Por qué cada vez tenemos menos amigos
Los psicólogos de Alicante Jorge Pérez Ferrer e Iracy Llinares analizan las causas de la reducción del número de amigos íntimos que se produce en la sociedad.
26 mayo, 2023 06:07Lo llaman la epidemia silenciosa, la soledad no deseada. Con la pandemia la preocupación por la salud mental ha aumentado y se buscan y analizan causas y efectos sobre el tema. Una de ellas, como señala una encuesta estadounidense, es que cada vez tenemos menos amigos íntimos. A estas cuestiones responden los psicólogos de Alicante Iracy Llinares y Jorge Pérez.
"Existe una disminución de las relaciones personales profundas, pero una mayor de las superficiales", razona Pérez Ferrer. Y este es uno de los factores que cree "puede influir en el aislamiento", especialmente en las ciudades más grandes. El otro factor que destaca al abordar esta cuestión es las nuevas tecnologías y amistades cibernéticas: "Las nuevas generaciones son un ejemplo de eso porque las amistades están en otras grandes ciudades".
Junto a él en la céntrica terraza de un bar, Iracy apunta "a la calidad de lo que compartes" como la clave que nos hace considerar a una persona como amigo o no. "Tiene que haber componentes como el interés y la voluntad de comunicarse y cómo te hace sentir el relacionarte", razona. Por eso considera que respecto al considerado amigo digital apunta que "le falta lo presencial" aunque considera que internet como canal "es una posibilidad" con la que "a lo largo de los años contar con alguien".
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La opción digital se convirtió en imprescindible durante la reclusión obligatoria de la pandemia y ahora crece por nuevos caminos. La revolución de la inteligencia artificial ya plantea que los asistentes virtuales pasen de ofrecer respuestas a dar conversación y ser nuestro apoyo frente a la soledad.
"La palabra de la inteligencia artificial sientes que te apoya, pero hasta qué punto", cuestiona Llinares Alves. Pérez Ferrer destaca que "en las relaciones amistosas tiene que haber un intercambio de elementos positivos como sonrisas, chistes, pasarlo bien, tener la confianza... La máquina no tiene eso, no puedo hablar de amistad".
En un presente en el que ya se usan herramientas como ChatGPT para pedir consejos a problemas personales, ambos expertos ven posible ese uso de la tecnología porque "te puede cubrir la necesidad y te sientes escuchado" aunque "no es un síntoma positivo de nuestra sociedad". "Si centramos las relaciones interpersonales con la intermáquina llegará un punto en que perdemos habilidades sociales porque la máquina se adapta a ti y a las circunstancias", alerta Pérez Ferrer.
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Esas circunstancias son precisamente las que dificultan el tener amistades. Llinares lamenta que los ritmos en nuestra vida diaria "son tremendos" y "el día tiene 24 horas". "Si el espacio lo puedes saltar con Internet, el tiempo es limitado", señala. De ahí que recuerde que "si al final buscas calidad de relación tienes que decirle tiempo y constancia".
Esta psicóloga reitera los retos que se presentan para conseguir ese objetivo: "¿Cómo lo repartes entre tus amigos? Si le dedicas cinco minutos ya no te da para lo que implica que él te conozca la vida y tú la suya". Ahí vuelve a los canales tecnológicos, en particular las redes sociales que inicialmente se promovieron como solución a esa cuestión aunque su definición suena a sentencia: "Está la ilusión del Facebook". Pérez Ferrer concluye que "mantener una amistad requiere tiempo, dinero y esfuerzo".
Con estos factores sobre la mesa, ¿cómo influye el vivir en ciudades como Alicante y Elche en esta materia? "Somos una sociedad extravertida y eso es bueno para la amistad", valora Llinares Alves. Eso sí, ahí se debe tener en cuenta la percepción de la misma: "¿A qué llamamos amigo, a qué conocido? ¿El compañero de trabajo es amigo? ¿Dónde lo colocas y dónde te coloca a ti?".
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El psicólogo recoge las dos miradas contrapuestas que ve en Alicante. "La cruz es que tiene mucho turismo y te sientes como un extraño en tu misma ciudad. Y es positivo que por la cultura que tenemos de celebrarlo todo en la calle. Las fiestas de aquí, todas son muy de calle, no son de la casa, que es muy anglosajón el hacerlo en una barbacoa. Son de vivir y eso el Ayuntamiento lo apoya mucho. Y eso ayuda más a socializar y a mantener las relaciones de amistad. Y es positivo".
En cambio, como recuerda, en municipios de menor tamaño la cuestión es diferente: "En una localidad pequeña se hacía todo en ella". Por eso finaliza reiterando que "ahora puedes tener la sensación de otra amistad en otro espacio, pero se pueden generar a su vez relaciones más superficiales".