Si hay algo que caracterice este tórrido verano foguerer es la enorme capacidad de adaptación -y/o resignación- de la gran familia de la Fiesta. Actos -obligados- en pleno julio y agosto, al tiempo que se producen los cierres y aperturas de ejercicio. De esta anómala -e innecesaria- circunstancia novedosa, podemos extraer de entrada dos conclusiones.
Una positiva; no se prevé la ausencia de ninguna comisión en activo el pasado junio -tampoco parece que se vaya a crear ninguna otra nueva-. Queda por dilucidar si habrá alguna baja en la categoría especial, algo perfectamente asumible.
En su oposición, este año se ha normalizado la búsqueda -en ocasiones casi desesperada- de bellezas adultas en varios distritos, una circunstancia que nunca se había vivido en Alicante con tanta fuerza ¿Consecuencia de la crisis, de la modificación de calendario, o de ambas circunstancias?
Buenas noticias también al anunciarse -eso sí, con injustificado retraso- el concurso de las hogueras oficiales 2023, que registran un interesante aumento en su dotación económica de un 20% -pasa a presupuestarse la adulta en 118-500 euros la adulta y en 25.000 la infantil-.
Es curioso señalarlo, pero estas cifras ya se barajaban dos décadas atrás como coste de estas hogueras, lo que demuestra el desfase que en esta parcela se ha venido -y se viene manteniendo- desde la vivencia de la anterior crisis.
Mientras tanto, la presidenta de la Federació de Fogueres prolonga su búsqueda de nuevas incorporaciones que cubran las forzosas bajas registradas hace unas semanas. Predominio de negativas -mala señal-, algunos compromisos ya cerrados -preferimos omitir nombres- y algún frustrado intento contra natura de buscar un bloque festero, envuelven una extraña sensación de atonía, con una entidad rectora totalmente de vacaciones, cuando en tres semanas se va a iniciar el ciclo de presentaciones.
Intentando buscar un determinado grado de foco en luz larga, la actual mandataria alberga la intención de plantear en una próxima asamblea le sean concedidos esos dos años de gracia y de prolongación de su mandato. Ejercicios perdidos con la interrupción provocada en 2020 y 2021 durante la terrible vivencia de la pandemia.
Intuyo que tal demanda podría tener una serie de contradicciones jurídicas de notable calado, ante lo cual se debería ir lo suficientemente preparado. Como lo debería ser la posible manera con la que enfocar dicho acuerdo de la asamblea, en modo alguno pública y sí, por el contrario, en todo caso, siempre secreta.
En cualquier caso, ¿es necesario plantear algo así, cuando las próximas elecciones a Federación se encuentran a un año vista? ¿No sería más razonable presentarse a las mismas y, con ello, recibir llegado el caso ese necesario refrendo en tiempo y forma?
De momento, cabría plantear a las comisiones prudencia. Las predicciones económicas y sociales vaticinan de manera casi unánime elementos de crisis que, en realidad, ya empezamos a sobrellevar y que, de entrada, nos adentran a un otoño e invierno de especial dureza -que sea solo eso-. Por ello, a la hora de presupuestar en el nuevo ejercicio conviene tener en cuenta este factor, intentando salvaguardar un determinado grado de colchón económico, en previsión de posibles contingencias económicas.
Mientras tanto, el 3 de septiembre comienzan las presentaciones de bellezas, y el 17 congreso exprés. Fogueres con caloret. Mientras tanto, les ruego que hasta ese mismo sábado me den cuatro semanas de vacaciones ¡Hasta pronto!