantilla de profesores se podría destacar a Ruth Gabriel, y al hombre lobo español, Paul Naschy, que aquí dio vida a un simpático profesor de gimnasia. Deudor de este tipo de colegio más blanco y cómico es, sin duda, el Santa Justa, de Los Serrano.
El Zurbarán, de Física o química, fue en cierto modo heredero del espíritu del Colegio Azcona de Compañeros. Antena 3 puso en marcha una nueva serie alrededor de un instituto en el que se uniesen la vida de profesores y alumnos ya desde el primer episodio.
En el Zurbarán también pasó casi cualquier cosa imaginable. Tuvo una versión virtual, el Ciber-Zurbarán, que anticipaba lo que pasaría en la vida real, con un incendio incluido. Contó con su propio colectivo LGBT, el Zurbagay, y hasta hubo un tiroteo en sus aulas, en el aciago capítulo en el que muere el personaje de Fer.
También en Antena 3 estaba el Laguna Negra de El Internado, que abrió sus puertas en 2007. Por primera vez nos adentrábamos en un internado, pero ¡qué colegio! Sin duda, aquel edificio ha sido uno de los que más misterios ha dejado para nuestra televisión, con muertes y desapariciones constantes, mezclando lo humano y lo paranormal. En el remake de Amazon Prime Video, el centro de estudios ha pasado a llamarse Las Cumbres.
De los últimos años, hay que destacar el Àngel Guimerá de Merlí, que descubrimos de la mano del profesor que da nombre a la serie. Y el conflictivo Anna Frank, de la serie HIT, cuyos alumnos parecían descarriados hasta que Hugo Ibarra Toledo (Daniel Grao) consigue hacer de ellos hombres y mujeres de provecho. Para la segunda temporada, que no tiene fecha de estreno fijada, HIT trasladará su ambientación a un nuevo centro de estudios.