Alicante

"Los tres primeros días sentí bastante desazón y diría que ansiedad, luego se me fue calmando aunque todavía no me he recuperado". Antonio es un contable de Alicante de 45 años que volvió a su empresa de vacaciones hace dos semanas y, en contra de lo que él creía, arrastra el síndrome postvacacional

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Como él, se estima que alrededor del 37% de los alicantinos lo están sufriendo o lo sufrirán en los próximos días, según un estudio de la consultora de Recursos Humanos Adecco que proyecta esta tendencia de la encuesta realizada el año pasado a mil personas.

Esta recurrente investigación que se da a conocer a finales de agosto de cada año señalaba en 2015 que el porcentaje de españoles, en su conjunto, afectados de este trastorno ascendía al 30%. Desde entonces, no ha dejado de aumentar año tras año, siendo en 2020 del 33%, 4 puntos porcentuales menos que un año después. Asimismo, el porcentaje restante de personas que no padecen este síndrome también presentan algunos cuadros de fatiga o estrés, por lo que la cifra podría ser mayor.

"Ganas de llorar" 

Según los expertos, el síndrome postvacacional, si bien no está catalogado como enfermedad o patología, vendría englobarse dentro del cuadro de ansiedad que el trabajador o trabajadora sufre cuando vuelve a la rutina del trabajo tras un periodo de descanso o vacaciones.

"Yo empecé a llorar y llorar y eso que todavía no había empezado a trabajar", rememora Ana, administrativa de 37 años en una clínica de Novelda. En su caso fue la noche de antes cuando sintió "una pena muy grande" después de "14 días muy relajada con mi familia". Y, ¿cómo está ahora? "Pues sigo tocada, pero diría que con más optimismo".

Los psicólogos calculan que este trastorno suele durar "entre dos y tres semanas", que es el tiempo que tarda el individuo en "hacerse y aceptar" sus nuevas rutinas y obligaciones.  

Este fenómeno en alza incluiría a las personas trabajadoras que, aún estando de vacaciones, ya empiezan a sentir ese malestar psicológico. "Ya me empiezo a encontrar mal y a soñar con el trabajo", dice Celia, maestra interina de Elche. "El hecho de no saber dónde voy a trabajar me genera incertidumbre", asevera "y, aunque la gente no se lo crea, llevar a 25 niños me genera mucho estrés, algo que en vacaciones me olvido y estos días estoy pensando 'lo que se me viene encima'", señala.  

Síntomas concretos

Antonio reconoce que desconoce cuáles son los síntomas concretos del síndrome postvacacional. Él ha identificado la desazón, "porque se supone que los primeros días después del descanso debería tener más ganas que nunca de trabajar y estaba apagado"; la ansiedad ("se me hacía todo cuesta arriba y me ha afectado al sueño varias noches") y los cambios de humor: "mi pareja me dijo que se me notaba mucho, que saltaba a la primera, aunque lo cierto es que ella seguía de vacaciones entonces". 

En concreto, desde el portal de formación 'Productividad feroz' enumeran como síntoma "la disminución de la productividad" de unos trabajadores en que también pueden sentir "apatía, falta de energía, cambios de humor, un bajo estado de ánimo o la sensación de no poder adaptarse al entorno laboral".

Perfil del afectado

"Aunque el perfil de los trabajadores que padecen estos síntomas no es siempre el mismo, existen unas características similares en todos ellos", indican en 'Productividad feroz'.

Así, quienes tienen más posibilidades de sufrir este síndrome son los trabajadores o trabajadoras "cuyos malos hábitos y rutina se han vuelto automáticas y se repiten constantemente". Esto se explica porque "los malos hábitos también se traducen en una menor tolerancia a la frustración por lo que desempeñar las tareas se vuelve una actividad mucho más difícil".

Este portal de formación también recuerda que este síndrome se registra sobre todo en los países donde existen largos periodos de vacaciones, como es Francia, con 30 días, Reino Unido, con 28, Italia con 26 o Alemania con 24 días hábiles -en el otro lado estarían países con menos derechos laborales como Estados Unidos o Japón, con una media de 10 días al año.

Por su parte, en España, como en otros países europeos, "la mayoría de los días de descanso se encuentran sobre todo en verano", por lo que esto supone un caldo de cultivo mayor para este tipo de malestar psíquico, que también puede derivar en malestar físico. .

De igual manera, el entorno laboral también es un factor a tener en cuenta, añaden en 'Productividad feroz'. "Si el trabajador no se encuentra cómodo y contento en su ámbito de trabajo, ya sea por las tareas que desempeña o por las relaciones sociales; es habitual que este síndrome se agrave".

Preguntado a Antonio y Ana por esta cuestión, la segunda sí que reconoce que "llevo varios años pensando en marcharme de la empresa porque no me siento bien tratada"; este contable, por el contrario, responde que está "a gusto" y que no se lo explica "porque es la primera vez que me pasa y me preocupa". 

Consejos para evitarlo

Algunos consejos para evitar este síndrome son:

No regresar de las vacaciones justo el día anterior a la vuelta al trabajo. Lo recomendable es volver del destino vacacional dos o tres días antes para prepararse mentalmente.

Adecuar un horario de sueño de forma progresiva. Al tener vacaciones las horas de sueño aumentan y varían ya que no es necesario madrugar. Por lo tanto, cuando se acerca el día de volver a la rutina laboral lo ideal es ir recuperando el horario que se tenía antes de los días de descanso.

Organizar las labores que tendrás que llevar a cabo en el trabajo cuando regreses. Asimismo, una buena alimentación eleva tu energía y productividad.