España está viviendo un cambio cultural entre la gente joven en el que lo 'antiguo' está otra vez de moda. A la ropa vintage se suma una tendencia tan invisible como inesperada que crece día a día. La figura del cuñado o 'cuñao' como personaje que hace chistes malos y comentarios caducados está cogiendo fuerza desde Alicante gracias a la figura de Isidoro Baides, denominado 'el cuñao de Tik Tok'.
Nació en Valencia, creció en Almansa y lleva viviendo 20 años en Santa Pola (Alicante). Isidoro acumula millones de reproducciones entre sus cuentas de Tik Tok e Instagram, donde ha ido construyendo un personaje de 'cuñao' que ha traspasado las fronteras alicantinas y que se ha metido en las casas de gran parte de España sin necesidad de esperar a Navidad.
Este nombre no se le ocurrió a él, sino que la gente le nombró como el verdadero cuñado de la red social china por sus chistes. Los siete millones de 'me gustas' que acumula en la plataforma y los más de 185.000 seguidores que tiene ahora surgieron de la idea de crear contenido con su abuelo en la pandemia.
"Empecé a subir vídeos y vi que tenía buenas reacciones de la gente, que se reía y escribían en los comentarios que era su cuñado o que tenía el nivel C1 de cuñado. Cuando te lo dice una persona vale, pero cuando te lo llama todo el mundo hay que reconocerlo, y me bautizaron así", cuenta Baides.
Lejos de ofenderse, se lo toma como un cumplido. "La gente me dice que he conseguido que una palabra que se decía como descalificativo la abracen como una palabra bonita", comenta el tiktoker.
Sus vídeos han cautivado a tantos jóvenes por su naturalidad. Afirma que se los prepara él solo y que cuando se encuentra a un grupo que lo reconoce les cuenta un chiste mientras alguien les graba.
Lo que empezó como un pasatiempo se ha convertido en un fenómeno que va a más con el tiempo. El momento en el que supo que la cosa era seria fue a comienzos de año. "En el partido de Copa del Rey entre el Elche y el Girona de enero me acerqué al futbolista Miguel Gutiérrez para pedirle una foto y me reconoció", recuerda la estrella de internet.
"Cuando un futbolista de un equipo de Primera, que en aquel momento iba líder, te reconoce, sabes que lo estás petando", señala Baides, quien asegura que lo que más le llena es "hacer reír a la gente". El santapolero cuenta que "sacar una sonrisa a alguien que tiene problemas o un mal día no tiene precio".
Ahora se dedica "a ser feliz". "Tengo 41 años y todavía no he visto un entierro en el que detrás vaya un camión de mudanzas. No nos llevamos nada más que las buenas experiencias y los momentos vividos", reflexiona Baides.
Uno de los episodios que más le han marcado desde que sube vídeos a redes ocurrió esta misma semana en la localidad alicantina de Sax mientras hacía un directo. "Se me acercaron unos niños para darme un donut, un batido y una bolsa de patatas como merienda porque decían que era muy buena persona, me quedé sin palabras, fue muy bonito", recuerda el alicantino de adopción.
Esta actitud positiva es otro de los factores que le hacen ser tan querido allá donde va. De su anterior profesión como vendedor ambulante conserva su deseo de estar en movimiento constante. Sus videos pocas veces están grabados en el mismo lugar, ya que va viajando de pueblo en pueblo.
"Mi coche tiene 370.000 km. Me llegan mensajes de todos los pueblos de chavales que me quieren conocer. Un día voy a la salida de un instituto y al siguiente voy a otro sitio. Nos conocemos y grabo un vídeo con ellos, no lo veo como que les estoy haciendo un favor porque estoy viviendo gracias a la gente y a hacerles reír", destaca.
Los chistes de los vídeos los saca de entre una combinación de los que escucha en bares, los que se le ocurren y los que le envían. Baides asegura que, aunque zonas como Andalucía o Castilla-La Mancha tengan mucha fama, en Alicante también hay cómicos anónimos, pues "tiene gente tan cuñada como en otras partes de España".
Ahora, Isidoro Baides, tras tener su primera oportunidad al participar en el programa televisivo '¿Quién quiere casarse con mi hijo?', solo piensa en "aprovechar el momento, disfrutar del camino y seguir trabajando" para sacar sonrisas al otro lado de las pantallas.