La vuelta del fuego a las calles de Alicante va por barrios. Esta semana, cuando en asamblea las comisiones harán el balance oficial del curso, se tendrá que afrontar cómo se abordará la nueva temporada. Y mientras a algunos les va muy bien, los más grandes, a quienes tienen menos recursos les va a resultar más complicado. La inflación y el temor a la crisis económica pesan. Tres presidentes de Hogueras cuentan para El Español cómo ha sido su curso y lo que prevén para el 2023.
David Adrover es el presidente de Hoguera Obra Social del Hogar, que planta en quinta categoría. Y la suya es de las historias más complicadas que se ha tenido que afrontar este año. "Hemos sido estafados por el constructor", lamenta. Del proyecto que tenían de monumento al que se quemó, dice Adrover que "nos ha plantado dos figuras que no estaban en los bocetos".
Pese a ese gran problema, hay otras cosas que le preocupan. Entre ellas, el relevo generacional. "Estos dos años han hecho mucho daño porque la gente perdió la ilusión", cuenta. "Somos una comisión bastante mayor y a la poca gente joven esos dos años los tiró para atrás", añade.
Eso se traduce en que en el día a día de la fiesta "cada vez son menos, los jóvenes vienen a la fiesta". De hecho, lamenta que "se pierde todo: la despertà, los almuerzos... Antes comíamos todos y ahora somos dos". Al final, hay un sector que "busca pagar la mesa y que esté todo hecho porque se vive la fiesta realmente mejor que el comisionado". Una conclusión en la que otros se identifican y que refleja la dependencia del ocio nocturno para la economía de la comisión.
José Luis Martín es el presidente de Pla del Bon Repòs, que planta en sexta categoría. Con Adrover comparte la visión de los dos años de restricciones sanitarias que impidieron celebrar las Hogueras con normalidad. "Hemos perdido a unos diez comisionados en este tiempo por la desconexión", explica. En su caso, contaban con una dinámica muy activa por la que los comisionados se solían ver todas las semanas para hacer diferentes actividades en el racó. "Y eso lo hemos perdido", lamenta.
A ello hay que añadir ahora el temor de la crisis económica. Entre ambos factores, los que "simplemente, se han desconectado" y los que "no han tenido más remedio que quitarse" porque no podían afrontar los gastos que comporta, "está claro que hay una desconexión".
En cambio, en lo que sí siente una confianza clara es en el relevo generacional. Uno que viven en primera persona. "Somos varios matrimonios con hijos de 16 o 17 años que se juntan con los que van hasta los 30 y el relevo de los que estamos entre 45 y 60 está garantizado porque hay ganas".
Tanto es así que son los que piden que haya más actos de día. "Los jóvenes son los que tiran y nos reclaman más actos durante el día, para la despertà, para la banda de música... Les gusta hacerlo y nos motivan más", recalca. Un logro que cree se debe precisamente a que son un grupo que ya está muy vinculado a la fiesta por sus familias. Un factor que, reconoce, no todas las comisiones tienen, "y si no hay esa vinculación se nota que se pierde". Igual que también cree que hay una franja de edad en la que "ciertos comisionados se van y vuelven cuando tienen familia".
A la hora de hacer números, Martín admite su preocupación porque en algunos gastos "nos ha subido muy sustancialmente". Un aumento que podía esperarse, afirma, en partidas que ve directamente relacionadas a la subida del gasóleo o de los costes de producción. "Nosotros no hemos subido las cuotas ni las mesas, y ha subido prácticamente en todo, tendremos que ajustarlo para el año que viene porque si la tendencia sigue así...", apunta.
Josep Amand Tomàs, de los tres que repasan su experiencia, se siente un privilegiado. Presidente de Sèneca Autobusos, en categoría especial, "somos doscientas personas, incluso se ha apuntado gente nueva". Con lo que celebra cómo ha ido el curso. "Hemos cumplido todas las expectativas que teníamos en un año muy complicado. Con poco que saliera bien estaríamos muy contentos porque nos ha parecido todo muy interesante y hemos disfrutado mucho, todo han sido buenas noticias".
Y es que había ganas. "Lo de menos son los premios porque en estos momentos ganar o no ganar, lo importante era plantar", explica. Además, "con un proyecto que teníamos ganas de quemarlo y disfrutarlo". Por eso insiste en que la reacción ha sido muy positiva porque la gente tenía muchas ganas de disfrutar de la fiesta. Por lo tanto, la fiesta de 2022 fue perfecta".
Los nubarrones que parecen formarse en lo económico le preocupan, pero más por lo que implica para otras comisiones. "Nos sentimos muy privilegiados por haber podido vivirlo igual incluso con el aumento de los gastos", afirma. En su caso, "también es verdad que hemos ido recaudando dinero y las cuotas se han seguido cobrando y organizando eventos que tuvieran una repercusión económica, hemos trabajado estos años para que este sea muy, muy bueno incluso a pesar del aumento".
En cambio, "creemos que el 2023 será muy complicado y que hará falta una colaboración extraordinaria de las administraciones". "Nosotros lo hemos podido celebrar incluso mejorando lo de 2019 porque somos un colectivo muy grande. En uno pequeño no puede ser así porque si aumentan los gastos un 20 o 30 % es muy difícil y el aumento ha sido desmesurado", concluye.