La primera versión española de Drag Race alcanza su ecuador este domingo. El programa, que se emite en exclusiva en ATRESplayer PREMIUM, emitirá uno de los episodios más esperados por todos los fans del formato internacional: la prueba de imitaciones conocida como snatch game, que contará con la visita de Samantha Hudson y Kika Lorace como estrellas invitadas.
En la mesa del jurado, junto a la presentadora Supremme De Luxe, seguirán estando los jueces habituales: Javier Calvo, Javier Ambrossi y la revelación de este formato, Ana Locking, que tras despuntar en las pasarelas ha dado el salto a la televisión en un programa que, según confiesa, le va "como anillo al dedo".
La diseñadora, que además de juzgar a las reinas presenta el especial Tras la carrera, ha charlado con BLUPER para comentar su experiencia en el formato, en el que confiesa que ha podido jugar con sus "múltiples identidades" y entender mejor su propia esencia como diseñadora, pero también como persona.
¿Cómo te has sentido juzgando a las reinas en el programa?
Creo que ha sido un reto maravilloso para todos nosotros, incluso para Supremme y el jurado invitado de cada programa. La cultura drag va mucho más allá de lo íntimamente relacionado con el mundo del espectáculo y evoluciona con el tiempo. Todo eso se ve en el programa y teníamos que canalizarlo, empaparnos de ello, vivirlo, sentirlo, analizarlo y tratar de hacer una crítica constructiva.
¿Has estado cómoda en el jurado?
Sí, mucho. Por razones diferentes, a cada uno nos va como anillo al dedo el formato, a mí por el lado de la moda, que tiene mucho de performance. Ha sido un gran reto y un gran aprendizaje al mismo tiempo.
¿Qué influencia ha tenido la cultura drag en tu carrera como diseñadora?
Desde que empecé en 2001, siempre he sido muy inclusiva. Mis desfiles siempre han contado con modelos negras, orientales, etc. Me parece que es un fiel reflejo de la sociedad. Pero hay un punto de inflexión en mi carrera, que es el desfile de Realness (2018), que se lo dediqué a la cultura ballroom, de la cual me enamoré gracias a una exposición en Madrid. El desfile fue una fiesta de libertad, invitamos a algunos de los bailarines más relevantes de la escena europea de voguing, incluimos a drags como modelos... A partir de ese momento, mis colecciones tienen un espíritu mucho más alegre, destinado a reflejar esa libertad de ser quien quieres ser. Cuanto más te acercas a la visión que tienes de ti mismo, más feliz eres.
¿Crees que Drag Race va a conseguir acercar a los espectadores esa cultura de la que hablas?
El programa va a ser muy bueno para conocer la gran cultura drag que existe, que tiene su formato clásico pero también ha evolucionado con el tiempo y con la sociedad. Mucha gente que no es cercana a esta cultura, a través de un programa que es entretenimiento pero que va mucho más allá, se va a dar cuenta de la gran riqueza que hay detrás. En este país, además, tenemos una gran diversidad cultural y eso se refleja muy bien en el casting. Muchas personas van a entender lo que significa hoy en día ser drag.
¿Te has sentido más libre para mostrar tu lado más drag en el programa?
¡Totalmente! Mi maquilladora me preguntaba si quería un poco más de esto o de lo otro y siempre le decía que sí [Ríe]. Cada uno de nosotros a lo largo del tiempo se va creando múltiples identidades, aunque a veces no las saquemos a la luz, pero este programa nos permite jugar con ellas. Ha sido muy liberador, todo en este programa es tremendamente positivo y nos ha ayudado a aprender y a entendernos más a nosotros mismos en nuestra esencia.