Una historia LGTBI de las Hogueras de Alicante: de refugio gay a escaparate de diversidad

Cuando aún no existía la bandera del arcoíris como símbolo del colectivo LGTBI, sus colores estaban presentes en las Hogueras de Alicante. En sus comisiones y barracas existía una alternativa social frente a otros ámbitos donde era perseguida. En la actualidad la mayor presencia refleja los derechos conseguidos en las fiestas de San Juan que coinciden con el Día del Orgullo. Aunque, como señalan, aún falta para el momento en que ir de la mano no genere comentarios al entrar en el racó.

Sergio Checa y Paula Martínez representan dos generaciones diferentes, él cerca de cumplir los 40, ella los 20, que saben lo que eso supone. Y eso incluye desde recibir comentarios a temer si los otros se comportarían de manera diferente. Ambos pertenecen a la Hoguera Sagrada Familia en el barrio de Carolinas Altas, donde ella es dama y él es delegado en el Certamen Artístico, en el que hicieron este año doblete.

Rafa Mas, miembro de esta comisión, cree que precisamente es el aspecto creativo el que ha favorecido primero la presencia y luego la visibilidad. El también concejal recuerda que sus primeros referentes venían de ahí, donde se presentaban con pareja. "El mundo de las Hogueras, debido a que se fomentan mucho las actividades artísticas, es un seguro para el colectivo, donde se refugia el colectivo porque es respetuoso".

Que lo fuera no impedía que se presentaran situaciones incómodas. Checa lo recuerda porque "viví una adolescencia en los 90 donde no había aplicaciones para ligar como ahora y una cosa que te preguntaban era si entiendes. Parecía que si entrabas en una comisión y si te gustaba bailar o vestirte eras un poco señalado". Ahora, con más de tres décadas de certámenes artísticos, esa ya no es una cuestión.

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"Ahora ves a chavales adolescentes que desde el principio muestran su amor y no se esconden", continúa Checa, "y ves a damas con sus novias". "Antes no era así", remarca sobre estas exhibiciones de afecto en público cuando "dudo mucho que en una Hoguera de cien personas no los hubiera y seguro que los habría".

Otro factor en que ha cambiado la representación LGTBI se produce en el exterior, con los propios monumentos. Joaquín Rubio es el presidente de la Federación de Gremios de Artistas Falleros y Hogueras de la Comunidad Valenciana y ha cumplido este año las tres décadas trabajando en el sector, lo que le ha permitido ver esta evolución.

"El tema LGTBI en la sociedad está tratado aún por encima, pero con mucho respeto", afirma Rubio. "Y por encima", razona, "es que se le da la visibilidad necesaria para ayudar a verlo con naturalidad". Ahí recuerda el cambio que supone que en el siglo pasado aparecieran humoristas con lo que se conocían como chistes de mariquitas y, del mismo modo, ninots en esa línea, "ahora se ve como una parte de la sociedad, más que con ojos críticos, que son a los que estamos acostumbrados en la Hoguera". "Si lo tratamos no es para hacer chistes mariquitas, sino para normalizar", concluye.

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Martínez lo ha podido ver este año en la Hoguera ganadora, la de Diputació-Renfe. "Había una pieza grande con dos mujeres que eran una pareja, porque iban a tener un bebé juntas. Nunca recuerdo un monumento que hiciera tanta referencia, que no era un rinconcito", recalca sobre la obra de David Sánchez Llongo.

Rubio recuerda una época en la "que había manifestaciones de chistes fáciles y luego una transición de vacío en el que no se ha hecho ninguna referencia hasta que se ha normalizado y se incluye en la naturalidad del día a día".

Y naturalidad es lo que piden tanto Checa como Martínez. El primero espera el momento en que no haya que dar explicaciones "sobre todo cuando aparezcas en un racó y te digan que no sabía que eres gay. Yo si entra una pareja en un racó no pregunto si eres hetero". "Al fin y al cabo somos personas iguales, solo que nos gustan personas del mismo sexo. No veo que se tenga que hacer una diferencia", concluye la joven.

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