Cartes en joc, uno de los programas de más éxito en À Punt cierra su quinta temporada este martes. Su presentador Jordi Garrido celebra recorrer los mejores restaurantes de la Comunitat Valenciana en un concurso en el que los propios chefs se juzgan sin piedad unos a otros: "Son momentos de tensión que no son agradables".
Ese viaje ha traído al también cocinero en Soca-rel a la provincia de Alicante en varios programas y por ello cuenta en esta entrevista que "para mí siempre es un regalo recorrer toda la Comunitat Valenciana y la cultura y los productos. Eso en lo personal. La de Alicante para mí es muy rica gastronómicamente con arroz y productos. Es bestial. Y en arroces, que es con lo que yo me gano la vida y disfruto cocinando, es un espectáculo".
Y la audiencia se lo ha ido premiando especialmente en los programas de Alicante, como en el dedicado a la comarca de L'Alcoià que dobló la media de audiencia del día en À Punt o el de la última semana en Alicante en que también la subió significativamente y aportó más del 22 % de la audiencia de la jornada.
[El concurso 'Cartes en Joc' busca a la mejor chef de la ciudad de Alicante]
El chef nacido en Xàtiva y que trabaja en una pequeña pedanía en la Costa Brava reitera su valoración de esta oportunidad televisiva por lo que le ha aportado en lo personal "y conocer más desde dentro toda la cultura de los pueblos, de los productos y sus recetas. Eso es lo que más me llena como persona. Eso para mí es lo más bonito, con mucha diferencia".
Ese descubrir novedades lo hace de la mano de tres parejas de restauradores que cada semana compiten por ser los mejores en un sector en concreto. Una mecánica que les lleva a visitar cada local y luego puntuarlo ante sus compañeros y rivales. "Todos pensamos que tenemos lo mejor porque sabemos el esfuerzo que hacemos. Y si viene alguien de fuera y dice que no está bien, pues si crees que está bien, luego cuando vas a su casa, vas con el cuchillo afilado".
Garrido asegura que cuando se tienen que juntar las tres parejas para explicarse cara a cara las notas que se han dado, a veces se generan "momentos de tensión, discusión y confrontación entre concursantes que no son agradables, que no son fáciles de gestionar y que te saben mal.". Como profesional del sector lo entiende porque "en un servicio de un restaurante hay mucha tensión, pues multiplícalo en una competición y televisión, súmale presión. Y esto es tan real como lo ves. Tienes la tensión de hacerlo bien, vienen a tu casa y lo miran todo".
Un restaurante de Alicante, ya cerrado, dio pie a uno de los momentos más duros de la historia del programa, cuando decidieron puntuar con un cero a otro concursante por el servicio. Frente a eso, Garrido aplica el sentido común cuando le corresponde entregar su propia nota. "No creo que nadie merezca un cero porque hay un esfuerzo y sacrificio detrás. Si algún concursante decide poner el cero es su puntuación. Yo intento también ser muy coherente en mis puntuaciones y ser lo más objetivo posible, y desde mi punto de vista valorar lo mejor posible a las personas porque valoro ese esfuerzo, pero puntuar bajo y tirar a matar es una decisión de cada uno".
A pesar del éxito en audiencia, À Punt aún no ha anunciado la renovación a una sexta temporada. Y Garrido lo vive paso a paso porque sabe que "el mundo de la televisión es efímero". "Desde que me contactaron hace más de cuatro años para hacer un castin porque buscaban un cocinero que fuera también comunicador, mi planteamiento es que pienso lo afortunado que soy porque me hayan escogido. Siempre pienso que cada temporada es la última y así hasta las cinco temporadas, con lo que sigo en ese planteamiento".