Hace dos semanas, un guardia civil de Alicante resultó herido tras participar en la detención de dos jóvenes que, tras darse a la fuga en Monforte del Cid, habían huido con un vehículo durante casi una hora. El copiloto, un chico de 17 años, causó diferentes heridas al agente, sobre todo en su codo izquierdo, cuando se disponía a identificarlo una vez que lograron que el turismo detuviera la marcha.
Se trata de la última agresión que sufre un guardia civil en la provincia en un año que, según la Asociación Española de la Guardias Civiles (AUGC), se confirma la tendencia al alza de estos ataques "año tras año sin que el Gobierno tome medidas".
"Solo en lo que llevamos de año ya han sufrido lesiones de diferente consideración más de 60 guardias civiles por agresiones sufridas durante el servicio y el último semestre del año pasado se registraron 383"en todo el país
La última, que no entraría en este cómputo, al que fuentes oficiales del instituto armado consultadas por este periódico afirman que no pueden facilitar datos, habría tenido lugar el pasado 31 de mayo en Baleares, donde un agente fue agredido "fuertemente en el pecho" por recriminar a un ciudadano que dejara de tirar cajas a la vía pública. Tres días antes, un agente sufrió un traumatismo y otro varios politraumatismos al ir a detener a un hombre en un hotel del que pesaba una orden de búsqueda y detención.
En verano, más
Esta tendencia, aseguran estas fuentes de AUGC, se dispara en periodo estival cuando "la gente sale más a la calle, bebe más y por lo tanto hay mayor riesgo de peleas en unos meses que hay menos efectivos por los turnos de verano".
De hecho, afirman, "nos tememos lo peor" para este verano en el que estamos entrando, al ser el primero "postpandemia" donde se prevé que la nueva normalidad traiga una explosión del turismo en una provincia como la alicantina.
Precisamente con los turistas violentos se han encontrado con uno de sus principales problemas, poniendo como ejemplo otra agresión reciente que tuvo lugar hace unos días en el aeropuerto de Lanzarote donde un turista dejó a tres agentes en el hospital. "El individuo ya está en su hotel disfrutando de sus vacaciones y en unos días volverá a su país sin haber respondido ante la justicia".
Por ello, desde AEGC consideran que parte de este problema se podría solucionar, al menos en el caso de agresiones de extranjeros, con la celebración de juicios rápidos.
"Esta es la razón de que en AEGC también reclamemos a Interior su compromiso de que todos los guardias civiles que sufran agresiones durante el transcurso de su servicio cobraran las indemnizaciones sin tener que volver a recurrir a la justicia para que el Estado sea condenado subsidiariamente".
Agentes de la Autoridad
La celebración de estos juicios rápidos sería, a juicio de la asociación, "una solución de paso hasta que el Gobierno lleve adelante el cambio de consideración jurídica de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".
Y es que AEGC lleva años reclamando que se les considere en la normativa como "autoridad" y no como están en la actualidad de "agentes de la autoridad", como ya ocurre para jueces, médicos, profesores o diputados.
El cambio supondría, en la práctica, penas mayores que para esta asociación ayudarían a disuadir a los agresores, "ya que ante si tendrían un panorama penal más grave que una multa de 1.000 o 2.000 euros".
A este respecto, desde la AEGC ponen como ejemplo la siguiente situación verosimil: "si un guardia civil está en un hospital con un detenido y este propina un puñetazo al médico y otro al agente, tendremos como resultado que por un mismo hecho habría dos reproches penales diferentes".
AEGC también ha reclamado medidas de seguridad para evitar estas agresiones, "porque muchas de ellas podrían ser evitables si los agentes contáramos con táser que además de protegernos también salvaguardan la integridad de los agresores".
Estas armas eléctricas, presente tanto entre la policía municipal como la nacional, sigue siendo minoritaria entre guardias civiles. "A nosotros solo nos han dado 150 para toda España", se lamentan. "Cuando se trata de un arma que ahorra vidas y dinero porque un agresor con heridas de bala en un hospital supone más gasto", concluyen.