Rocío, contar la verdad para seguir viva ha marcado un antes y un después en la historia de la televisión española. Esta docuserie ha concienciado sobre la violencia de género, ha denunciado el maltrato mediático sufrido por Rocío Carrasco y ha conseguido convertirse en un auténtico fenómeno social llegando, incluso, a implicar a personalidades de la política española.
Además, el relato de la hija de Rocío Jurado también ha sacado a la luz las vergüenzas de muchos periodistas y colaboradores de televisión que optaron por apoyar ciegamente a Antonio David Flores cuando su versión era dogma para Telecinco y parte de la prensa rosa. Sin embargo, más allá de la hipocresía manifiesta, existen profesionales que han estado del lado de la verdad y de los hechos.
Uno de ellos es la periodista Paloma García-Pelayo. Esta experimentada cronista del corazón, aun pagando las consecuencias, nunca compró la versión del padre impío. Para ello, no necesitó más armas que las de la buena praxis periodística: rigor, contraste e información.
Paloma García-Pelayo, toda una vida en los medios
La vida profesional Paloma García-Pelayo comenzó en el diario ABC como reportera gráfica. Después de graduarse en Periodismo, colaboró con varios medios impresos como Paris Match o la revista Marie Claire. Su salto a la televisión se produjo en 1997 como colaboradora de Día a Día en Telecinco.
A partir de ese momento se convirtió en un rostro habitual de los programas de corazón, estando muy vinculada a Telecinco. Formó parte de Salsa Rosa, La Noria, Enemigos Íntimos o Materia reservada, entre otros. Además, es una de las periodistas más veteranas de El Programa de Ana Rosa, figurando en su plantilla de contertulios desde el año 2005. Más recientemente, ha compartido sus conocimientos sobre el mundo del corazón en Sábado Deluxe, Cantora: la herencia envenenada y Rocío, contar la verdad para seguir viva.
Fuera de las cámaras, destaca su trabajo como cofundadora de la Agencia Korpa junto a la periodista Ángela Portero que entonces era su cuñada ya que estaba casada con su hermano, el empresario Álvaro García-Pelayo. Esta empresa obtuvo gran relevancia en el mundo del corazón llegando a tener 130 trabajadores en nómina, pero también dejó una mancha en el expediente de Paloma. El fallecimiento de la reportera Ana Belén García en un accidente de tráfico en el año 2005 provocó que la agencia fuese condenada a pagar 89.673€ a los padres de la víctima por no haber tomado medidas adecuadas de prevención de riesgos laborales.
Por otro lado, Paloma García-García Pelayo también es coautora junto a Ángela Portero de dos libros sobre Casa Real: Tú serás mi Reina: Letizia Ortiz, una periodista camino del Trono y Leonor: la princesa inesperada.
La templanza como virtud televisiva
Más allá de su extenso currículum, esta periodista que lleva casi 25 años en los platós destaca por sus aptitudes comunicativas. Podría decirse que cuenta con un estilo único caracterizado por una sempiterna serenidad que contrasta con la afición por el grito y el alboroto de los programas de corazón actuales.
Sin necesidad de vociferar, Paloma esgrime sus argumentos utilizando la educación, la dialéctica y el análisis de los hechos. Además, no duda en contrastar la información antes de lanzarse a juzgar, algo que la diferencia de otras compañeras de cadena como Lydia Lozano y María Patiño que, aun siendo carne para los creadores de memes, han demostrado que la buena praxis periodística no va con ellas.
A la hora de lidiar con entrevistados complicados, García-Pelayo también tiene muchas tablas. Es capaz de preguntar y repreguntar incisivamente para obtener la respuesta deseada o de capear a una socialité enajenada sin apenas despeinarse. Esto se debe a que, pase lo que pase, ella nunca pierde la calma.
Sin embargo, eso no significa que no pueda manifestar sus opiniones, incluso cuando son negativas o pueden resultar inconvenientes para el receptor. Con cierto hieratismo y un aura de refinamiento, Paloma se atreve a bajar al barro dialéctico si la situación lo requiere. Eso sí, lo hace sin perder ni un ápice de la aristocrática elegancia que proporciona un apellido compuesto.
El papel de Paloma García-Pelayo en la docuserie de Rocío Carrasco
Lo que ha engrandecido la figura de Paloma García-Pelayo durante la docuserie de Rocío Carrasco ha sido la coherencia. Ella nunca ha escuchado a voces interesadas, no se ha prestado a los juegos de Telecinco ni ha adulterado su opinión dependiendo de los intereses del relato. Su único objetivo ha sido hacer su bien trabajo.
Antes que la mayoría de sus compañeros de profesión, fue capaz de cuestionar las historias de Antonio David y de hurgar en el relato del padre coraje para darse cuenta de que el ex guardia civil tiene vocación de cuentacuentos. Lo dejó claro cuando, con su mirada clavada en la lente de la cámara, mandó un mensaje al exmarido de Rocío Carrasco que los usuarios de Twitter convirtieron en viral.
Así pues, con su labor en Rocío, contar la verdad para seguir viva, Paloma García-Pelayo ha dado una lección de periodismo del corazón. Y aunque ella sea una rara avis en un mundo donde la actualidad se rige por los designios de cúpulas televisivas y directores de revistas, su trabajo a la hora de informar sobre el conflicto de Rocío Carrasco y Antonio David Flores debería ser un espejo en el que mirarse para aquellos que ayer secundaban a un presunto maltratador y hoy saborean las mieles del éxito por ajustarse a la opinión popular.