Aragón es una comunidad llena de parajes espectaculares, pero también de historia y de algunos de los pueblos más bonitos. Pueblos en los que no falta arquitectura histórica o escenarios naturales impresionantes. Destinos perfectos para visitar en cualquier época del año e ideales para los amantes de la cultura y la naturaleza.
De todos ellos, en Teruel podemos encontrarnos con algunos de los pueblos más bonitos de toda la comunidad. Muchos de ellos con cascos antiguos de impresionante belleza, con una arquitectura especialmente bien conservada o rodeados por un entorno natural único para hacer turismo en la naturaleza.
El pueblo que te invitamos a descubrir en esta ocasión, ha sido recomendado incluso por la revista National Geographic. Una revista en la que se destaca su belleza, pero sobre todo que además es uno de los pueblos de Teruel donde mejor se come. Una clasificación de pueblos que son auténticos paraísos de la gastronomía, entre los que destaca Vejer de la Frontera liderando el ranking, pero en el que también encontramos el pintoresco pueblo aragonés de Valderrobres.
Este es uno de los 18 municipios que conforman la Comarca del Matarraña y destaca por su enorme riqueza cultural y patrimonial. Pese a no superar los 2500 habitantes censados, Valderrobres tiene según describe National Geographic, un aspecto de capital.
En cuanto a su gastronomía, esta se caracteriza principalmente por la calidad de los productos cárnicos y por platos tradicionales como el clásico ternasco al horno. Tampoco falta el cabrito, los escabechados de perdiz, la codorniz, el conejo... También embutidos típicos de la zona como longanizas, morcilla, chorizos... En cuanto a los dulces de las panaderías y pastelerías, destacan los carquiñols, las casquetas o crespells, almendarados, el pan dormido (especialidad de Semana Santa), etc.
Dónde comer en Valderrobres
Valderrobres es por lo tanto, también un paraíso para los amantes de la caza menor, especialmente del conejo y la liebre. Carnes que aportan gran sabor y autenticidad a los platos más típicos del lugar.
Uno de los referentes gastronómicos de la zona y que destaca National Geographic es el restaurante Baudilio, dirigido por Fabiana Arévalo, una chef argentina que, desde su llegada a Teruel en 2001, ha sabido fusionar la tradición local con toques modernos, manteniendo viva la esencia de la cocina aragonesa. Arévalo ha logrado reinterpretar los sabores clásicos de la huerta y la caza, respetando siempre los ingredientes de calidad y la autenticidad de cada plato.
Un gran destino gastronómico de Aragón que además, se ve engrandecido con otros municipios cercanos como Tramacastilla, Fuentespalda, Calamocha o Beceite. Estos también contribuyen a enriquecer la oferta culinaria de la región, ofreciendo una diversidad de sabores tradicionales que hacen del Matarraña una tierra de delicias.
Pero Valderrobres, no solo conquista por el paladar, sino también por su historia y su arquitectura. A continuación, te destacamos algunos de sus imprescindibles si estás pensando en visitarlo.
Qué ver y hacer el Valderrobres
Valderrobres, situado en la comarca del Matarraña en Aragón, es un pueblo que sorprende desde el primer instante con su encanto medieval. Al llegar, lo primero que capta la atención es el impresionante puente de piedra construido en el siglo XIV, que da acceso al casco antiguo y se extiende sobre el río Matarraña. Este puente es una de las imágenes más fotografiadas de Valderrobres, con las casas a su alrededor colgando sobre el río y reflejándose en sus tranquilas aguas.
Tras cruzar el puente, te espera el Portal de San Roque, uno de los siete portales de la antigua muralla que aún se mantienen en pie y que actúa como la puerta principal al corazón del pueblo. Al atravesarlo, te encontrarás en la Plaza de España, un lugar emblemático donde destacan dos edificios históricos. El primero es el ayuntamiento, que es un gran ejemplo de la arquitectura renacentista aragonesa, declarado Bien de Interés Cultural en 1981. Junto a él, se encuentra La Fonda, un caserón señorial de la Edad Media que alberga uno de los restaurantes más antiguos de España, donde es recomendable reservar si se visita en fin de semana.
Recorrer las calles del casco antiguo de Valderrobres es una experiencia que seguro te transportará al pasado, con sus callejuelas empedradas, casonas nobiliarias y portales históricos. Al subir por las empinadas calles, llegarás a la joya del pueblo: el Castillo-palacio de Valderrobres. Esta fortaleza, construida a la par que la Iglesia de Santa María la Mayor, domina el pueblo desde lo alto.
A pocos pasos, la Iglesia de Santa María la Mayor, un bello ejemplo del gótico levantino aragonés del siglo XIV, completa la experiencia. Sus bóvedas y su impresionante rosetón han sido restaurados, por lo que su visita es otra parada obligatoria para los amantes de la arquitectura. Valderrobres es un lugar que invita también a perderse entre su historia, su arte y la belleza de su entorno natural.