Alicante

Con ganas de que llegue, y de que pase, asustado, pero confiando en sus posibilidades, Álvaro Trigo (Madrid, 28 años) navega su incertidumbre durante la entrevista horas antes de lanzarse al mar con su kayak para intentar una de esas gestas para el recuerdo.

Dudas porque todavía no sabe al 100% si podrá salir de Ibiza, como tenía previsto, al mediodía del próximo domingo 14. "Casi seguro que sí que podremos", dice en alusión al fuerte viento que se espera por la noche en el canal. Porque los casi 100 kilómetros de distancia que separa la playa de L´hort de Ibiza de la playa del arenal de Xábia los hará "del tirón". "Mi intención es no dormir" y así llegar a la península en menos de 24 horas

Apodado por sus amigos como 'El Renacido', su vida pendió de un hilo en 2018 cuando intentaba apagar un incendio en la casa de su abuela; se quemó el 63% por lo que pasó 10 días en la UCI debatiéndose entre la vida y la muerte.

Álvaro, en un imagen de archivo.

Después de tres meses ingresado en aislamiento en la Unidad de Quemados del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, y con un pronóstico poco esperanzador, consiguió superar todas las dificultades. Lo que nadie se esperaba es que, a los 9 meses de este terrible accidente, participara en la Maratón de Sevilla, y a los 11 en el IRONMAN de Marbella, entre otros.

Comenzó así un cambio de vida con la loable intención "de aportar algo a este mundo después de casi morir". Con Formación Senegal ha cruzado la isla de Formentera a Ibiza y hace poco subió al Kilimanjaro (Tanzania) con otra causa solidaria. 

[El gran reto solidario de Luis Ángel Maté en La Vuelta: un árbol por cada kilómetro que esté fugado]

¿Por qué esta locura? Le preguntamos. "Quiero dar visibilidad a la inmigración por mar, donde muchas personas pierden la vida", responde. Su propuesta no es tanto la de denunciar este drama como la de proponer soluciones "a largo plazo" para evitar más muertes, "que las hay". De ahí que vaya de la mano de la ONGD valenciana Formación Senegal, que está ayudando desde 2016 a menores senegalés a labrarse un futuro alejado de las pateras. 

Junto con el grupo Aire Limpio, donde trabaja Álvaro actualmente y las empresas Aticum y de Novotel Madrid Center, hotel donde Álvaro hizo sus primeras prácticas profesionales, se han podido recaudar 2.300 euros destinados a la ONGD

'El Renacido', con el equipo que le acompañará en la travesía en el barco que estará a su lado.

Pero Álvaro Trigo no estará solo este domingo. Irá acompañado por turnos de varios kayakistas del equipo valenciano Tokio Team y de un barco de apoyo, donde profesionales sanitarios y observadores velarán para que este reto sea un éxito.

¿Próximo reto? "Bastante asustado estoy con este para pensar en el siguiente", dice entre risas. No es de extrañar porque la marca de 100 kilómetros en kayak solo la ha logrado en entrenamientos durante 4 días, confiesa. "Pues se espera un calor extremo para el domingo...", le avanzamos. "Si tengo calor lo bueno es que el chapuzón lo tengo cerca", responde. 

Formación en origen

En Senegal precisamente parte una parte de la inmigración que trata de llegar a la península española en patera. Conscientes de este fenómeno, la ONG valenciana que dirige Manuel Laguía está actuando en la raíz del problema

"Trabajamos en la formación desde los cero años con escuelas de estimulación temprana hasta los 7, que es cuando pierden la oportunidad de la plasticidad cerebral", cuenta el también tío de Álvaro. "Hemos montado tres escuelas de este tipo en Senegal y cuando los alumnos empiezan la formación obligatoria a los 8 años, también tenemos el proyecto de alfabetización digital". 

Sin embargo, todo se puede cortar a los 18, que es la edad a la que suelen embarcarse en una patera. "Los jóvenes no quieren despedirse de sus padres, pero lo tienen que hacer porque no encuentran oportunidades de empleo", añade Álvaro, quien conoce de cerca esta labor.  

"Así que para evitar que se vayan, hemos montado un programa de becas de formación con las que les capacitamos para oficios como el diseño y el textil, la mecánica o la sanidad", insiste Laguía. 

"Lo importante es que firmamos con ellos un convenio para que se comprometan a que, con la formación que le hemos dado, no piense en enriquecerse sino en apoyar a sus comunidades del sahel africano", concluye.